Prohibido. Ventiladores, refrigeradores, dispensadores de agua, camas de lujo, videojuegos, televisiones, cuchillos, bates, bombas molotov, dinero, droga. Todo eso salió de las entrañas del Cereso en Juárez. Las autoridades hicieron una depuración y encontraron lo inimaginable en un lugar donde hay un reglamento muy estricto sobre el uso de esos artículos.
Adentrarse en el penal no es tarea fácil, por lo que centenas de elementos se agruparon en las instalaciones para después, en conjunto, revisar las celdas, áreas comunes, cocina, patios, cada recoveco dentro del edificio que pudiera utilizase como escondite. Lo que descubrieron genera muchas preguntas.
Mientras las personas privadas de la libertad estaban en patio vigiladas y bajo una revisión, dentro, otros oficiales sacaban montones de artículos prohibidos. Desde los que hacían más “ligera” la estancia hasta los objetos peligrosos que salían a relucir en momentos como los que se vivieron el 1 de enero.
El hallazgo sorprende por el gran número de objetos, aunque no tanto por el hecho de que estuvieran ahí, pues desde antes, cuando ocurrió la fuga del 1 de enero, la revelación de celdas vip, armas, droga y dinero en una caja fuerte, ya pintaba parte del panorama que se vivía dentro del espacio donde, en teoría, las personas se tienen que reformar.
Surge las preguntas: cómo entraban esos electrodomésticos, ropa, objetos filosos, accesorios; quién permitía el ingreso; cómo es que antes nadie se dio cuenta o no hubo denuncias y revisiones a fondo dentro del Cereso. La cadena de responsabilidades es muy larga al parecer.
El siguiente paso es garantizar la gobernabilidad dentro del Cereso. Posiblemente no todos los reos estén involucrados en el quebranto de las reglas, pero por justos pagan pecadores, y las autoridades deben mostrar mano dura; es el momento, claro sin olvidar el respeto a los derechos humanos.
Se espera pues que a partir de este punto la forma en que se desarrollan las cosas dentro de la cárcel estatal sea diferente y nunca se repitan escenarios como estos. Quien quede a cargo tendrá una gran responsabilidad que cumplir, así que lo mejor es elegir un perfil capacitado y experimentado. Pero ¿quién?
Ideas. Antes de que se realizara el gran operativo en el Cereso de Juárez, las autoridades estatales tuvieron una reunión para abordar temas de seguridad, y lo hicieron de la mano de viejos conocidos de la política mexicana: Fernando Gómez-Mont y Diódoro Carrasco Altamirano.
La gobernadora Maru Campos Galván recibió a los exsecretarios de Gobernación en el Palacio de Gobierno para abordar temas de seguridad, que en estos días han sido prioridad para la administración estatal. Los detalles se los han guardado para no cebar el plan.
En el caso de Carrasco Altamirano, no es la primera vez que acude a una Mesa de Seguridad. En 2022 se le pudo ver acompañando a la gobernadora. Mientras que el polémico Gómez-Mont siempre se le ha visto de buenas cuando visita Chihuahua, así que aceptó la invitación sin dilataciones.
Sería bueno conocer más opiniones por parte de los asesores externos a la administración para tratar de descifrar qué hay entre manos, claro sin exhibir todo el plan para que su ejecución cause todo el impacto programado. Habrá que estar pendientes de las acciones que se tomen.
Despejado. Si se ha dado la vuelta por el Centro de la ciudad esta semana, seguramente habrá notado que los vendedores ambulantes se han retirado de los principales corredores y las personas avanzan con libertad, una que desde hace mucho tiempo no se veía en la zona.
El Gobierno Municipal hizo valer su autoridad y removió a los vendedores, como lo había anticipado en el último trimestre de 2022: una vez pasadas las fiestas decembrinas, y hasta el Día de Reyes, se tendrían que mover para dejar el paso libre a las personas. La reubicación quedaba pendiente.
El martes, hubo avances en ese sentido y personal de Comercio dialogó con algunos vendedores para darles especificaciones sobre cómo trabajarán en la zona. Se dará un espacio por persona, el objetivo es que no haya saturación y se repita el mismo escenario en las calles.
Los comerciantes están preocupados sobre qué pasará. Muchas familias dependen de los ingresos por la venta alimentos, ropa, chácharas o cualquier producto que sea fácil de colocar entre los clientes. No se trata de una campaña de extinción, sino de reacomodo para garantizar orden.