La corrupción y la hipocrecía no deberían ser productos inevitables de la democracia, como sin duda lo son hoy. Mahatma Gandhi, abogado indio.

El tiempo del sexenio de la 4T, expira, termina, se acaba y el Viejo se la pasó insultando a todos los mexicanos, sin importarle religión, credo o condición social, rematando con la S C J N y todo el poder judicial y por ese tenor va, de llegar a sentarse en la silla grande, la candidata hierática.

Sin embargo Andrés, ya no toca o deja a un lado la corrupción existente en su sexenio donde, como botón de muestra, destacan Dos Bocas, Aifa, Tren Maya, SEGALMEX los 3 cachorros 3, cuyos nombres evitamos por el bien de todos... primero los pobres.

Los calificativos en este final sexenal, contra Tirios y Troyanos, son de alto calibre y al término del mandato del hombre de Macuspana, siguen viento en popa, porque no hay ninguna ley mexicana que se lo impida, pues su fuerza moral y honestidad, están por encima de ella o sea, de la ley.

Como jefe máximo de la nación, el inquilino de palacio nacional, niega todo lo anterior, pues según su decir, la corrupción ya se terminó, porque para donde que se otié, huele a pura honestidad, aunque la duda, porque existe, es más fuerte que la realidad, pues ésta supera a la fantasía presidencial.

Antes de terminar, no olvidamos que hay viene una amnistía, ¿a qué funcionarios del actual gabinete se irán a amnistear?. Aparte es el año de Hidalgo, veremos quién se queda con los Afores. Vale.

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