Un molesto viento ha golpeado todo el día a Ciudad Juárez, en este domingo de Buen Fin; estamos enclaustrados y para no perder la calma y volvernos como toro de lidia enchiquerao, escuchamos música variada, disfrutando de algunos pequeños trozos de cajeta de membrillo. Mmmm qué sabrosa.

La nota taurina de la semana, que nos llamo la atención, lamentablemente no es una nota de nuestra fiesta o nuestros toreros, que si bien, siguen dándole vida a su oficio de torrear reses bravas, no nos emocionan ni siquiera en los videos y menos cuando vemos los becerrotes o novillos que les echan, por lo general, en todas las plazas de la hermosa provincia mexicana.

Es una lástima, pero es lo que tenemos por acá, mientras que por allá, aunque también de vez en cuando se cuecen habas, la fiesta es otra cosa, enterándonos a través de los portales taurinos, que ya hay fecha para que el Maestro de la torería española, regrese a los ruedos, después de un tiempo de dedicarse a otras cosas.

Y así, en la plaza romana de Nimes, Francia, Enrique Ponce, torero y propietario de una ganadería de bravo, el 17 de mayo del año entrante, se vestirá nuevamente de luces y qué mejor que en el país de de un empresario francés taurino, que según dicen sus críticos e íntimos amigos, que con su labia empresarial, convence hasta las piedras.

Cierto o no lo anterior, el torero de Chiva, Valencia, ya echó la pata pa'elante y la afición hispano-franca, espera, no sin cierta espectación, de que Enrique, una de las últimas figuras del toreo del siglo XX y lo que va del XXI, parta plaza en Nimes, quedando pendiente, solamente, de dónde serán los toros a lidiar.

La conocedora afición mexicana de la capital del país, de no arreglarse el entuerto jurídico de la plaza México, quizá ya no vuelvan a ver torear a Ponce, mientras que la afición provinciana, que no por ello carece de conocimiento taurino, pueda ver al valenciano, alterando con lo buenos toreros mexicanos, que sean capaces de pelearle al Maestro, no solamente las palmas, sino también el triunfo grande. Ruéguenle a Dios que así sea. Vale.

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