La lealtad en política, es simplemente una cuestión de fechas. Cardel Richelieu, estadista francés.

En la mega mañanera del domingo, el acarreo fue de los buenos; cuánto dinero de los contribuyentes tirados a la basura; lo que si no tiene desperdicio es este chistorete de humor negro: Mi amor, cómo mueren las estrellas. Por sobredosis cariño.

Quien a estas alturas del sexenio duden de que morena, gracias al mayoriteo legislativo, se ha convertido en un megamovimiento de regeneración nacional, allá él, porque la 4T, dicho con todo respeto, se apresta para aprobar (si no es que ya se aprobó), sin tocar ninguna coma y por orden presidencial, el paquetazo de reformas constitucionales y no hay marcha atrás, faltaba más, faltaba menos.

La lealtad ¡oh! la lealtad, cuántas sinvergüenzadas se cometen en tu nombre, al autócrata y no al pueblo de México, está primero, pésele a quien le pese. ¿Habrá quien se atreva a impedirlo, si es que hay oposición? ¡Ah! y faltan todavía algunos organismos autónomos, siendo lo que más peligra, la AUTONOMIA DEL BANCO DE MEXICO.

De paso el actual corral de ovejas (léase Palacio Legislativo de San Lázaro), está listo para lo que el amado líder mande, aún después de dejar el palacio nacional y va con todo contra la suprema Corte de Justicia de la Nación y todo lo huela a Judicatura, por un lado y, por otro, fortalecer, aún más a las fuerzas armadas, por aquello de las dudas.

El "H". Congreso de la Unión se prepara para regalarle al nuevo seductor de la nación, todas las reformas que envió para su total aprobación, según esto, en agradecimiento por todos los favores recibidos, donde sobresale la nueva minoría rapaz, que tendrá, por otro sexenio más, las puertas abiertas de las arcas nacionales, para continuar con el brutal saqueo a que se acostumbraron en el sexenio de la austeridad republicana y la pobreza franciscana.

Ni hablar, hay que aceptar, aunque sea a regañadientes, que el obradorismo, está, como dicen los jarochos mal hablados, en la cima de su pinche poder". Qué feo calificativo, aunque... viéndolo bien, se escriben cosas peores. Vale.

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