Días atrás un alto mando del Ejército que conoce muy bien la institución a partir de su propia historia, pero también porque la ha estudiado y realizado estudios comparativos con otros ejércitos del mundo me planteó lo que llama una “elección inédita”.

En el sistema político mexicano una atribución de quien resulta electo como presidente o presidenta, por decisión de la mayoría de las y los mexicanos, es elegir a todas y todos los integrantes de su gabinete.

Eso ocurre en el tiempo que se es presidente o presidenta electa. En ese carácter Claudia Sheinbaum ya ha nombrado y hecho público quienes serán los integrantes de su gabinete legal y ampliado.

Personas desde el interior de Morena, también de otras fuentes, me han dicho que el presidente López Obrador le ha pedido a Sheinbaum que incorpore a ciertos políticos, cercanos a él, a su gabinete y que ella ha aceptado, otros me dicen que ha “obedecido”.

Hay muchos datos que indican que ella no ha tenido la libertad absoluta de elección, como le corresponde en acuerdo a la ley y también a los usos y costumbres, de por lo menos los últimos doce o trece sexenios.

Sheinbaum ha tenido un claro límite a la libertad de nombramientos de los integrantes de su gabinete que marca una diferencia importante con relación a los gobiernos que la antecedieron.

En ese marco el alto mando del Ejército con el que me reuní, ahora en retiro, me dice, los cito textual, que en esta ocasión es “a dos, la elección del secretario de la Defensa Nacional y el secretario de la Marina - Armada de México”.

Me asegura que la elección de los titulares de esas dependencias va a surgir en un acuerdo entre el presidente que deja el poder el 30 de septiembre y la presidenta que lo asume el 1 de octubre.

Conocedor profundo de la estructura y funcionamiento de las Fuerzas Armadas me dice que es una elección “inédita” como lo será el nombramiento. En esta ocasión los nuevos secretarios habrán sido electos también por el presidente saliente.

Surgen las preguntas de a quién deberán fidelidad los nuevos titulares de las Fuerzas Armadas. ¿A los dos electores? ¿Al presidente saliente? ¿A la nueva presidenta y comandanta en jefe? Estamos ante una situación “inédita”.

A partir de cómo se han dado los nombramientos del gabinete de la presidenta Sheinbaum surge la pregunta de si estamos en presencia o no de un Maximato ejercido por López Obrador.

El presidente ha realizado cambios en el sistema político mexicano, de los que habrá de “disfrutar” la nueva presidenta, que restauran prácticas anteriores a la instauración de la democracia en 2000.

Hay evidencias de la posibilidad de que se constituya un Maximato. Por lo pronto es clara la intervención del presidente saliente en el nombramiento del gabinete de la presidenta entrante.

Y está también el anuncio público en una mañanera, de parte de López Obrador, que en su “retiro” de la política hará siempre uso de su derecho a “disentir.” Sheinbaum ya sabe, se lo han dicho el presidente, que tiene sobre su cabeza una espada de Damocles.

@RubenAguilar

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