Hablar del edificio de correos de Ciudad Juárez es hablar de una parte importante de la historia de nuestra entidad, pues por sus pasillos han pasado miles de cartas que permitieron a las personas mantener una comunicación con familiares y conocidos que vivían fuera de la ciudad.
Se ubica en el cruce de la avenida Lerdo y la calle Ignacio de la Peña de la Zona Centro y fue construido en 1944 donde actualmente sigue con sus operaciones, sin embargo, de manera reducida, pues de acuerdo con el historiador, José Luis López Ulloa, con la llegada de nuevas tecnologías, la gente ha dejado de escribir cartas y depositarlas en las oficinas de correos.
“La cotidianidad, el uso normal que se le da a la oficina de correos, a la oficina del servicio postal mexicano, eso es lo que tenemos que no perder de vista, ahorita se nos hace imposible mandar una carta porque ya nadie manda una carta, usted agarra WhatsApp o agarra el correo electrónico de su cuenta en internet y tiene manera de comunicarse al otro lado del mundo en cuestión de unos segundos, incluso ni siquiera le cuesta”, dice.
“Antes imagínese todo el procedimiento para mandar una carta, aparte de escribir la carta, mucha gente no sabía leer y escribir, entonces tenían que buscar quién les hiciera el favor de la escritura, ese es valor de la gente que apoyaba ahí afuerita del correo, porque se ponía y ahí le dictaba las cartas”, agrega.
Por fuera el edificio tiene una evidente falta de mantenimiento, pues la pintura en color blanco que recubre su fachada ha comenzado a caerse debido a las demandantes inclemencias del clima que se viven en nuestra ciudad, con temperaturas que rebasan los 42 grados en verano, mientras que en invierno el edificio ha debido soportar temperaturas de hasta menos 10 grados centígrados. Pese a esto el edificio se ha mantenido fuerte, la puerta de madera que recibe a todos sus visitantes, continúa de pie de manera estoica y sus acabados en cantera conservan su diseño original tras décadas de haber sido colocados.
Por dentro la historia no es muy diferente, pues al ingresar al inmueble se puede ver un conflicto entre “la modernidad” y el estilo clásico que aún conserva el edificio de correos, uno de estos elementos es el majestuoso candelabro que se encuentra suspendido justo en el centro y que indudablemente roba la atención de quienes visitan este lugar. En una pared que divide el interior del edificio, se encuentra una barda que alguna vez alojó un reloj que ahora solo conserva la palabra “Correos” cuyas letras corresponden a los números 9, 10, 11, 12, 1, 2 y 3.
Un edificio que comparado con los que hay actualmente, tiene un estilo clásico, pero que, en su época, marcó la diferencia en cuanto a las construcciones que había a mediados del siglo XX.
“Es un estilo moderno, moderno estamos hablando de 1944, es esa modernidad donde se utilizan elementos como los de su fachada, que es un material que no es de aquí de la zona y que se utiliza nada más como un medio de ornamentación porque además es impropio, se mancha y como no se conoce, como no se trabaja aquí, no hay quién lo limpie”, dice el historiador.
En su planta alta se encuentran las cajas de apartados postales, en las que los juarenses también pueden recibir correspondencia o paqueterías dentro del horario de oficina, las cuales lucen solitarias y sin uso, pues es muy poca la población que tiene conocimiento acerca de este servicio, del Servicio Postal Mexicano.
Ahora será biblioteca pública
Este gran edificio con casi un siglo de historia será rescatado y reconvertido a biblioteca pública, de acuerdo con la subsecretaria de Cultura de la Zona Norte, Austria Galindo.
“El gobernador del estado ha instruido que el uso que le demos a ese espacio sea el de una biblioteca, entonces ahorita estamos trabajando coordinados diferentes instancias de gobierno para desarrollar todo el proyecto, estamos en la parte donde la federación nos cede la administración y la propiedad del inmueble para poder nosotros invertir recursos públicos en ese espacio”, dijo la funcionaria.
Para tal obra se ha pedido la intervención del arquitecto Gastón Fourzan, quien se hará cargo de la restauración y remodelación de algunas zonas del inmueble para poder adaptarlo para este proyecto que también contempla la creación de una cafetería y la conservación de la oficina de correos, todo en uno.
Con esta renovación y este nuevo uso que se quiere dar a este edificio, se pretende que la cultura tenga un mayor impacto acompañado de otros edificios históricos existentes en la zona como lo son el Museo de la Revolución en la Frontera y la Antigua Presidencia de Ciudad Juárez, con lo que se busca también reactivar la actividad de la zona centro.
“Es un espacio que estaba abandonado, es una zona de Ciudad Juárez que está envejeciendo, digamos en términos de actividad, no es la misma de hace unos años, como que se está mudando al sur de la ciudad”, destacó Austria Galindo.
Con 76 años desde su creación, el edificio de correos seguirá vivo y a la espera de ver nuevamente a los juarenses recorrer sus pasillos que alguna vez sirvieron para comunicar a las personas a través de las cartas que ven cada vez más cerca su innegable extinción.