A una semana de la puesta en marcha del Juárez Bus, hay varias lecciones que se han aprendido. No hay un orden de importancia, saldrán según se han visto. La primera de ellas es la importancia de tener un medio de transporte seguro, cómodo y eficiente para que las personas se transporten a escuelas o trabajos.

La siguiente tiene que ver con cómo usar el transporte, qué camiones van a qué lugar, cada cuándo pasan, cuál es costo de la tarjeta para usarlo, cómo recargarlas, a quién pedir información. Repartir manuales de usuario quizá no sea la solución, pero sí claridad en las instrucciones. Las redes sociales pueden ayudar a esto.

Como pasajeros, las condiciones son las mismas que en las viejas ruteras: no obstruir las puertas, dejar que bajen antes de subir, respetar los asientos preferenciales y a las otras personas. Evitar dejar basura, rayar los asientos o causar otro tipo de vandalismo. Eso es responsabilidad de todos.

A los conductores particulares parece que aún no les queda claro que el Juárez Bus está en circulación, a pesar de que los enormes camiones recorren el carril confinado. Esta semana se han presentado cuatro accidentes que involucran a las unidades nuevas y estas ya están dañadas. La señalética es clara, pero no se respeta.

Muchas personas ven la puesta en marcha del sistema de transporte como un experimento destinado al fracaso. Otros como una oportunidad electoral. Quienes realmente usan los camiones lo ven como una esperanza que crece poco a poco, pero que no se debe abandonar.

Las autoridades han asegurado que no quitarán el dedo del renglón en el tema de movilidad y especialmente en este sistema. Es una oportunidad invaluable para que Juárez se coloque como una de las ciudades con mejor transporte en el norte, porque es justo y necesario. Todos deben cuidarlo, pero también de exigir.


No muchos sabrán que Xóchitl Gálvez Ruiz tiene un pasado importante en Chihuahua. En sus inicios como política y funcionaria estuvo varias veces en la Sierra Tarahumara. Tuvo contacto con las comunidades indígenas y una gran relación con los sacerdotes jesuitas que se dedican a trabajar con estos grupos.

Actualmente, la candidata presidencial del bloque opositor ve al estado grande como un bastión, no muy fortalecido, pero del que puede obtener buen apoyo. Su tradición política ligada al PAN y al PRI le puede traer beneficios en su carrera por el máximo cargo en el país. De ahí que la abanderada quiera estar aquí pronto.

De acuerdo con Luis Aguilar, delegado de la campaña de Gálvez, la representante del bloque opositor estará en la capital de Chihuahua el siguiente fin de semana. Tendrá un evento masivo que servirá como un precierre de campaña. Le quedarán entonces unos días para hacer proselitismo.

Seguramente estarán junto a ella los candidatos y las candidatas de Fuerza y Corazón y de Defendamos Chihuahua para mostrarle su apoyo y viceversa. Hay que darse ánimos de vez en cuando. Habrá que estar atentos a su discurso y qué promete específicamente para los habitantes de la capital.


La sensación después del debate de las personas candidatas a la alcaldía puede ser un poco agridulce. ¿Las críticas opacaron las propuestas?, ¿el formato fue el correcto, el tiempo el necesario? Lo cierto es que todos los participantes llegaron y hablaron de todo, lo que da el siguiente escenario.

El candidato Cruz Pérez Cuéllar elogió la participación de Jaime Flores, Enrique Romanillo y Fernando Rodríguez, incluso dejó abierta la posibilidad para que se sumen a su proyecto si así lo consideran. Pero a Rogelio Loya y Esther Mejía no los quiere ver ni en fotografía. Parece que estarán vetados.

Sin embargo, a ellos no parece importarles, pues están seguros que tendrán un buen cierre de campaña y el suficiente apoyo el día de la elección. Aunque no sería la primera vez que algún candidato que prometió no renunciar se una a otro para tener algo seguro después.

Todavía quedan un par de semanas de campaña y todos tendrán que volcarse para obtener el respaldo que quieren.

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