Editorial
Foto: Net Noticias

Indudablemente, la corrupción es uno de los asuntos de interés público más destacados en nuestros días y sobretodo en nuestras geografías.

Lo acabamos de ver con la “Estafa Maestra”, que esta semana dio un enorme paso ascendente al ser encarcelada la exsecretaria de Sedesol y Sedatu, Rosario Robles Berlanga. En lo que va de la investigación, se trata de un desvío de más de 7 mil millones de pesos que se diluyeron entres funcionarios, políticos, administrativos, universidades y empresas fantasmas.

Recursos que después de haber sido saqueados del erario nacional se blanquearon en lugares del lejano oriente como Paquistán; europeos como Andorra y algunos otros paraísos fiscales más cercanos.

Lo más doloroso de estos robos es que drenan los exiguos apoyos para la población más necesitada del país, que deberían de convertirse en despensas, cobijas, medicinas, leche para los niños y programas como la llamada pomposamente Cruzada Contra el Hambre.

En vez de llegar a los más desposeídos, se fueron por el drenaje de la corrupción a engrosar las cuentas de quienes, con toda seguridad, la única hambre que tienen es la de la ambición y la única medicina que necesitan con urgencia es la de la sanción publica del Poder Judicial, para ver si así se componen.

Muchas vueltas le sacaron al caso las autoridades del anterior sexenio, pues como dice el dicho popular: “perro no come perro”. Hasta donde recordamos, solo un vocero fue despedido y sancionado y hasta ahora no sabemos ni siquiera por qué.

Ahora parece ser que la cosa sí va en serio, pues apenas a unas cuantas horas de la importante detención empieza la danza de los nombres de múltiples involucrados en este escandaloso despojo de los más pobres del país.

La lumbre se acerca a los aparejos de las más altas esferas del poder, se mencionan nombres como Emilio Lozoya Austin, José Antonio Meade Kuribreña y del mismo expresidente de México, Enrique Peña Nieto.

Y ya se alinean en lontananza los casos de Odebrecht y Pemex, que con toda seguridad seguirán en el orden de investigación.

La esperanza muere al último.

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