Parece que la ayuda divina llegó para Tigres en la final del futbol mexicano: pese a ir perdiendo 2-0, le dieron la vuelta a Chivas y se coronaron en su cancha.
En medio de las celebraciones, el delantero André-Pierre Gignac se acercó a una parte de la cancha y desenterró algo: un rosario.
Los jugadores realizan rituales, oran o llevan objetos de la suerte en momentos cruciales. Esta vez el jugador francés mostró su devoción y colocó un rosario en medio del campo.
El cinco veces campeón con los Tigres marcó un penal y puso al equipo en juego cuando parecía derrotado.
¿Crees que el rosario le ayudó?
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