Chihuahua.- Luisa Fernanda Martínez es una joven chihuahuense que siempre ha admirado la cultura rarámuri en la cual se inspiró para crear una nueva idea de empresa social que ayuda a mejorar la calidad de vida de las mujeres de la etnia.

Antes de terminar la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luisa Fernanda vivió en el centro del país donde tuvo la oportunidad de hacer voluntariado y conocer diferentes comunidades, ahí se dio cuenta de que los tarahumaras tienen colores y diseños únicos que no se comparan con la idea que se tiene de lo que es la ropa mexicana. Así nació Sinibí Jípe.

Esta frase, significa “Siempre hoy” en lengua rarámuri y engloba una parte esencial de la etnia y es que dentro de su ideología no existe el arraigo a las cosas materiales, solamente viven el hoy, el presente, además concuerda con el tiempo que cada artesana tarda en hacer una prenda.

Sinibí Jípe es una línea de ropa cuyas prendas fusionan la moda chabochi (palabra que utilizan para denominar a los mestizos) con los colores y las formas que emplean los rarámuri en sus vestimentas. Fernanda, con una inversión de apenas mil 500 pesos, logró primero que Marcelina, una artesana local que vive en un asentamiento de la capital del estado, creyera en su idea a la cual se sumaron otras mujeres a la empresa hasta lograr lo que hoy es el sueño hecho realidad: de poder contribuir con la economía de las familias, pero, además, llevar una parte de la Sierra Tarahumara a otros países.

Los diseños son básicos y van desde playeras color manta, sudaderas, camisas, ropa para niños, diademas, todos con motivos tarahumaras; cabe mencionar que cada prenda se lleva al menos un mes de elaboración y aunque no se confeccionan desde cero, lleva horas terminarla. Ofrecen tallas desde Chica hasta 3EG pero sin duda, la estrella de la línea es la Napacha una prenda exclusiva de Sinibí Jípe.

“Fue una de las primeras prendas que diseñamos, me pregunté ¿Cómo hago para que alguien se ponga algo rarámuri, así con la manga bombacha y todo? ¿Cómo hago para que la gente se ponga todo el atuendo? Traía yo un kimono y pensé, bueno hay que adaptarlo a esto” comentó la empresaria.

Luisa Fernanda afirmó que no cualquier persona es digna de utilizar un traje completo tarahumara, pues hay que tener ciertas características pero sobre todo, hay que portarlo con mucho orgullo. La Napacha fue la manera de lograrlo, la palabra significa “algo que cubra”.

Las artesanas eran trabajadoras domésticas antes de crear las originales prendas y no siempre tenían las mejores condiciones laborales; desde su llegada al proyecto, Luisa Fernanda buscó que las cuatro rarámuris se capacitaran a través de clases de corte y confección, así como superación personal.

“Les ayudaron mucho con su autoestima. Le tenían miedo a la máquina, no fue solo aprender a usarla, era algo que creían que no era para ellas y lo terminaron haciendo muy bien, desde el primer curso notamos la diferencia, tomaron mucha seguridad y a partir de eso, tomaron otras decisiones en su vida personal” dijo Luisa Fernanda.

Aunque aprendieron a coser a máquina, la emprendedora afirmó que las artesanas usan puntadas únicas e inigualables que ni la más experta costurera podría emular. Trabajan en el taller que Luisa Fernanda dispuso para hacerlo y que además es punto de venta, sin embargo el modelo de trabajo del proyecto les permite hacerlo también desde su casa cuando se enferman o deben atender a su esposo e hijos, sin embargo, la idea de reunirlas a diario en algún punto es conocerlas de cerca así como sus necesidades y canalizarlas a instituciones en caso de que requieran atención médica, psicológica o por cuestiones de seguridad.

A la fecha, la marca creada por Fernanda se ha convertido en un movimiento en redes sociales, desde donde inicialmente se vendían los productos. Persona que compra, persona que sube su foto y esto incluye a grandes personalidades como Juan Carlos Rulfo, hijo del escritor Juan Rulfo y co productor del episodio “Lorena, la de pies ligeros” el documental de Netflix que narra la vida de Lorena Ramírez, la ultra maratonista rarámuri. Visitó Chihuahua y se llevó una hermosa camisa de mezclilla bordada a mano por Cuquita, artesana de la marca chihuahuense y fue la primera que se diseñó en ese estilo.

Lo mismo han hecho visitantes de Brasil, Colombia, y Australia que han quedado fascinados por la manera en la que se conjuntan moda y tradición milenaria de costureras tarahumaras a quienes desde niñas, les enseñan a coser, arte que poco a poco se ha ido extinguiendo debido a que las nuevas generaciones ya no quieren aprenderlo.

Y es precisamente en Australia donde hace algunos meses se abrió el primer punto de venta en el extranjero de Sinibí Jípe y ha causado sensación entre los locales, por lo diferente de las prendas que llegan de México y nada tienen que ver con la clásica blusa de flores bordadas y que proviene solo del centro del país.

“Un grupo de chihuahuenses que residen allá en Australia y buscan promover la cultura mexicana abrieron ese punto; también hemos hecho envíos en otras partes del mundo, de la retroalimentación que hemos tenido de clientes que se han llevado prendas, dicen que les llama mucho la atención los patrones de triángulos, los estampados… Los picos representan las montañas de la sierra”.

La original ropa también se vende en el taller donde se confecciona ubicado en la colonia Mirador, donde además se puede acudir a pedir piezas personalizadas. Recientemente también se abrió un punto de venta en el Aeropuerto Internacional de Chihuahua donde los viajeros pueden llevarse un pedacito de la Sierra Tarahumara en su ropa.

Para conocer más sobre

Sinibí Jípe, en redes sociales:

Facebook: Sinibí Jípe

Instagram: sinibi.jipe

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