Música: Un aliado en tiempos de pandemia
Foto: Cortesía

Colaboración
Laura Raquel De la Vega
Terapeuta y periodista

La música nace desde el corazón. Literalmente. Cada latido cardiaco emite una pulsación y en su secuencia se convierte en un ritmo. De ahí que las primeras civilizaciones repitieron estos pulsos y lo expresaron al exterior con tambores y otros instrumentos musicales.

De esta conexión aparentemente sencilla, pero a la vez tan profunda, ahora se han estudiado algunos de los efectos que la música tiene en el cuerpo, en la mente y en el espíritu.
El corazón de un ser humano late a diferente ritmo a lo largo de la vida. Por ejemplo, un feto a la sexta semana de gestación tiene 160 pulsaciones por minuto, en música esto tiene una traducción y este número de pulsaciones se conoce como allegro.

La frecuencia cardiaca normal de un adulto en reposo oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto, en música este ritmo podría pasar por el adagio, andante y moderato. Así, en la música hay una clasificación de acuerdo con el número de pulsaciones o bits por minuto que tiene la melodía.

El tenor José Manuel Zapata asegura que “la música es el único arte que nos acompaña siempre, desde antes de nacer, hasta que nos meten en la caja de madera. La música empezamos a crearla con nuestros corazones aproximadamente en la cuarta semana (de gestación) en la que ya somos”.

También la música afecta directamente al ritmo del corazón. “Es como un acto reflejo: escucho algo que está muy acelerado y el corazón empieza a ponerse en esa sintonía. Mi cuerpo se pone al ritmo de la música. Y cuando el corazón se sintoniza, de alguna manera le pide al cuerpo que se mueva, porque está bombeando más sangre y eso le invita a bailar”, asegura Gandhy Francisco Hernández Trejo, músico desde hace 30 años, egresado de la licenciatura en artes con opción en música y maestro enfocado en el área de teoría musical.De acuerdo con Hernández Trejo se puede estudiar el efecto de la música desde el punto de vista del ritmo, sin tomar en cuenta la letra. Así comenzó a estudiarse la llamada musicoterapia. Al inicio, asegura, se dieron cuenta de que la música que contenía 60 pulsaciones por minuto, en la que se incluye el barroco, ayudaba a aliviar el dolor. Después descubrieron que generaba concentración.

Ahora en tiempos de pandemia, donde se ha detonado la depresión, la ansiedad y diferentes emociones como la tristeza, la frustración y el enojo, la música puede ser un buen aliado, como apoyo para mejorar el estado de ánimo.

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Gandhy Hernández asegura que para ello es importante tomar un tiempo a solas y hacer un diagnóstico personal, preguntarse “¿Cómo estoy en este momento y qué estado de ánimo quiero lograr?” Las recomendaciones que se ofrecen, van de acuerdo con el ritmo de las canciones, sin tomar en cuenta la letra de la canción, “pues ya se entraría en otro terreno”.

“Hay música para todas las emociones”, comenta el especialista en teoría musical. “Si estoy enojado, estresado y quiero pasar a una etapa meditativa, se puede utilizar música barroca de 60 a 70 bits, música instrumental sin texto”. Para este efecto, Hernández Trejo también recomienda baladas de rock de los 60s, por ejemplo la canción de sonámbulo de Richie Valens, que también se desarrolla en este ritmo.

Según Jordi Jauset Berrocal, estudioso de la músicoterapia, el estado de meditación profunda inducido por la música, puede contribuir a la mejoría en procesos de curaciones en una persona, ya que normaliza la tensión muscular y la respiración, aumenta la cantidad de oxígeno en la sangre, acelera la curación de las heridas, mejora el funcionamiento del sistema inmune, alivia el dolor, los problemas psíquicos y disminuye el estrés.
Para pasar de la melancolía o la tristeza a la alegría, se puede escuchar música que tiene un ritmo arriba de 90 bits por minuto. Hay para diferentes gustos, refiere Gandhy Hernández y ofrece una lista para ello: música clásica como las estaciones de Vivaldi y cualquier obra de Mozart.

De la época más reciente se puede recurrir a Elvis Presley, The Beatles, el estilo funky que utiliza Bruno Mars, el estilo soul en combinación con el funky al que recurren grupos como Tower of Power, así también algunas canciones de OV7 y de Timbiriche. En esta categoría también se encuentra música regionalista como el sauce y la palma que pertenece a la música sinaloense.
Para un estado de euforia está la categoría musical presto, donde se incluye, por ejemplo, el Huapango de Moncayo.

Se ha observado que al escuchar alguna música agradable, se pueden activar sustancias químicas en el Sistema Nervioso Central, estimulándose la producción de neurotransmisores como la dopamina, las endorfinas y la oxitocina, experimentándose un estado que favorece la alegría y el optimismo en general, confirma Jauset Berrocal, en sus estudios sobre música y neurociencia.

Hernández Trejo recomienda hacer una lista de las canciones que lleven al estado anímico que se quiere lograr, estar a solas, hacer una introspección de media hora, concentrado solo en la música. Esto permite, comenta, una limpieza y canalización de emociones. “Es un diálogo contigo mismo, desde otra perspectiva”. Por otro lado, hay personas que les sirve acompañar estos momentos de actividades físico motoras como dibujar y moldear plastilina, lo que también ayuda a la relajación.

Además de la introspección personal, Gandhy Hernández afirma que “en esta pandemia se puede recuperar el ingrediente social que se ha abandonado debido a alguna tecnología como los audífonos. Se puede utilizar la música como ente social, en familia. Es momento de compartir”. El maestro en música refiere que para ello se puede tomar un tiempo al final del día y escuchar en familia las canciones que a cada uno le gustan, compartir las experiencias que han surgido con ellas. Esto forma mayor cohesión entre las personas.

Así pues, elegir la música que necesitamos en cada etapa de la vida y en especial en situaciones difíciles como la que se vive actualmente puede mejorar el estado anímico. De acuerdo con los especialistas, los beneficios de la música sobre los seres humanos son diversas: facilita la expresión de emociones y sentimientos, energiza el cuerpo y la mente, alivia temores y ansiedades, genera relajación psicofísica y disminuye la percepción del dolor.

¡A escuchar música se ha dicho!

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