A lo largo de las últimas décadas Ciudad Juárez se ha caracterizado por su acelerado crecimiento poblacional y, a la par, aumentó su infraestructura, pero lo hizo de una forma tan dispersa que actualmente se han debido tomar medidas para comenzar a desarrollar la urbe hacia el interior de su anillo periférico.

Sin embargo, llegar a estas determinaciones no ha sido cosa sencilla, sobre todo frente a los distintos cambios de administración municipal y estatal, con lo que también cambia la visión de ciudad, los proyectos y presupuestos.

La Problemática

El Plan de Desarrollo Urbano Sostenible del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), indica que el Municipio de Juárez tiene, hasta el registro en 2015, una superficie de 121 mil 974.34 hectáreas.

Este mismo documento, publicado en 2016, evidencia el citado crecimiento que ha tenido la frontera, calificándolo de errático, expansivo y disperso, especialmente para la segunda mital del siglo XX y primeros años del siglo XXI.

Esto debido a que, para 1950 la ciudad constaba de apenas 909.22 hectáreas, y en ella habitaban 134.80 personas por unidad de medida.

En 1960, Juárez creció hasta medir 2155.15 hectáreas y había 85.54 habitantes por hectárea.

Para 1990, la extensión era de 14 mil 43 hectáreas con 85.54 habitantes por hectárea y en 2015, llegó hasta la medida aquí citada, pero con 41.82 habitantes por unidad de medida.

Con esta información se marca una tendencia al alza en cuanto a extensión y a la baja en lo que se refiere a densidad, es decir, a la cantidad de personas que habitan por hectárea, y es donde radica la problemática de dispersión que tiene Ciudad Juárez.

Esta dispersión, ha generado una serie de situaciones que afectan de manera negativa a la ciudadanía y también a la administración del gobierno, puesto que el hecho de que haya ciudadanos viviendo lejos de la zona más nuclear de Juárez, hace que sea más costoso llevarle los servicios básicos; no sólo gas natural, agua potable, o energía eléctrica, sino también recolección de basura, seguridad pública y hasta resulta más difícil llevar unidades de bomberos o de Rescate, por ejemplo.

Así lo menciona el regidor titular de la comisión de Desarrollo Urbano en el Cabildo de Juárez, Ubaldo Solís, quien señaló que llevar los servicios públicos hasta estas zonas es muy costoso para el municipio.

“Servicios Públicos, a través de Limpia, Alumbrado y Parques y Jardines, tienen un estudio que dice que prácticamente no se ven tan eficientes por el hecho de que la ciudad es muy larga, se pierde mucho tiempo, muchas horas hombre en el traslado desde las instalaciones principales hasta los diversos puntos que se encuentran más alejados de la ciudad”, recalcó.

Comentó que, por ejemplo, se pierden horas-hombre en el solo traslado desde el punto central de la dependencia, ubicada en la Avenida Universidad, en la zona de El Chamizal, hasta las zonas periurbanas de la ciudad, es decir, aquellas cercanas o que sobrepasan el anillo periférico de la ciudad.

En este sentido, el regidor adelantó que cuenta con una propuesta para generar una suerte de delegaciones de la dependencia que se coloquen en puntos estratégicos de la ciudad, con el fin de que se disminuyan estos costos a través de acercar los servicios a las zonas donde más se requiera.

Y para determinar estos puntos específicos, se requiere del trabajo tanto del IMIP como de la misma Dirección de Servicios Públicos.

Sin embargo lamentó que este proyecto podría no poder concretarse, por el poco tiempo que queda de la administración municipal 2016-2018.

La “Radiografía Socioeconómica del Municipio de Juárez 2017, Así Comenzó 2018”, indica que la mayor demanda de servicios básicos es de drenaje, con unas 56 mil 610 personas que de él carecen, seguida por el de agua, con 20 mil 431 personas y finalmente está el de electricidad, con 4 mil 74, en una tendencia que ha ido a la baja desde el año 2000.

Al respecto, la directora de Desarrollo Urbano del gobierno municipal, Lilia Méndez, señaló que es completamente evidente esta situación, y como tal la administración actúa en consecuencia.

“Es que incluso la zona alejada, que ya está ahí, porque ahí vive gente, ahí viven más de 300 mil juarenses, ahí hay áreas de trabajo, menores, pero las hay, infraestructura pública, porque hay escuelas, que tampoco debe olvidarse… No hay que caer en el exceso de creer que eso ya no es Juárez. No. Eso es Juárez, y de hecho ahí es una zona de atención prioritaria”, declaró.

Dijo que esta área de la ciudad cuenta con un déficit mayúsculo, por lo tanto, se deben aplicar programas y proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas que ya viven ahí.

A decir del director del IMIP, Álvaro Roberto Mora Palacios, el problema en infraestructura que tiene Juárez a causa de la dispersión, cuenta con un gran número de vertientes, pues mientras coincidió en la problemática de atención para las zonas del suroriente y norponiente, pero agregó déficit en el manejo de agua pluvial en toda la ciudad, falta de transporte público adecuado, seguridad pública y servicios en general.

Comentó que a Ciudad Juárez ha tenido un gran problema de no contar con el apoyo estatal o federal que la ciudad “se merece”.

Abundó en que el término “merecer” va más allá de lo que aquí se produce o lo que los ciudadanos pagan de impuestos, “sino también por la manera como Juárez ha sido colchón de compatriotas que han salido expulsados de sus zonas donde vivían por las faltas de oportunidades de trabajo (…) en Juárez siempre ha habido gente que ha venido de fuera. Sin embargo el gobierno federal nunca ha tomado esto en cuenta”.

Por lo pronto, coinciden las autoridades, se ha llegado a generar la visión, de cara a la situación en que se encuentra la urbe, de detener esta dispersión, y comenzar a densificar la ciudad, a través de aprovechar las tierras disponibles al interior del anillo periférico por medio de incentivos de potencial urbano y fiscales para los nuevos desarrollos.

Lilia Méndez señaló que la política va en dos vías: “Una es: no crezcamos tan lejos, y la otra es: concentrémonos”.

Explicó que lo que sucedió mientras crecía Ciudad Juárez, es que se conocía de la problemática que generaba autorizar únicamente asentamiento horizontal, es decir, la dispersión, también continuaban las mismas.

“Entonces había como una contradicción en la política pública urbana y por eso no acababas de consolidar una de las grandes estrategias, es decir, ‘ya no crezcamos tan lejos’”, y es lo que más consolida el Plan de Desarrollo Urbano Sostenible de 2016 (PDUS).

Dentro de este documento, detalló, existe la generación del anillo prioritario, que es la periferia de la ciudad, y dentro de éste se generan tres zonas de densificación prioritaria a su vez.

¿Puede Juárez crecer en vertical?

La profesionista indicó que el PDUS cuenta con estas tres zonas prioritarias y cuentan a su vez con una normatividad complementaria que le permite al desarrollador sacar el mejor beneficio potencial del terreno “y entonces generar la verticalidad de manera más pausible, más fácil, con más incentivos, tanto urbanos como fiscales”.

Señaló que, por ejemplo, la zona 1 maneja como límite de verticalidad la capacidad de infraestructura de la propiedad, es decir, tanto como las calles colindantes y los mismos servicios (agua, energía eléctrica, gas natural) lo permitan ya que “no vamos a densificar demás” y no es tanto decir que hay un límite de niveles o pisos.

Explicó que esta zona se distingue por corredores principales, es decir que sus ejes son las vialidades principales y hasta 250 metros al fondo.

Las zonas 2 y 3 tienen una visión con mayor tendencia hacia el incentivo de vivienda en las que “te va (el instrumento) a poner una serie de incentivos de potencial urbano si tú potencializas la vivienda vertical”.

Méndez señaló que se trata de un tema muy complejo en el cual pueden presentarse varios escenarios, y todo ello va a depender de la visión de ciudad que tenga la administración en turno, aunque actualmente ya se cuenta con reglas de prioridad, como por ejemplo, no ofrecer incentivos para las propiedades más alejadas de Juárez.

“No lo prohíbe (el desarrollo), sólo te dice que tienes que cuidar cómo estás creciendo, y esta ha sido la política de esta administración, no ha habido fraccionamiento en esa zona”.

Sin embargo, subrayó que no se puede aún dar una certeza de que la contundencia de las nuevas políticas de desarrollo urbano hayan logrado detener el problema, pues “a veces lo ves a un plazo mayor que el que hemos corrido”, pero aseguró que se tiene ya luz sobre la situación y los nuevos trabajos van encaminados a privilegiar la densificación de Juárez.

Aún así, Méndez indicó que esta frontera se encuentra aún lejos de ver, por ejemplo, torres residenciales y esto debido a que en la ciudad existe un paradigma respecto a lo que debe ser la vivienda.

“Nosotros los norteños… nuestro estado es un territorio enorme, como que creemos que tenemos que tener una casa con un patiesote… todavía tenemos ese concepto, a diferencia, por ejemplo, de los que viven al centro (del país) que son estados pequeñitos, son muchos y han tenido que crecer vertical”.

En Juárez existen pocos ejemplos, como la colonia Fovissste Chamizal, el Infonavit Casas Grandes o el desarrollo sobre la avenida Insurgentes, conocido como La Burócrata.

Así, la especialista apuntó que se trata también de una cuestión cultural, y que se tendrá que avanzar poco a poco rumbo a la construcción en Juárez de más vivienda vertical.

Por lo pronto, apuntó, se cuenta con un solo proyecto en puerta, pero éste ha sido únicamente consultado, sin que haya iniciado un proceso formal de obtención de los permisos correspondientes.

¿La podremos pagar los juarenses?

El titular del IMIP, Roberto Mora, señaló que, en efecto, hay proyectos para crecer dentro del anillo periférico y de forma vertical, sin embargo “también nos queda claro que van a ser viviendas… no de interés social o no viviendas de bajo costo”.

Señaló que, por ejemplo, en la ciudad de Chihuahua, Monterrey, Nuevo León o en Guadalajara, se han hecho edificios cuyo departamento más barato “anda arriba del millón y medio, dos millones de pesos”, por lo tanto, también se están buscando proyectos que sean accesibles para las personas de escasos recursos que puedan hacer uso, por ejemplo, de un crédito de infonavit.

Sobre esta situación, la funcionaria municipal añadió que, en efecto, la experiencia en Chihuahua ha sido de vivienda vertical del tipo medio residencial o residencial el cual consideró “un buen ejercicio de entrada”, debido, precisamente a la cultura en cuanto a casa que se tiene en la región norte del país.

“Como apenas vamos a empezar a sensibilizarnos como comunidad a vivir de esa manera (…) es un buen ejercicio que empecemos con estos niveles, porque estos niveles por sí mismos permiten el mantenimiento y cuidado de las áreas”.

Así, quienes adquieran vivienda de este tipo, descubrirán si saben vivir en verticalidad a través del respeto y convivencia, de tal modo que se rompa con el mito y comience a haber más proyectos similares.

“Me da la impresión de que están viendo primero cómo funciona. Ciudad Juárez es una ciudad muy especial en su manera de tomar la desición”, apuntó a su vez Mora Palacios, y ejemplificó la torre de 8 pisos ubicada sobre la avenida Tomás Fernández.

Este edificio estaba inicialmente pensado para ser vivienda, sin embargo, y pese a su buena ubicación, no se concretó ninguna venta y terminó siendo para oficinas; “la gente nunca quiso comprar aunque estaba enseguida del campestre”, recordó.

Por su parte, Lilia Méndez acotó que sí tienen que haber proyectos de mixtura para vivienda de interés social, o como se le llama en términos urbanos, vivienda asequible.

Para ello, indicó que se ha trabajado en conjunto con el Laboratorio de Urbanismo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez para la recuperación de zonas prioritarias y que éstas sean accesibles al ciudadano promedio.

Explicó que, por ejemplo, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) cuenta con un apoyo para los municipios, con el que les brinda recursos para comprar tierras dentro del mismo territorio, con el fin de que las administraciones privilegien la vivienda.

Con esto, añadió, podrían darse inversiónes público-privadas, en las que el gobierno aporta la tierra a un muy bajo costo, y el desarrollador construye viviendas que se pueden comprar con un crédito de Infonavit.

Se podría, por ejemplo, poner edificios de 2 o 3 niveles, junto a una vivienda horizontal y no hacer necesariamente un mundo de torres, sino figuras en condominio y, a la vez, dejar predios comerciales para “la tienda, la peluquería o la mercería”.

¿Cuál es la clave para que esto suceda?

La clave para un desarrollo urbano exitoso se asienta, en la continuidad de los proyectos, y es algo en lo que coinciden tanto el director del Instituto Municipal de Investigación y Planeación, Roberto Mora Palacios, y la titular de la Dirección de Desarrollo Urbano del gobierno municipal, Lilia Méndez.

“El éxito, en términos urbanos, de una ciudad es la continuidad. Si nos reinventamos cada determinado periodo corto de tiempo, es imposible ver un producto terminado”, señaló la arquitecta Méndez, al señalar que al hablar de una urbe, se podría esperar un cambio importante en 10 años, mientras que el plazo corto, de 5 a 7 años, apenas alcanzaría para empezar a ver diferencias.

“Proyectos consolidados, estamos hablando de 15 a 20 años, eso es de verdad, pero eso sólo se hace con permanencia, con contundencia, con disciplina y con políticas públicas claras”, acotó.

Por su parte, el también arquitecto Mora Palacio, coincidió al señalar que es muy complicado poder darle continuidad a proyectos con los constantes cambios a nivel administraciones, también hablando políticamente.

“Ahorita, desafortunadamente, la situación política que estamos atravesando es muy difícil, y ahí ya el encono de los enfrentamientos entre grupos ya es muy fuerte, no sabemos qué va a pasar”, lamentó y aceptó que la indefinición que se genera en tiempos electorales paraliza casi totalmente los trabajos.

Ello, aunado a la falta de proyectos ejecutivos en los distintos rubros para resolver las problemáticas, pues es muy complicado ir a la capital del país a solicitar recursos para tratar una determinada situación sin contar con un plan muy determinante sobre dónde y cómo se van a aprovechar esos recursos.

“No necesitamos buenas intenciones, necesitamos un trabajo organizado, en donde nos coordinemos interdepartamentalmente las administraciones estatal, municipal y federal”, sentenció.

Ciudad Juárez ¿En Vertical?

Sin duda se trata de un tema muy amplio y con incontables aristas, una problemática que las instituciones han estudiado a fondo durante los últimos años y para la cual ya se comienzan a tomar medidas.

Ya se han deasrrollado instrumentos y herramientas para no incrementar el problema, los esfuerzos institucionales se encuentran ya orientados a la solución; sin embargo las autoridades coinciden en que revertir la gran dispersión, lograr la densificación y crear nuevos desarrollos en vertical, será un titánico trabajo que se tomará varios años para llegar a concretarse en Ciudad Juárez.

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