En este sexenio, la suma del total de las tomas clandestinas en los ductos de Pemex, de hidrocarburos y gas LP, ha roto todos los récords históricos, de acuerdo a información de Pemex.
Entre enero y septiembre de 2023 se reportaron 11 140 de tomas ilegales, la mayor cantidad para este periodo desde 2010 cuando la empresa empezó a dar datos sobre el huachicol.
En 2019 hubo 10 493 tomas; en 2020, 7783; en 2021, 7895; en 2021, 10 006 y en lo que va de 2033, 11 140. El Universal (16.11.23) se hizo de la información a partir de una solicitud al área de Trasparencia de Pemex.
La información de Pemex desmiente de manera contundente las constantes afirmaciones del presidente que, una y otra vez, dice que el huachicol se acabó a la llegada de su gobierno.
Ante esta realidad sólo hay dos posibilidades: el presidente miente de manera abierta y deliberada o lo engañan los funcionarios de Pemex y del área de seguridad que le dan “otros datos”.
Las 11 140 tomas clandestinas de 2023 superan el récord histórico de enero a septiembre de 2018 cuando se dieron 11 103 de estas.
El promedio de “piquetes” diarios a los ductos en 2022 fue de 37.1 y en lo que va de 2023 de 41.3, también un máximo histórico.
De acuerdo a Pemex, la ordeñada de ductos ocurre en 24 de las 32 entidades federativas, pero el 93 por ciento de los casos se concentra en diez estados.
Estos son: Hidalgo (2902); Jalisco (1715); Estado de México (1342); Veracruz (1204); Puebla (965); Tamaulipas (732); Guanajuato (408); Nuevo León (366); Baja California (314) y Querétaro (288).
De acuerdo al Informe Nacional de Seguridad, al que el presidente tiene acceso, se calcula que al día Pemex pierde 4600 barriles que equivalen a 16 800 000 pesos diarios los 365 días del año.
El aumento histórico del huachicol, de acuerdo a los especialistas en el tema, se debe a que Pemex no ha implementado las nuevas tecnologías para evitar el robo de combustible.
En el mercado internacional existe la tecnología y se puede comprar con facilidad y ante este hecho surge la pregunta de por qué la empresa no la compra cuando lo puede hacer.
Estos estudiosos consideran que es por no existir la “voluntad política” para hacerlo. No es un tema de falta de recursos. Y entonces surge la pregunta por qué no hay voluntad política.
Hoy día Pemex es la única de las grandes petroleras del mundo que no utiliza la nueva tecnología y, entonces, vuelve a plantearse la pregunta por qué no.
El huachicol está claramente asociado a la actividad del crimen organizado que al año deriva cantidades multimillonarias de solo esta actividad.
Surge, entonces, otra pregunta: ¿los funcionarios de Pemex que no quieren utilizar la nueva tecnología para detectar el robo de combustible tienen relación con el crimen organizado? Es muy probable.
El presidente, para dejar de decir mentiras, podría solicitar la información oficial a Pemex empresa dirigida por uno de sus más claros incondicionales. Él lo nombró.
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