El pasado 13 de mayo el papa Francisco se reunió en Roma con los 98 embajadores en activo que tiene el Estado Vaticano y los 46 que ya están jubilados. El encuentro fue tenso.

De frente el papa les dijo que “era incompatible ser un representante pontificio con criticar al papa a sus espaldas” y “unirse a grupos hostiles a él, a la curia y a la Iglesia”.

Desde 2013, el papa celebra cada tres años una reunión con los diplomáticos que el Vaticano tiene en más de 180 países en todo el mundo en su calidad de Estado.

Los sectores más conservadores de la iglesia mantienen una crítica y presión constante sobre el papa, en particular unos cuantos cardenales y obispos en Estados Unidos.

Algunos de estos embajadores han participado en el apoyo a grupos dentro de la Iglesia que a través de medios de comunicación se dedican a criticar al papa.

Estos medios, que tienen presencia mundial a través de las redes sociales, están financiados por grupos de la extrema derecha en Estados Unidos.

El estilo del papa es directo y dice de manera abierta lo que piensa. En esta ocasión advierte a los diplomáticos del Vaticano que no ignora que algunos actúan en su contra.

En la reunión el papa les entregó un decálogo para que “realicen mejor su misión” y actúen en la conciencia de que son “el representante del papa”.

El decálogo plantea que no deben caer en “chismes y murmuraciones” y que deben de “evitar el lujo” y “dejarse engañar por los valores mundanos”.

Por: Rubén Aguilar Valenzuela

Twitter: @RubenAguilar

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