Perla Bustamante: Máximo estandarte del Paralimpismo de Juárez
Foto: Cortesía

De nombre Perla y de apellido Bustamante. Egresada del Tecnológico de Chihuahua y atleta de toda la vida. Sus tres medallas Paralímpicas la colocan como una de las atletas juarenses más galardonadas en el Paralimpismo y la única en conseguir el logro en tres disciplinas diferentes.

Nacida un 17 de agosto de 1964, llevó el deporte consigo desde muy temprana edad. Todo era ciclismo, natación y gimnasia. No fue hasta 1999, fuera de la edad normal de toda carrera Olímpica convencional con 36 años, cuando un fuerte accidente le cobró la pierna izquierda. Una lancha le pasó por encima en Puerto Vallarta. Le quitó una extremidad, pero no la vida ni la intención de seguir practicando deporte, mismo que acabó proyectándola a alturas que pocos fronterizos han logrado alcanzar.

Cinco años más tarde, en Atenas 2004, la ingeniera industrial hacía acto de presencia en la justa Paralímpica, sin cartel de favorita y en una disciplina que no había sido la suya antes de aquella fatídica tarde en el estado de Jalisco. Fue en el salto de altura donde se llevó la medalla de bronce con marca de 3.44 metros. Solo por debajo de la alemana Christine Wolf y la china Zhang Huai Yuan.

No conforme y todavía sin partir de la capital griega, el lanzamiento de bala la vio colgarse la plata gracias a su registro de 8.87 metros. Regresaba al estado grande con dos de las 34 medallas que cosecharía la delegación mexicana en aquella justa. No obstante, cuatro años más tarde, la fronteriza ya no perdonaría en el atletismo de la pista dentro de tierras asiáticas.

Regresó para Beijing con la cuenta pendiente de los 100 metros planos. Mismos en los que se coronó con la medalla de oro para dejar de recuerdo su imagen en lo más alto del podio, intentando contener las lágrimas de alegría durante el himno nacional. Aquella presea la pondría junto a la generación dorada de 2008. La generación que incluía a María del Rosario Espinoza y su oro en el taekwondo, la de Guillermo Pérez Sandoval que hizo lo propio en la rama varonil del mismo deporte. La generación de los 12 oros acumulados entre las dos magnas justas del deporte.

“La verdad es que siempre lo visualicé así. Siempre me imaginé un estadio lleno, con el clima perfecto y con todas las posibilidades de poder ganar. Cuando uno sueña, y cuando uno trabaja para conseguir esos sueños, te queda la certeza y la seguridad de que todo lo que buscas se va a convertir en realidad, Beijing fue cerrar un ciclo donde mis confusiones se volvieron claridades y donde esas confusiones me dieron una oportunidad de vida, de esas que tienes por delante pero que de repente no puedes ver”, reflexionaba la atleta al termino de los Paralímpicos de 2008.
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