Ciudad Juárez.- Apenas el pasado 15 de marzo, la Fiscalía de Distrito Zona Norte ordenó la inhumación de 67 personas que nunca fueron reclamadas ante la dependencia.

En lo que anteriormente se conocía como “fosa común”, en un espacio adicional dentro del panteón San Rafael, fueron colocados los ataúdes únicamente con datos de las características generales de las víctimas; no están inscritos sus nombres, ni siquiera sus edades aproximadas, pues nada de eso se sabe, solamente la fecha en que fueron localizados.

Sin embargo, entre los sepultados, al menos ocho personas se sospecha que son de origen extranjero.

Esto cobra fuerza debido a que fueron hallados en las inmediaciones de la zona límite entre México y Estados Unidos; tres de ellos ahogados en el río, dos más en un canal de irrigación en el Valle de Juárez, y el resto en tramos del muro fronterizo.

Desde 2023 a la fecha, alrededor de 63 cuerpos que llegaron al Servicio Médico Forense (Semefo) han sido de extranjeros, documentando los 40 muertos en las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) incendiado el 27 de marzo del año pasado.

Actualmente, hay cerca de 10 fallecidos, tres de ellas mujeres, de quienes no se tiene ningún dato, y tienen las características de personas en situación de movilidad.

Las autoridades sospechan que se trata de personas venezolanas, basándose en testimonios de algunos testigos interrogados por agentes ministeriales al momento de hallar a los fallecidos.

Se han iniciado los procesos de contacto con la representación diplomática de Venezuela a fin de establecer el origen e identidad para contactar a las familias y por ende, iniciar los procesos de repatriación.

El pasado 17 de mayo ocurrió el último hallazgo de un hombre sin vida, el cual aparentemente fue asesinado a golpes en el bordo del Río Bravo, del lado mexicano a la altura del punto 39 del muro fronterizo.

Junto a él, solo se encontró una mochila con ropa, sin ningún documento, por lo que prevalece en calidad de desconocido.

Tan solo 10 días antes, el 7 de mayo, un hombre murió atropellado justo a la altura del bulevar Juan Pablo II y Francisco Villarreal Torres cuando pretendía cruzar hacia el bordo del río e internarse en territorio americano. Al momento de la tragedia, únicamente portaba su mochila, característica de los migrantes, sin ninguna documentación.

Ese hombre también prevalece en calidad de desconocido en el Servicio Médico Forense (Semefo). Siguiendo los protocolos de esa institución, al pasar un tiempo razonable sin poder contactar a los familiares y no obtener ninguna identidad, serán inhumados únicamente con sus características generales. Semefo, siempre que se encuentra al límite de su capacidad, es decir, cercano a los 300 cadáveres, ordena la inhumación para liberar espacio.

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