Evans.- Después de reconciliarse en privado, Donald Trump y el gobernador de Georgia, Brian Kemp, aprovecharon las consecuencias del paso del huracán Helene para hacer pública su distensión, en una visita en la que el expresidente elogió a un colega republicano al que fustigó hace apenas unos meses y en la que prometió tratar bien al estado si vuelve a la Casa Blanca.

Trump, el candidato republicano a la presidencia y Kemp, un popular gobernador que se encuentra en su segundo mandato, se presentaron en las afueras de la ciudad de Augusta para elogiar las labores de recuperación después de que Helene tocara tierra en Florida y causara daños generalizados a medida que avanzaba hacia el interior de Estados Unidos a través de Georgia y otros estados.

“Quiero agradecerle al presidente Trump por volver a nuestro estado por segunda vez... y mantener la atención nacional en nuestro estado mientras nos recuperamos”, declaró Kemp, hablando mientras Trump permanecía en silencio detrás de su hombro derecho, ambos rodeados de agua embotellada, productos de papel, pañales y otros insumos de emergencia.

La visita a la localidad de Evans no implicó nada de la hostilidad que ha definido la relación entre los dos republicanos desde noviembre de 2020, cuando Trump insistió falsamente en que había derrotado al demócrata Joe Biden y reprendió a Kemp por negarse a ayudarlo a anular el resultado.

Kemp y Trump se reunieron en privado antes de dirigirse a los periodistas. Trump estuvo acompañado en el viaje por sus principales asesores de campaña, Susie Wiles y Chris LaCivita, y su nuera, Lara Trump, a la que eligió para que fuese copresidenta del Comité Nacional Republicano.

Una vez ante las cámaras, Trump dijo que Kemp está haciendo un “trabajo fantástico”, y elogió la respuesta a la tormenta en Georgia. Sin embargo, el expresidente pareció contradecir sus elogios al repetir después sus afirmaciones falsas de que el gobierno de Biden se ha quedado de brazos cruzados y ha dejado que los estados afectados sufran.

Esta semana en la ciudad de Valdosta, Trump incluso alegó que Biden no había hablado en absoluto con Kemp. En otra comparecencia, Kemp confirmó que Biden lo llamó personalmente y le ofreció la ayuda que Georgia pudiera necesitar.

“Me llamó y no me localizó, así que le devolví la llamada y me dijo: ‘Oye, ¿qué necesitas?’ Y le dije: ‘Tenemos lo que necesitamos, seguiremos el proceso federal’”, narró Kemp sobre su conversación con Biden. “Me dijo que si necesitábamos otras cosas que sólo lo llamara directamente, lo cual agradezco”.

En Evans el viernes, Kemp no aceptó preguntas de los periodistas, asegurándose de no tener que contradecir a Trump mientras estaba a su lado. Para cuando Trump empezó a aceptar preguntas y a repetir sus críticas a Biden el gobernador ya había salido del pabellón en el que hablaron.

Durante su intervención, Kemp señaló que el gobierno federal ha aprobado todas sus declaraciones de desastre recomendadas para condados de Georgia, el paso legal necesario para que la respuesta a la tormenta sea cubierta con reembolsos federales. Kemp indicó que prevé que se agregarán más condados a la lista.

Luego de que Trump se retirara, miembros del servicio de la Guardia Nacional desmontaron el despliegue de suministros que sirvió de telón de fondo para el gobernador y el expresidente.

En agosto, Trump se valió de redes sociales y de un mitin en Atlanta para acusar a Kemp de “luchar contra la unidad y el Partido Republicano” y criticar a la primera dama de Georgia, Marty Kemp, por decir que pensaba escribir el nombre de su marido en su boleta de los comicios presidenciales. Kemp llevaba meses diciendo que apoyaría “la candidatura republicana”, pero sin nombrar específicamente a Trump.

Ese espectáculo generó inquietud entre los republicanos de Georgia y a nivel nacional de que el disenso del Partido Republicano conduzca a una repetición de lo ocurrido en 2020, cuando Biden ganó el estado por menos de 12 mil de los 5 millones de votos emitidos.

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