Florida.- El huracán Milton llevó sus lluvias y fuertes vientos a la bahía de Tampa el miércoles en su avance constante y potencialmente catastrófico hacia la costa oeste de Florida, donde los funcionarios exhortaron a los residentes a que evacuaran o se iban a enfrentar a sombrías probabilidades de supervivencia.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés) señaló que no se sabe exactamente dónde tocará tierra firme el centro de Milton el miércoles por la noche debido a que la trayectoria de la tormenta podría "moverse", pero afirmó que toda la región de la bahía de Tampa y zonas en el sur corren un grave riesgo. Los vientos con fuerza de tormenta tropical estaban frente a la costa a mediodía, informó el NHC.
“Esto es todo, amigos”, dijo Cathie Perkins, directora de manejo de emergencias del condado de Pinellas, que se encuentra en la península que forma la bahía de Tampa. “Aquellos que fueron azotados por el huracán Helene, este va a ser un nocaut. Necesitan irse de aquí y necesitan irse ahora”.
Milton ha fluctuado en su intensidad a medida que se acerca a Florida, pero era una poderosa tormenta de categoría 4 el miércoles a mediodía y para la tarde bajó de intensidad a categoría 3. Se tiene previsto que siga siendo un huracán de categoría 3 o mayor cuando su vórtice toque tierra firme y luego azote el centro del estado, señalaron los meteorólogos. La bahía de Tampa, cerca de la parte superior de un largo tramo de costa que podría estar en el ojo del huracán, no ha recibido el impacto directo de un gran huracán en más de un siglo.
El miércoles en la tarde, Milton se ubicaba a 240 kilómetros (150 millas) al suroeste de Tampa y tenía vientos máximos sostenidos de 209 kilómetros por hora (130 millas por hora), informó el NHC. Se movía hacia el noreste a 26 km/h (16 mph).
Las fuertes precipitaciones empezaron a extenderse el miércoles por la mañana por partes del suroeste y el oeste central de Florida antes de la llegada del meteoro, y se esperaba que el tiempo empeorase en toda la costa del Golfo en Florida durante el día. Las previsiones eran de entre 15 y 31 cm (de 6 a 12 pulgadas) de lluvia, que en algunos lugares podrían alcanzar los 46 cm (18 pulgadas), en el centro y el norte de Florida hasta el jueves. Eso aumentaba el riesgo de inundaciones catastróficas y con riesgo para la vida, y desbordamientos en ríos entre moderados y graves. Se produjeron varios tornados en zonas del centro y el sur de Florida.
Un tornado se registró el miércoles por la mañana en la escasamente poblada zona de los Everglades y cruzó la autopista interestatal 75. Otro aparente tornado azotó Fort Myers, arrancando ramas de los árboles y destrozando la marquesina de una gasolinera.
Los meteorólogos esperaban que el sistema conservara la fuerza de huracán al atravesar el centro de Florida el jueves en una ruta al este, hacia el océano Atlántico. La ruta exacta seguía siendo incierta y los expertos variaron el martes la estimación de su recorrido ligeramente al sur de Tampa.
Miles de autos que huían atascaron las autopistas de Florida antes de la tormenta, pero el tiempo para evacuar se acababa el miércoles. La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, advirtió que una marejada ciclónica de 4,5 metros (15 pies) podría tragarse una casa entera.
“Así que si estás ahí dentro, básicamente ese es tu ataúd”, dijo.
Milton avanza hacia poblaciones aún afectadas por el paso del huracán Helene hace dos semanas, que inundó calles y viviendas en el oeste de Florida dentro de un destructivo recorrido que dejó al menos 230 muertos en el sur de Estados Unidos.
En la localidad costera de Punta Gorda, unos 160 km (100 millas) al sur de Tampa, las calles seguían inundadas el martes con montones de hasta 1.5 metros (5 pies) de muebles, ropa, libros, electrodomésticos y otra basura empapada que se había sacado de casas dañadas.
Muchas casas estaban vacías, pero el contable y coleccionista de arte Scott Joiner seguía en el segundo piso de la vivienda de estilo Nueva Orleans que construyó hace 17 años. Joiner dijo que cuando pasó Helene e inundó el primer piso de su casa, había tiburones toro nadando en las calles inundadas y un vecino tuvo que ser rescatado en piragua.
“Tener agua es una bendición”, comentó Joiner, “pero es muy mortal”.
Joiner dijo que tenía previsto pasar otra ronda y aguantar allí el paso de Milton, a pesar del riesgo.
Las autoridades han emitido órdenes de evacuación para 11 condados de Florida con una población total de 5,9 millones de personas, según estimaciones del Censo de Estados Unidos.
Las autoridades han advertido que cualquiera que se quede atrás debe valerse por sí mismo, ya que no se espera que los trabajadores de emergencias arriesguen sus vidas intentando hacer rescates en el apogeo de la tormenta.
En Riverview, al sur de Tampa, varios conductores que hacían una larga fila para repostar el martes dijeron que no tenían planes de evacuar.
“Creo que simplemente nos quedaremos, ya sabe, lo aguantaremos”, dijo Martin Oakes, de la cercana localidad de Apollo Beach. “Tenemos persianas colocadas. La casa está lista. De modo que esto es como la última pieza del rompecabezas”.
Otros decidieron no arriesgarse después de Helene.
En la isla Anna Marie, en el extremo sur de Tampa Bay, Evan Purcell empacó las cenizas de su padre y trataba de atrapar a su gato de 9 años, McKenzie, mientras se preparaba para marcharse el martes. Helene le había dejado con daños por valor de miles de dólares cuando su casa se inundó. Temía que Milton pudiera llevarse lo que quedaba.
“Sigo en shock por el primero y aquí llega la segunda ronda”, dijo Purcell. “Tengo una mala sensación sobre este”.
Los gobiernos locales y del estado trataban de retirar montones de escombros dejados `por Helene antes de la nueva tormenta, temiendo que el nuevo huracán convirtiera los restos sueltos en misiles. El gobernador, Ron DeSantis, dijo que el estado había desplegado unos 300 camiones volquetes que habían recogido mil 300 cargamentos de escombros.
En México, las autoridades en el estado de Yucatán reportaron daños menores cuando Milton pasó frente a su costa. El viento derribó tendidos eléctricos, farolas y árboles, y destruyó algunas estructuras pequeñas con tejado vegetal, indicó el gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz. No reportó muertos ni heridos.