Tragedia. La muerte de casi 40 migrantes de nuevo pone a Ciudad Juárez en los ojos del mundo. Una cifra elevadísima en una de las peores tragedias de este tipo en la ciudad y en México. Detrás hay una serie de factores y situaciones que no se pueden aislar y que se deben analizar para entender el fatal resultado.

El informe presentado hasta ahora indica que las personas retenidas en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) comenzaron una protesta y prendieron fuego a algunos objetos. Las llamas se propagaron rápido y después fue imposible escapar de un edificio que parece una prisión.

La Fiscalía General de la República (FGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) tienen la investigación en sus manos, y a falta de que presenten un informe, todo parece indicar que sí hubo omisiones por parte del personal del INM.

Este caso ya ha marcado la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador y la forma en que se aborda la situación migratoria en las fronteras. Los gobiernos estatal y municipal también han resultado involucrados, pues trabajan en conjunto con el Gobierno de México en el tema.

Los tres entes lamentaron la tragedia y han garantizado la suma de esfuerzos para atender a las víctimas y a sus familiares, quienes ahora cargan otro peso en su espalda: el fallecimiento o la condición grave de un familiar. Es también un llamado a la empatía, el respeto y la solidaridad. La gobernadora Maru Campos y el alcalde Cruz Pérez Cuéllar han llamado a la unidad para atender y superar este episodio.

Después de esta tragedia, sin duda es necesario replantear la estrategia de atención a las personas en movilidad, que las autoridades se cuestionen si el trato es digno, los lugares que se disponen están en buenas condiciones. La comunidad también debe reflexionar al respecto, mostrar algo de sensibilidad.

Hay que estar atentos a las medidas que se tomen en los países de origen de las víctimas y la forma en que México conduce la situación. Esto puede marcar de alguna forma las relaciones entre las naciones, más allá de la hermandad y la cooperación que se ha presumido en diversas ocasiones.

Es momento de que Juárez demuestre de nuevo su ese valor que lo caracteriza: la hospitalidad. También debe recordar que es una ciudad compuesta por migrantes, es una frontera, es inevitable, de ahí la importancia de presentar un poco de sensibilidad al respecto.


Mientras los datos sobre la tragedia migrante surgían en la frontera, en la ciudad de Chihuahua surgía un debate interesante sobre las sanciones hacia el personal docente en casos de bullying. Tan fuerte se volvió que la Sección 8 del SNTE salió a protestar afuera del Congreso.

La semana pasada se lanzaron propuestas para sancionar los casos de bullying ante una seguidilla de agresiones y peleas en escuelas del estado. Una de las iniciativas, originada en la bancada del PAN, incluía penas de cárcel para docentes que fueran omisos en los episodios.

Los maestros salieron a protestar y rechazaron la propuesta, pues consideraron que los criminalizaba. La respuesta por parte de los diputados llegó rápido y una comitiva recibió a los manifestantes para dialogar sobre la iniciativa. Al final llegaron a acuerdos para modificar la redacción.

Tomar acciones contra el acoso escolar es necesario, pero deben estar bien meditadas para evitar conflictos como el anterior descrito. Quizá fue la presión del momento lo que llevó a una idea poco popular. Se espera pues que los cambios se apliquen sin que eso signifique evadir responsabilidades.

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