Los escenarios se repiten en la frontera. La movilización de decenas de personas hacia el río Bravo nos recuerda momentos como los de principios de año y finales de 2022 cuando las personas migrantes cruzaban de forma masiva hacia Estados Unidos dejando atrás una estela de dolor y esperanzas.

Pese al cambio en el procesamiento de las personas y la advertencia de un veto, las personas se arriesgan a cruzar el alambre de púas y a tratar de esquivar los intentos de militares por frenarlos. El agua del río, desde hace un rato, dejó de ser un problema, pues no los cubre ni medio cuerpo.

Ante este escenario, las autoridades estatales y municipales tienen visiones distintas. Por un lado, se busca respetar el derecho a la movilidad, dar un refugio seguro, alimentos, alguna especie de ayuda. Por otro, se piden medidas que ayuden a controlar el flujo de personas o que se dispongan los recursos necesarios para atenderlos.

Sea como sea, lo importante es estar conscientes de las causas y consecuencias, y no solo eso, sino atenderlas. Evitar la xenofobia, la discriminación, tener un poco de empatía o evitar el comentario si no es de provecho. La situación, tarde o temprano, tiene que cambiar.


Y como consecuencia de la entrega masiva de personas en la frontera, el área de carga en el puente Libre se cerró y los transportistas tuvieron que moverse a los otros cruces. El Zaragoza ya se vio saturado el lunes, con tráileres que rodean desde Juárez-Porvenir, Independencia y hasta Juan Pablo II.

Sin embargo, para Manuel Sotelo, líder de transportistas en la zona, las afectaciones no están muy claras aún, claro que pueden ser millones y millones, pero la cifra final se conocerá hasta que se regularicen las operaciones, de momento, tampoco está claro, así que hay que esperar.

El transportista también ofreció una alternativa a los conductores: utilizar el cruce de San Jerónimo-Santa Teresa, allá al extremo poniente, en medio del desierto. Por su ubicación y parece una zona poco segura, pero Sotelo insiste en que hay condiciones favorables para usarlo. Todo depende de las empresas.

Se piensa mucho en la afectación económica, pero no tanto en lo que atraviesan los choferes que esperan horas en la fila, sin baño, alimentos, agua o protección para el sol y el calor. Se espera pues que las empresas, las autoridades o alguien les tienda la mano si la situación sigue complicada.


El alcalde de Parral tiene claros sus objetivos para el siguiente año. César Peña ha entregado a las autoridades estatales un plan de obras prioritarias para aquel municipio y que requieren una fuerte inversión para concretarlas. El objetivo es brindar a los ciudadanos mejores condiciones.

Peña también ha buscado el fortalecimiento de la seguridad con apoyo de la SSPE. Gilberto Loya estuvo en Parral para la Mesa de Seguridad. La región sur es de mucho interés para las autoridades y también por los grupos del crimen organizado.

Con este contexto, los agentes municipales se sometieron a exámenes de confianza y siete de ellos reprobaron, por lo que fueron dados de baja. El resto pasó la prueba sin problema, incluso algunos que ya se había retirado de la corporación pero que decidieron sumarse al apoyo.

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