
Ciudad de México.- Los Bravos de Ciudad Juárez vieron frenada su buena racha cayendo por categórica goleada ante las tricampeonas Águilas del América con marcador de 4-0.
Dos errores
Era cálida la tarde en la colonia Benito Juárez de la Ciudad de México. Se veía raro el Estadio Ciudad de los Deportes, como que no le quedaba estar pintado de azulcrema. Así arrancaban las hostilidades entre las tricampeones Águilas del América y los Bravos de Ciudad Juárez.
Los primeros cinco minutos del partido eran del campeón. Erik Sánchez se quiso colar por el área grande pero Moisés Mosquera hizo la chamba por primera vez en su vida y detenía el ataque. Juárez era rápido pero sin tino en el contragolpe, así pintaba la cosa de un inicio.
Diego Campillo se aventuraba a subir hasta el tercio final y el pase lateral otra vez cobraba factura y cerraba la línea de fondo. Eso sí, quedaban bien ubicados todos los fronterizos a la hora de defender. A eso del minuto 12 Jairo Torres la puso cerca, nada más cerca con un cabezazo desviado.
Al minuto 20 se armaba un borlote porque Mosquera le ponía una plancha marca diablo al Chiquito Sánchez. Todos pedían la roja y César Arturo Ramos Palazuelos simplemente hacía silencio.
Corría ya la media hora de encuentro y el América no le podía hacer nada a los muchachos de Martín Varini. Los de Coapa se aferraban a querer pasar por en medio sin que los dejaran transitar. Ni Alejandro Zendejas, ni Álvaro Fidalgo y mucho menos Sánchez.
Todo lo anterior se fue al caño después de que Diego Campillo perdiera una pelota que dio paso a una escapada por la banda. El centro de Dagoberto Espinoza acabó con un cabezazo de Víctor Dávila para el 1-0 justo al 30. Juárez pidió mano y no se la dieron: valía el gol amarillo.
Al 40 ya olía a vestidor y el asunto se empezaba a descomponer. Mosquera ya pegaba su caballazo y se ganaba la amarilla. Arriba dejaban solito a Óscar Estupiñán que no podía contra el mundo.
No nos íbamos al la regadera sin otro tanto de los muchachos de André Jardine. Le regalaban la bola a Erick Sánchez en una salida y Sebastián Jurado no podía hacer nada para detener el riflazo. Ahora sí llegaba el descanso con el 2-0 lapidario de las Águilas.
Inhumano
Dieter Villalpando entraba de cambio para la segunda etapa y era el primero que se animaba sin encontrar el arco de Luis Ángel Malagón. Todo lo contrario: encontró pero la Plaza de Toros México.
Juárez se envalentonaba cual borracho en boda antes de perder la pelota y que el América los volviera a poner a bailar las calmadas. Era cíclico el tema porque los amarillos iban sobrados de calma, no había apuro.
A la hora de partido se metía el sol y se apagaban las acciones. Los de Martín Varini daban le impresión de haber competido con lo que pudieron sin más reserva en el tanque. Medio se asomaba Jairo Torres, pero hasta ahí.
Era el propio Jairo el que arrimaba la lumbre como inquisidor español con un fierrazo directo al marco. No obstante, otra vez el pase lateral quitaba espacio y le daba tiempo a Alan Cervantes de tapar el disparo.
Se acababa todo al 66. Cuando mejor jugaban los caballos Brian Rodríguez se dejaba el alma correteando un balón suelto que no pudo retener Sebastián Jurado. El uruguayo la puso abajo e inalcanzable: 3-0. Lo que quedaba era mero trámite.
Hubiera ciado el cuarto tanto de la noche cortesía de Henry Martín de no ser por Sebastián Jurado que metió la mano y le ahogó el grito al yucateco. Ganas había en los de las tierras de Juan Gabriel, pero también había una desventaja gigantesca.
Brian Rodríguez repitió la dosis al 80 con su doblete en un disparo cruzado. El gesto grande era el balón filtrado y la maniobra entre Mosquera y José Juan García Manríquez. El marcador era de imagen verdaderamente inhumana: 4-0. En la banca…..Varini nada más soplaba.
Corría el 90 y Ramos Palazuelos agregaba cinco minutos más, solo el sabrá por qué….No le hacían falta a nadie….Servían solo para anular el quinto tanto del América.
Se cumplieron 300 segundos y el licenciado en Comunicación de Culiacán mandó terminar la cosa. 4-0 ganó el América.