Ginebra.- Suiza, país conocido por bellezas naturales como lagos cristalinos y majestuosos picos alpinos, figura entre los países más ricos del mundo cuya vida vegetal y animal está más amenazada. Los ambientalistas buscaron una mayor protección de la biodiversidad del país por medio de un referéndum a escala nacional que culminó el domingo.
Los resultados oficiales finales mostraron que más del 63 por ciento de los votantes habían rechazado la iniciativa, que tenía como objetivo aumentar la financiación pública para alentar a los agricultores y otros a reservar tierras y vías fluviales a fin de permitir que la naturaleza se desarrolle más y aumentar el área total asignada para espacios verdes que deben permanecer al margen del desarrollo humano.
La contienda se decidió mediante votación por correo seguida de una mañana de votación en persona el domingo.
Entre los factores causantes del debilitamiento de la biodiversidad en este país de ríos, lagos, valles y montañas figuran la intensificación de la agricultura, la alteración del suelo, la fragmentación del paisaje —como la construcción de carreteras y viviendas que atraviesan los hábitats de la fauna—, la contaminación y el cambio climático, según los defensores de la medida.
El gobierno federal —el Parlamento y poder ejecutivo— se opuso al plan, al igual que muchos votantes rurales y el principal partido de derecha del país, según las encuestas. Lo calificaron de demasiado costoso, alegando que ya se destinan 600 millones de francos suizos (más de 700 millones de dólares) al año a la protección de la biodiversidad, y temen que el desarrollo económico se resienta.
Se estima que la aprobación costará al menos otros 400 millones de francos a los gobiernos nacionales y locales, de acuerdo con el Consejo Federal. La iniciativa también prohibiría, por ejemplo, la construcción de nuevas líneas ferroviarias a través de praderas secas protegidas, incluso si dichas praderas se reservan y se desarrollan en otros lugares, indica.
“La aprobación de la iniciativa sobre biodiversidad limitará gravemente la producción (sostenible) de energía y alimentos, restringirá el uso de bosques y áreas rurales para el turismo y encarecerá la construcción”, argumentó la campaña por el “no” en su sitio web. “SÍ a la biodiversidad, pero NO a la iniciativa de biodiversidad extrema”.