Ciudad Juárez.- Las leyendas de Juárez son unas de las más terroríficas que pueden existir, ya que los juarenses han narrado historias que han vivido en carne propia, tal es el caso de Tania, una mujer que tuvo un encuentro con un espíritu en la glorieta del Kilómetro 20.
En un video del canal Arnulfo Andrade se cuenta la escalofriante historia de Tania, una mujer que trabajaba en el aeropuerto de esta frontera. La mujer narra que una fría tarde de invierno su familia en Estados Unidos la llamó para avisar que su abuela se encontraba muy mal de salud y en cuestión de horas podría morir. Por ello buscó quien la cubriera en su trabajo e intentó salir rápido.
Por ello pensó cuál era su mejor opción para cruzar la frontera y llegar lo más pronto posible, y su único pensamiento fue por Santa Teresa, a pesar de que sus padres siempre le dijeron que dicho cruce no lo utilizara por lo solitario que es.
Por este motivo manejó hasta la glorieta del Kilómetro 20 para cargar gasolina. De un momento a otro miró hacia un lado y vio a una joven con una caja en mano, vestía un vestido hasta las rodillas, de cabello largo y extremadamente blanca, quien le pidió un “aventón” para llegar hacia el entronque de Santa Teresa. La joven un poco desconcertada accedió y le ofreció café, galletas y algo para cubrirse por las bajas temperaturas que se percibían.
La historia narra que la joven cuestionó a la chica el por qué vestía con tan pocas prendas si hacía mucho frío. Por ello la jovencita contestó:
“Yo siempre tengo frío”.
Tania ignoró totalmente su vestimenta por vergüenza y continuó preguntándole hacia dónde se dirigía si era tan tarde. “Voy a cuidar a mis hermanos, a casa de mi padrastro, mi mamá está muerta, y tu abuela está bien”, contestó.
La mujer se desconcertó con esta respuesta y no entendía lo que pasaba, sin embargo la joven insistía que la abuela estaba bien, en un lugar mejor. Luego de varios kilómetros llegaron al destino, la joven se bajó del auto, la mujer buscó la caja que traía en la cajuela, sin embargo, no la encontró, al momento de decirle Tania no encontró a la chica y jamás la volvió a ver.
Desconcertada, llegó al entronque con unos camioneros, llegó mal de salud y le aconsejaron irse de ahí ya que la podrían asaltar, al llegar al puente llamó a su familia y se dio cuenta de que su abuela había fallecido.
Al escuchar la noticia, todo lo vivido momentos atrás cobró sentido y se sintió aún más mal de lo que ya se encontraba, por ello llamó a su papá para que fuera a buscarla. Mientras esperaba, recordó los detalles de la joven, como sus uñas aterradas, su cabello desarreglado, su vestido rasgado, su manera lenta de hablar ni tampoco vapor de su boca causado por el frío.
Años después de este suceso, la mujer cuenta que ella y su primo fueron a buscar alguna pista para darle sentido a su historia, por lo cual viajaron hasta el lugar donde aquella vez dejó a la mujer justo a unos metros se encontraba una cruz vieja y despintada. Al preguntarle a los habitantes, cuentan que ella era una jovencita de 15 años quien venía de Janos, por un descuido se cayó del vehículo donde viajaba y un auto la arrolló y murió al instante.