Plaza México es el pasodoble que estamos escuchando para escribir esta colaboración, esperando que tú, amable lectora (or), te estés cuidando de las embestidas del señor Corona Virus, que nos resultó muy resabiao; estate en tu casa, no comas ansias, hay más tiempo que vida, pero allá tú, ya estás grandecita (to) ya sabes lo que haces.

Leído lo anterior, al toro que es una mona. Los torteros del siglo XIX son "munchos" y variaos, desde luego destacan los Califas cordobeses, aunque en esta ocasión nos ocuparemos, solo como datos, de dos; lo importante es llenar este pequeño espacio que se nos brinda, esperemos les guste y si no pues... triste su calavera.

Nuestro torero tomó la alternativa, según la historia taurina, el 22 de octubre de 1867 en la Madrí, de manos de Francisco Arjona Herrera, "Cúchares", con el toro "Señorito", retirándose el 12 de mayo de 1890, después de haber lidiao 3 mil 801 toros en mil 236 corridas, no sin antes haber sufrido varias cornadas graves, donde sobresale una en la propia plaza madrileña, con un toro de la mítica ganadería de Miura.

Este espada se integró a las figuras del toreo de la época: Rafael Molina Sánchez "Lagartijo" y Rafael Guerra Bejarano "Guerrita", ambos cordobeses, siendo los precursores de lo que más tarde se llamaría la revolución del toreo, teniendo Salvador Sánchez Povedano, "Chicuelo", fuerte rivalidad en el ruedo, precisamente con "Lagartijo", pero sin que las cosas llegaran a mayores.

Mucho se puede escribir de estos viejos toreros. Con la pandemia ha habido tiempo de recordarlos, leyendo o repasando viejos libros o consultando datos en las máquinas cibernéticas, pero que no saben igual, sin que queramos decir con esto, que todo tiempo pasao fue mejor, porque para nos, eso no es cierto, pues la ciencia y la tecnología, tratan de llevar al mono desnudo, a una mejor calidad de vida, aunque éste, por el placer de ser, destruya su hábitat.

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