Nuevamente se llenó la Monumental Plaza de Toros México, después de unas horas de zozobra, por haber sido, una vez, más, suspendidas las corridas de toros por una juez, a quien importó mas las voluntad de unos cuantos, que el no perjudicar a terceros; el problema sigue y veremos qué sucede con el tiempo y un ganchito.

La corrida fue franco-mexicana, con un encierro de la prestigiada ganadería de Xajay del Estado de Querétaro de Santiago, la tierra del Gran Conín y su tradicional calle de Los Tamales, entre otras muchas cosas bellas que tiene la vida y esa hermosa región mexicana.

El primer espada y triunfador único de la tarde al cortar una oreja de "Agradecido" y otra a "Suavecito", salió a hombros y por la muerta grande, después de demostrar Sebastián, su maestría como torero, su valor y verticalidad a la hora de estar frente a la cara del animal. Sebastián vistió un terno azul turquesa y oro y desde luego, al dar su segunda vuelta al ruedo, lució el clásico zarape de Saltillo, recibiendo una fuerte ovación.

Los mexicanos, en una tarde airosa, no tuvieron suerte.

El torero de la tierra de "Juan Colorado", vestido de blanco y oro y desmonterado, partió plaza para confirmar su alternativa de manos del Castella; recibió a "Bendita Libertad" y al haberse ganado la oreja por su faena de muleta, Isaac Fonseca, no logró cortarla porque le falló la puntería a la hora de matar, cosa que le volvió a suceder con "Doceavo". Isaac en su primer toro, antes de brindar la muerte del burel a la afición, se plantó en los medios de la plaza, gritando a voz en cuello: ¡Viva la Fiesta Brava!, ¡Viva la Libertad", recibiendo atronadora ovación. En cada uno de sus enemigos, saludó desde el tercio.

El segundo espada, el hidrocálido Leo Valadez. vestido de rosa y oro; recibió a "Gordolobo" y después a "Limonero", con ambos toros, Leo no pudo realizar una buena faena de muleta no obstante su entrega, su porfía y ganas de agradar a la parroquia como buen aguascalentense, tierra de toreros buenos, como lo pueden asegurar, los viejos aficionados que quedan en la tierra de Alfonso Ramírez "El Calesero" y "El Volcán de Aguascalientes", Rafael Rodríguez. Vale.

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