El consumidor termina pagando las ineficiencias del sistema. Jorge González Moore, escritor colombiano.

Invierno en otoño. Para que les gusta este enunciado, para una barbaridad, un pleonasmo, un oxímoron o qué. Ojalá nos lea un lingüista o un filólogo y despeje la duda; lo cierto es que ya se deja sentir el frío y hay que ir sacando la ropa gruesa, so pena de pescar un resfriado, una pulmonía o una bronconeumonía, porque en estas alturas de la vida, podría ser fatal.

Y ya que hablamos de afecciones, infecciones u lo que sea, cuando ya se está Rufles, vejestorio, chicharrón, betabel o simplemente viejo, se padecen males crónicos y constantemente hay que estar tomando medicamentos para irla paleando, porque esos males crónicos, no se quitan, ni yendo a bailar a Chalma.

Como consecuencia, si tú amiga (a) lectora (or) tienes la mala suerte de ser derechohabiente del IMSS, cuando menos tienes la "oportunidad" de ir mes a mes a solicitar tus medicamentos para calmar tus achaques y todo estaría bien, si el Seguro Social, te surtiera lo que te receta tu médico familiar, pues bajo ningún concepto, gracias a obsoletos reglamentos internos, los viejos no pueden ser atendidos ni por un médico internista, mucho menos por un geriatra.

Lo anterior lo podríamos pasar por alto, pero lo que no se debe pasar por alto, es que no te den el medicamento que necesitas para tus males crónicos porque no hay el producto en la farmacia, cosa que nos acaba de pasar hace 10 días 10, diciéndonos el médico administrador de la clínica 46, que había llegado un camión con medicinas, menos la que se nos receta cada mes y que por lo tanto, nos esperáramos unos días para ver si ya la tenían y se nos pudiera proporcionar.

Como habrán leído, el Instituto Mexicano del Seguro Social, al igual que los rucos, ya no tiene remedio, su mal de desabasto de medicinas, también es crónico como nuestros achaques; han pasado los días y el Losartán, no llega, no llega; llamamos al teléfonos que nos dieron y la secretaria del jefe nos dijo: Fíjese señor que ya se mandó comprar el medicamento que necesita, pero no nos ha llegado y no sabemos cuándo, favor de seguir llamando.

No sabemos qué hará al respecto el gobierno de la 4T, pero visitando el patrón solamente las etnias nacionales de todos nuestros respetos y abandonando a su suerte a los trabajadores que producen la riqueza de este país y que le pagan su salariote mensual aunque sea austero y no volteé a verlos, no se va a resolver este gravísimo y añejo problema de desabasto en medicamentos en el IMSS; los viejos achacosos, aunque ya no estén laboralmente activos, también son pueblo y no es justo que por recortes presupuestales, el sistema descuide su salud y menos en el Seguro Social, donde todo el sector laboral mexicano, está "velis nolis", al corriente de sus cuotas. Nosotros ya compramos el medicamento y los que no tienen dinero qué hacen: ¿Aguantarse? ¿Esperar a Tanatos? Vale.

Por: Cuauhtémoc Monreal Rocha

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