Desafortunadamente se está haciendo común que nos enteremos de que en ciertas ciudades del país, un grupo de pobladores linchan a presuntos delincuentes, mismos que van desde simples robos hasta secuestros o retenciones de personas, y esto tiene que ver con el hartazgo de la población ante tanta impunidad que se da por la nulidad de las autoridades en sus actuaciones, por lo mismo los ladrones sabiendo que es muy difícil que los vayan a detener, simplemente cometen con toda impunidad sus atracos y el ejemplo más común lo representan los muy comunes asaltos a los pasajeros del transporte público en la ciudad de México, que pese a contar con cámaras de video a bordo los asaltos se siguen presentando. En estos, los rateros sacan sus armas de fuego y amenazan tanto al pasaje como al chofer de la unidad. En algunos casos los agreden físicamente, los insultan y amedrentan, para después bajarse, y en algunos casos si alguien les reclama, les disparan sin ningún remordimiento.

Todo lo anterior sin duda que deja resentidas a las víctimas de estos atracos que en algún momento, ya cansadas de tantas ocasiones de ser asaltados, reaccionan con violencia y a la menor provocación linchan a presuntos delincuentes hasta terminar con su vida, mientras que si la agresión es captada en video y subida a redes sociales, la mayoría de las reacciones son a favor de que continúen estos ajustes de cuentas a manos de la ciudadanía, mientras que cuando alcanzan a intervenir elementos de la policía, para rescatar a los presuntos ladrones de una muerte por linchamiento, los miran como defensores de delincuentes, cuando en realidad es su deber llevar a estos sujetos ante la autoridad para que enfrenten los cargos correspondientes por sus forma de proceder.

Pero, insisto, se requiere que de verdad, se tenga la intensión de que los guardianes del orden cumplan con su deber, de servir y proteger y no servirse y aprovecharse de la gente, quitándoles sus pertenencias, dedicándose a asaltar cuando están en sus días francos, para posteriormente en sus días laborales, supuestamente enfrentar a la delincuencia, lo malo es que en muchas ocasiones esas actitudes se deben a que no reciben una remuneración adecuada al trabajo que realizan, que sin duda es de mucho peligro, pues no saben cuándo podrían resultar heridos en cumplimiento de su deber, además de que sus prestaciones tampoco son de lo mejor, por lo mismo aprovechan cualquier oportunidad de conseguir más recursos y darle a sus familias mejores condiciones de vida.

También se necesita que estén verdaderamente capacitados, pues ello los ayuda a poder realizar una detención de forma adecuada, sin ponerse en tanto riesgo y sin la necesidad de hacer uso de la fuerza de forma excesiva.

Pero regresando al tema de los linchamientos, si se quiere frenar este tipo de manifestación del enojo social, simplemente, se requiere que se baje de forma importante la impunidad, y que no nos enteremos que es mejor negociar con los rateros que denunciarlos, ello ante la filtración de la información de parte de la autoridad, pues está visto que si se continúa así, la gente nunca va a confiar en la autoridad y por lo mismo las denuncias no se van a hacer y esa no es la idea…

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