Hay una mujer al principio de todas las grandes cosas. Alphonse de Lamartine, escritor francés.

Playa de Carmen, Q.R.- Como los malos ejemplos cunden, imitamos a López-Gantinflas de cómo vacacionar con el coronavirus sin morir en el intento. Mandamos al diablo el apando familiar, al señor Corona Virus y más o menos obedecimos a la señora Susana Distancia y sin importar las consecuencias, nos hicimos a la mar océano y acá andamos. Discúlpenos pues también sabemos que AMLO tiene mayor respuesta inmunológica gracias a que la gente se la regaló durante sus giras ¡suertudote!, según le dijo el vejete lambiscón que cobra como secretarios de la salud.

El tema semanal, para que no se vayan con la finta, no se va a referir a la chela bien helodia, como llaman los borrachotes mexicanos a la cerveza bien fría, nada de eso, nos vamos a referir a una joven mujer política chihuahuense, conocida en el bajo mundo de la política con el afectivo de "La Chela", su nombre Graciela Ortiz, quien como buena ciudadana, desea gobernar el Estado Grande, por el otrora aplanadora Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Y qué bien que la mujer norteña se lance a las lides políticas, pues también tienen derecho, como mexicanas, a votar y ser votadas para puestos de elección popular y en esta ocasión vamos a ver un duelo de Titanas, pues en el encordado político "La Chela" se enfrentará a "La Maru" y serán los y las chihuahuenses, quienes con su voto, declaren ganadora en esta contienda a la que mejor les plazca, a la que mejor les caiga bien o la candidata que sea de su preferencia.

Porque ser gobernante deja suficiente para enriquecerse en menos de un sexenio y para dejar que los funcionarios hagan lo mismo, recuérdese a Duarte. Estos funcionarios, obligados a pagar fuertes cantidades de dinero para obtener el cargo, de acuerdo a su importancia, se les abren las puertas de la corrupción y de la impunidad de par en par para reponer con creces, su inversión.

Pues en el gobierno actual (federal, estatal y municipal), todos participan en la rapiña, en el pillaje, para permanecer callados después. Esta nefasta corrupción e impunidad ha hecho que los jóvenes, al terminar sus estudios o no, orienten su mirada hacia los puestos públicos, porque saben que son altamente redituables aún dentro del gobierno de la 4T, salvo prueba en contrario. Ojalá en este sexenio estatal las cosas cambien para bien del sufrido pueblo de Chihuahua y haya un verdadero cambio que haga resurgir a la tierra de la liebres orejeras y los pinos de Majalca. Vale.

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