Todo deseo estancado es un veneno. Andrés Maurois, ensayista inglés.

Iniciamos el 2022, aún con la pandemia y mientras la ciencia no nos sorprenda con una vacuna que termine con este susirio, esto va para muy largo; por lo pronto 3 miembros 3 de la familia, ya nos vacunamos por tercera vez, aplicando el dicho popular de... más vale prevenir que lamentar, a sabiendas de que de todos modos vamos a dejar este valle de lágrimas que abate cuando el destino nos alcance.

Ahora, vamos al tema semanal sobre un problema muy cacareado en toda la frontera norte de México, que ninguna autoridad federal le ha encontrado solución, problema que ya se extendió a lo largo y ancho del Cuerno de la Abundancia, para unos pocos, gracias a la corrupción e impunidad aduanal.

Claro que nos referiremos nuevamente al problemón nacional de los carros ilegales, chuecos o chocolates, donde un grupo de traficantes que comienzan desde las aduanas hasta los que venden este tipo de vehículos, han hecho su agosto, violando todas las leyes aduanales habidas y por haber, a sabiendas que nada, ni nadie, se los impedirá.

Sin embargo, nuestro "amado líder", queriendo abatir el problema, ya decretó que todos los vehículos ilegales que circulan por todo el territorio nacional, se regularizarán mediante una corta ($$$) que, según AMLO, irá a los estados para que se pavimenten (?) las calles destrozadas por la inmensa carga vehicular que circula por las mismas y que técnicamente no están construidas para soporta tales cargas y las fuertes vibraciones que las mismas provocan.

Y hasta aquí todo está bien, el decreto ya está, peeero... según el Jefe, aún falta definir su reglamentación, lo cual nos indica, que el grave problema de los automóviles ilegales en este México nuestro, seguirá viento en popa y todo quedará en buenos deseos y según nosotros, haciendo uso de otro dicho popular, es lo "mesmo" atrás que enancas. Vale.

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