En México tenemos un problema muy grande en cuanto a la violencia de género, hemos visto las manifestaciones en diferentes ciudades de nuestro país y la más grande y que por lo mismo llamó más la atención, fue la que se registró en la ciudad de México, en esta en particular hubo quien criticó duramente a las participantes aduciendo temas de destrucción y algo de vandalismo en monumentos y propiedad privada, pero al final de cuentas, eso ayudó a que las autoridades por fin voltearan a ver este asunto y que le pusieran atención, bueno eso dijeron en su momento prácticamente todos los órdenes de gobierno, lo malo es que a unos cuantos días de estas marchas parece que a los responsables de ponerse a trabajar para que estas agresiones, vayan a la baja, se les olvidó, pues no se ven las acciones encaminadas a poner atención de verdad, para terminar con este flagelo, salvo algunas excepciones, como en el caso del gobierno de Mérida Yucatán, donde el acoso sexual callejero ahora está penalizado con multas económicas, seguramente lo complicado va a ser comprobar esa falta, pero por algo se empieza.

Mientras en la capital del país se está solicitando, casi implorando, que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, active la alerta de genero por la alta incidencia de casos que ocurren todos los días en esa ciudad, pero por alguna razón, que no se sabe cuál sea, la referida lideresa no quiere ponerla en práctica y para ello refieren argumentos que la verdad carecen de fuerza, por el simple hecho de que, no estorba para nada que se tenga una herramienta más que ayude a bajar esas agresiones que padecen las mujeres.

Desafortunadamente y pese a que se habla que este nuevo gobierno tiene formas distintas de trabajar y que son diferentes, la realidad es que, como diría Vicente Fernández, “no es lo mismo, pero es igual”, dado que aparentemente les interesa más el tema político que el social, ya que recientemente escuché a la Concejal de la Alcaldía Álvaro Obregón, Luz Perla Cruz, quien afirmó categóricamente que una Alerta de Violencia de Género es obsoleta para la ciudad de México, pues en las ciudades donde se ha activado no ha dado los resultados que se esperaban, sin embargo olvida que toda estrategia necesita de gente para operar, es decir, en ocasiones los sistemas no fallan sino las personas que se eligen para ponerlos en operación, y en otras, el problema está en la supervisión pues lo que no se mide no se puede mejorar.

La presión por la vía legal, es decir, amparos dieron como resultado que el Juzgado tercero de Distrito en Materia Administrativa con sede en la capital, ordenara a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) decretar esta alerta, cosa que no gustó a Claudia Sheinbaum, quien hizo un llamado al diálogo para que se redefinan medidas efectivas para un mecanismo de la alerta. Textualmente dijo “Siempre hemos sostenido que la Alerta de Violencia de Género en los diferentes estados y municipios donde se ha declarado, no ha tenido los resultados esperados; que el fondo es realizar las acciones necesarias para disminuir la violencia de género y no la declaratoria per se”, nada más que ni una ni la otra.

Lo más lamentable es que por lo regular se dice que los hombres, por su condición, no tienen la sensibilidad para entender el problema de acoso y agresiones dirigidas a la mujer y por lo mismo no son los más adecuados para atenderlo y buscar su solución, nada más que en el caso de la ciudad de México se trata de una jefa de gobierno, que por lo mismo, debería de mostrarse sensible al asunto pero no es así, y ello quedó demostrado cuando se iniciaron las manifestaciones en la capital y lo que dijo la funcionaria fue que no se trataba de manifestaciones sino de provocaciones, lo que dio como resultado la indignación de las féminas que elevaron el nivel de protesta, y eso obligó a Sheinbaum a reconsiderar su postura y entonces si, al menos de dientes para afuera, reconocer que toda la frustración y años de aguantar agresiones, desembocaron en la furia que se demostró semanas atrás.

Así que no hay tal cuarta transformación, es lo mismo de siempre, los funcionarios y legisladores lo que están cuidando es el tema político, su interés particular, el ganar y acaparar espacios de poder, y efectivamente eso ya lo hacían otros partidos políticos, pero se votó en contra de esa forma de hacer política. Pero para continuar igual, no era necesario cambiar de logotipo, porque la verdad ese fue el único cambio, pues los resultados son los mismos, precisamente porque es la misma gente, son los mismos políticos que antes estaban en el PRI ahora están en Morena, la gran mayoría, guste o no, claro, salvo algunas excepciones. Por lo mismo no podemos esperar una transformación de fondo. No mientras sean las mismas personas y menos aun cuando el único que se supone es el precursor del cambio protege de toda acusación a sus más cercanos, pese a que los señalamientos sean en base a documentos oficiales y esa no es la idea…

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