Ciudad Juárez- A poco más de dos meses de haber iniciado la temporada de lluvias en todo el territorio nacional, a Ciudad Juárez ha comenzado a afectarle los remanentes de las tormentas y ciclones tropicales que se forman en las costas del país. Estos mismos ya dejaron las primeras gotas sobre el pavimento y se espera que causen los acostumbrados estragos en la localidad.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) el más reciente canal de baja presión se formó a mil 310 kilómetros de Cabo San Lucas Baja California Sur y cuenta con un 30 por ciento de probabilidades de convertirse en un ciclón tropical durante la próxima semana. Además, se espera que se desplace por la zona norte y noroeste de la República, trayecto que incluye a Ciudad Juárez.
“Estamos en épocas de ciclones y de tormentas tropicales, más que nada el Pacífico Mexicano y estos cambios de presión generan mucha humedad, al desplazarse con las ráfagas de viento llegan hasta acá y por eso va a estar lloviendo. Porque nos están llegando lo que conocemos como ‘remanentes’ de esas tormentas”, explica Sergio Rodríguez, director de Protección Civil Municipal.
Pese a que las precipitaciones han sido esporádicas y no han sido del todo fuertes, si presentan un peligro habitual; manejar sobre mojado.
No es pista de carreras
El primer riesgo que cargan consigo las precipitaciones es el de una ciudad que no cuenta con el espacio suficiente, ni con la cultura necesaria para circular con las mencionadas condiciones climatológicas.
“Una realidad de Juárez es que no tenemos cultura para transitar cuando está lloviendo. La gran mayoría de los conductores van incluso más rápido cuando llueve. No tenemos cortesía tampoco, no se cede el paso y hay conductores que se exaltan por el tráfico y todo eso puede terminar provocando accidentes. Todo eso hace todavía más peligroso manejar con lluvia”, explicó para Netnoticias Gabriel Estrada, Coordinador de Protección Civil Estatal en la Zona Norte.
Como prueba de las devastadoras consecuencias del suelo mojado están los aparatosos choques que se dan tras la pérdida de control de volante en los tramos más recurridos de la ciudad como Las Torres, la avenida Manuel Gómez Morín y el Libramiento.
Por su parte, las autoridades municipales, señalaron que el intentar conducir de manera regular en época de lluvias es todavía más peligrosos que las propias precipitaciones
“La verdad es que si es más peligroso manejar que la lluvia en sí. Salvo algunas excepciones, las lluvias han sido mayormente moderadas en toda la ciudad, pero no se necesita mucha agua para que ocurra algún accidente y a veces los conductores no tiene la precaución ni la conciencia para manejar cuando llueve, además de que no siguen las indicaciones que nosotros emitimos”, señaló Sergio Rodríguez, director de Protección Civil Municipal.
Pese a que la temporada de lluvias baja de manera considerable las temperaturas, el agua que se derrama por esta frontera termina sin mucho uso de otro tipo por las deficiencias en la infraestructura de un drenaje pluvial que no se da abasto cuando llegan este tipo de climas.
Juárez no “recicla” sus lluvias
Si bien se le quita carga a la red eléctrica y a los pozos de agua potable por la menor necesidad de utilizar los aires evaporativos, el vital líquido que queda sobre las calles no tiene uso más allá del 40 por ciento de lo derramado de acuerdo con cifras de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) Esto en parte también, por la gran magnitud de la mancha urbana.
“Las lluvias si son muy buenas para los mantos acuíferos, pero la mayor parte cae sobre el pavimento y el pavimento no la absorbe. No es mala, porque el agua es nuestra materia prima y se necesita, pero desafortunadamente nuestra mancha urbana es tan grande que no se puede absorber mucho”, señaló Daniel Valles director de Comunicación Social de la JMAS.
En lo que respecta a la lluvia que cae sobre el asfalto, según los datos de la descentralizada, el porcentaje de reabsorción es todavía menor. En estos casos solo se reintegra el 15 por ciento de la lluvia a través de los vasos de captación.
Cabe recordar que, antes de escurrirse hasta las alcantarillas, el vital líquido suele encharcarse y se vuelve un peligro recurrente de inundación, es por este motivo que la mencionada dependencia reitera de manera constante el no destapar alcantarillas, pues no están diseñadas para recibir precipitaciones y esto solo empeora los estancamientos.
A todas estas problemáticas se le suma el hecho de que, gracias a los cambios climáticos de la última década, lo que se conoce como “temporada de lluvias” ha dejado de tener fechas tan marcadas como en años anteriores.
Cae agua cuando antes no caía
Años atrás, era acostumbrado que las lluvias fueran un fenómeno casi exclusivo de la primavera y parte del verano, no obstante, de acuerdo con las autoridades estatales, ya no es poco común ver ciclos de precipitación fuera de toda norma y en meses donde inclusive hace frío ni se tenía presupuestada presencia de agua.
“Lo que está sucediendo con el cambio climático es que las lluvias se están rezagando. El calor y los cambios de temperatura están desfasando los ciclos de lluvia y ahora tenemos épocas donde llueve incluso en invierno cuando antes no llovía. Prácticamente puede haber posibilidades de lluvia durante todo el año”, añadió Estrada.
Por otro lado, sus contrapartes municipales califican estas condiciones como “impredecibles”, pero sin menores riesgos.
“Estas lluvias son impredecibles, afortunadamente no han sido de mucho peligro ni tampoco se han presentado situaciones como deslaves o derrumbes, a excepción del Camino Real, pero han sido muy leves y sin riesgo para la población”, declaró Rodríguez.