“A veces, las personas adultas mayores son abandonadas, lastimosamente en hospitales públicos o asilos”. Omar Velázquez procurador de Protección Auxiliar de NNA en Chihuahua
“Tuve siete hijos… hace 40 años que no los miro, nacieron allá”. Carlos
“Sigue siendo una población con invisibilidad, vulnerada, en algunos puntos violentada”. Jesús García, catedrático y coordinador de Gerontología UACJ
Ciudad Juárez.- Amalia dejó de contar años a los 66, colorea libros de princesas y sonríe, no espera a nadie, su hermana un día la trajo a este asilo. Don Charly tiene 82 años, dice que se porta bien, “tuve siete hijos… hace 40 años que no los miro”. Más sabios y más solos, así unos 60 adultos mayores esperan cada día un largo ocaso.
En la mirada de algunos se refleja la ausencia, como en Cruz, que posa sentado a la orilla de la cama, a su rostro lo enmarca el tiempo, sus manos arrugadas son herencia del trabajo, casi no habla pero, sus ojos lo dicen todo. Otros posan con gracia, presumen su dentadura con una gran sonrisa, aunque sus piernas ya no les permiten desfilar por los pasillos.
Reunir a este grupo de personas bajo un mismo techo tiene su origen en el desamparo. No todos tienen nietos, pero todos tienen una familia que ya no los procura.
En una casa blanca, en la esquina de la avenida De Los Insurgentes y Constitución, en Ciudad Juárez, está el Asilo para Ancianos Desamparados. En la entrada, algunos se sientan a asolearse, otros a observar qué pasa afuera.
Ernesto Ibáñez y José Dolores comenzaron con este proyecto social en El Barreal que luego dio origen a una asociación civil y posteriormente a los dos refugios para las personas de la tercera edad que, de manera natural, solían deambular por la zona del monumento a Benito Juárez, el viejo centro de la frontera.
Cada año en el estado de Chihuahua, se presentan cerca de cien denuncias por desamparo de adultos mayores, algunos son dejados en asilos, otros en hospitales o en la vía pública. En 2023 se registraron 96 denuncias, de acuerdo con la Procuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes, del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal. Este año (hasta el 20 de agosto) sumaban 86 casos, mientras que de 2023 a esta fecha, se ha aplicado la medida de protección consistente a la Tutela Pública en 66 casos. Pero estas son solo las cifras oficiales, ya que existe un cifra no contabilizada, aquellos casos que no son denunciados ante la autoridad.
El abandono y el Estado
Jurídicamente, una persona adulta mayor es aquella con sesenta años o más de edad y que se encuentra domiciliada o en tránsito en el territorio nacional. “Los adultos mayores tienen reconocidos sus derechos a través de la ley”, tomando en cuenta que son personas que se encaminan a una “dependencia progresiva hacia las demás personas que están bajo su cuidado”, comparte para Revista Net, Omar Velázquez Ortega titular de la Procuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes en Chihuahua, dependencia también encargada de brindar protección a los adultos mayores y personas con alguna discapacidad.
El funcionario explica que toda la familia consanguínea tiene la obligación de cuidar de un adulto mayor, “se va distinguiendo entre los grados de parentesco, en un inicio son los descendientes, si tiene cónyuge, también es el círculo cercano de familiares”. Los hijos e hijas y parientes correspondientes tienen la obligación de proveer a estos de todo lo necesario para un desarrollo óptimo.
“Nosotros actuamos principalmente a través de denuncias”, es obligación del Estado proteger a estas personas ante el desamparo u omisiones. En los casos de abandono se realiza una investigación por parte de esta Procuraduría y en caso de no encontrarse a familiares o personas tutoras el Estado establece una Tutela Pública.
“La Tutela Pública en términos prácticos, es hacerse cargo del adulto mayor en la toma de ciertas decisiones y sobre todo en el cuidado, que sean atendidas todas y cada una de sus necesidades y sobre todo la restitución de cada uno de sus derechos que han sido vulnerados”, dice el procurador.
Para lograr esto, el Estado se apoya de organizaciones civiles certificadas que puedan recibir a estas personas y hacerse cargo de su resguardo. El asilo, antes mencionado es uno de estos centros de asistencia. La Jefatura de Albergues del DIF supervisa y verifica que se cumplan las normativas necesarias en estos asilos.
“A veces, las personas adultas mayores son abandonadas, lastimosamente en hospitales públicos o asilos, al momento de que la trabajadora social sale en busca de sus familiares ya no los encuentra”, menciona Velázquez Ortega.
“Es primordial hacer estas denuncias a la Procuraduría como al DIF en cualquier tipo de situación de maltrato al adulto mayor para ello hemos implementado un numero 800 230 4050, es muy fácil”.
Es un problema grave, sin embargo, no tan significativo como lo que pasa con los menores de edad, por ejemplo, cita el funcionario, este año de 60 ingresos hay 48 egresos, es decir, los casos en que se presentan decesos o se solucionan.
El Artículo 304, del código civil federal versa: “Los hijos están obligados a dar alimentos a los padres. A falta o por imposibilidad de los hijos, lo están los descendientes más próximos en grado”.
Pero ¿qué pasa si los hijos no son localizados o viven en el extranjero? El procurador responde: “nos avocamos a la búsqueda de los familiares que están dentro del territorio nacional, al agotar la búsqueda procedemos al asilo o a la colocación del adulto mayor y a su protección. Si no encontramos a la familia el Estado de hace cargo de ellos”.
Son muchos y tienen poco
Las puertas del asilo se abren para quien pide comida o posada. “No se cobra” dice un letrero en la entrada, abajo algunas constancias avalan las certificaciones del enfermero general Tirzo Misael Regino Licona, encargado del lugar. En la oficina administrativa lo acompaña Mauro Alberto García Sánchez. En lo que hacen sus tareas diarias hablan de las carencias, de su misión, también agradecen mucho el apoyo que reciben. “Contamos con alrededor de 60 personas, debido a la capacidad abrimos otro centro”, este se encuentra a una casa de la sede.
El ambiente está limpio, muy modesto, el pasillo principal lleva a las zonas habilitadas como dormitorios, baño, lavandería, cocina, sala y estancia principal. Algunas personas están en cama, otros pintan y algunos están cerca de la televisión. Predomina la calma.
“Tenemos carencias pero estamos muy bendecidos”, dice García, quien procura los donativos. Fundación Gazpro, el redondeo del Smart y el Banco de Alimentos apoyan en gran medida al asilo. “Siempre nos ayudan… precisamente hoy nos trajeron 50 platillos (Gazpro). Hemos podido lograr proyectos muy buenos gracias a estos apoyos”.
Hay ciudadanos que llegan con una escoba, un trapeador o un pinol, todo es bienvenido y utilizado para que no falte nada en el asilo.
Comentan que a veces batallan con los productos frescos como frutas, verduras o proteínas (pollo o carne) para tratar de equilibrar mejor sus comidas, está de más.
El mayor problema que enfrentan hoy en día es con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por falta de un reporte oportuno de fallas en el medidor el asilo mantiene un adeudo de unos 200 mil pesos, el máximo arreglo que alcanzaron fueron pagos por convenio, aún así, el adeudo es el mismo. “Cuando tenemos recursos se divide en tres áreas: personal, comida y medicamentos”, el administrador además comenta: “y si tengo energía eléctrica pero no tengo para darles de comer, o viceversa, que lleguen y nos corten la luz, tenemos a personas que se pueden deshidratar… esto es una situación difícil, hemos priorizado en alimentos y lo necesario para atenderlos”.
La petición del asilo a la CFE o alguna autoridad que les apoye a interceder ante la Comisión es para que ese adeudo se disminuya sustancialmente o se condone. Ofrecen transparencia en sus finanzas, mostrar sus recursos y cómo se utilizan. También agradecerían cualquier donativo directo del público en general a su recibo, al No. de Servicio: 595210751312 o bien a la cuenta: 31DC04A13122670 a nombre del Asilo de Ancianos Desamparados.
Mientras esta situación sigue ellos hacen todo lo que está en sus posibilidades para atender a estas personas en calidad de desamparo.
Amalia, Cenicienta sin príncipe
Ella se identifica como una princesa de los cuentos de hadas cuando cuenta su historia, asegura que su cabello negro era muy largo y que su único amor fue el hijo de su patrona. Desde muy joven y sin oportunidades de educación, la chica de Mequí tuvo un amor no puedo ser. Se dedicó toda su vida al trabajo doméstico pero no tuvo seguridad social ni jubilación, luego cuido a sus padres, estos fallecieron y ella empezó a enfermarse.
No tuvo hijas ni hijos, dice que comenzó a desmayarse, no sabían que tenía, “tengo los huesos quebrados… en la cabeza tengo muchos golpes”, aún así, ella le sonríe a todas la personas que ve y que sigue en su silla de ruedas.
Tiene cuatro hermanos y cuatro hermanas, dos hermanos viven en Juárez, uno dice que es maestro, otro vive en El Paso, Texas. “Mi hermana ya no ha venido porque ella se fue para Dallas…”. Le recomendó a Amalia que ya no pensara en sus padres que fallecieron, lloraba mucho, hasta dormida. Dejó de ver hasta la telenovelas, “esas novelas me daban hasta nervios, yo me sentía que era la de la telenovela…”. Ahora su mayor afición es colorear, pinta libros infantiles de princesas, me muestra: “mira, esta soy yo, como la Cenicienta”.
Amalia tiene muchos collares de plástico, joyas que luce todos los días, mientras colorea su vida y sonríe a los demás, agradece lo que tiene.
Charly y el sueño americano
Carlos es un juarense de 82 años, creció por el Arroyo Colorado, lo que hoy es el Viaducto Díaz Ordaz, estudió poco, no había forma, pero aprendió varios oficios. Su primer trabajo fue en una tortillería, luego ayudante de albañil, después guardia de seguridad en una maquiladora, “hasta que brincó el charco”. Buscó el sueño americano y formó a su familia en Denver, Colorado. “Allá duré como 30 años… hablaba poco inglés”, cuenta “Charly”, aunque apenas articula bien sus palabras, tiene muy buena memoria. “Tuve siete hijos… hace 40 años que no los miro, nacieron allá”.
Comparte que sus hijos “lo echaron para acá”. Me muestra su tobillo derecho, luego dice: “tengo siete tornillos. Hace 30 años me caí muy recio… aún me duele poquito pero puedo (se levanta de su silla y camina). Todo lo que hago es estar serio y ver la televisión, casi no hablo”.
Lleva tres décadas sin tomar una gota de alcohol, cuando tomaba “era muy peleonero”, pero “ya me porto bien”. “Aquí hay unos tranquilos y unos que están bien locos… yo gracias a dios que estoy bien”.
Le gusta ver noticieros y películas, “mira… cargaba hasta dos costales de cemento”, sus bíceps y manos están arrugadas, en sus ojos, en cambio, hay una chispa de orgullo de lo fuerte que es.
Aún recuerda cómo hacer cualquier tipo de construcción y las mezclas de cemento. Cuenta los años en los que no ha visto a sus hijos, como si fueran bloques o ladrillos, mientras, se porta bien.
Estamos envejeciendo: académico
Existe un evidente déficit de atención calificada para el cuidado de los adultos mayores en la ciudad, el estado y el país, aunado a esto, como sociedad estamos envejeciendo ante la disminución de nacimientos y la prolongación de la expectativa de vida promedio. La cifra de adultos mayores en el mundo alcanzará los mil 400 millones en 2030, lo que representa una de cada seis personas en todo el mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En México la población de 60 años y más representa aproximadamente el 12 por ciento (15.1 millones), con una tasa de crecimiento anual de cerca del 4 por ciento (Inegi). Por cada 100 niños o niñas menores de 15 años hay 48 ancianos. Para 2050, el porcentaje de esta población se incrementará a un 25 por ciento, es decir, se duplicará. En el estado de Chihuahua, de acuerdo con el censo 2020 había 117 mil 377 adultos mayores, 55.8 por ciento eran mujeres.
Desde la visión de la Gerontología Social, el catedrático de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) coordinador de la licenciatura en esta rama, Jesús Manuel García Talavera, “todavía no es muy evidente, pero hay una tendencia de baja mortalidad y baja natalidad que va a determinar que estemos en unas décadas con una población en su mayoría de personas mayores”. La especialización del recurso humano y la infraestructura en las ciudades para la atención de esta población debe ser prioritario en las políticas públicas, aún no lo es.
“La misión del gerontólogo es básicamente mejorar las condiciones de vida en las que están”. La Licenciatura en Gerontología tiene 12 años en la UACJ, los egresados del Centro Tecnológico Industrial y de Servicios (Cbtis) 128, en donde desde hace 45 años ofrecen la carrera técnica en Gericultura, son quienes nutren a esta carrera universitaria. “Ellos básicamente los forman como cuidadores pero la realidad es que deberíamos entender del gerontólogo es que, si bien puede hacer algún esquema o dar el servicio de cuidador, él está para capacitar cuidadores”.
La movilidad, la asistencia, la salud son algunos de los rubros que urgen atender para esta población. “Nos estamos haciendo viejos y necesitamos espacios en donde la gente pueda recorrer su ciudad”. El docente egresado de la Universidad de Guadalajara, resalta la importancia de darle impulso a proyectos que se gestan desde la ONU como el de “Ciudades Amigables” que es un trabajo que está encabezando el DIF, “tenemos que pensar en infraestructura universal, que cualquier persona pueda desplazarse por la ciudad sin ningún problema”.
“Sigue siendo una población con invisibilidad, vulnerada, en algunos puntos violentada, por ejemplo, ahora que tienen dinero líquido por las pensiones que les llegan son más proclives a recibir situaciones de violencia” dice el docente. Por ahora la licenciatura se encuentra en reestructura académica, por lo que será hasta enero de 2025 que vuelva a abrir sus inscripciones, en el proceso de reingeniería de la misma se están asentando las bases para ampliar las posibilidades de sus egresados.
“De nuestros egresados tenemos Salubristas (que estudian Salud Pública), tenemos a una egresada que esta en el área de Políticas Públicas, un egresado en Diseño Urbano, etc., lo que estamos produciendo son recursos humanos, que si bien están sensibilizados con el enfoque gerontológico, todavía se pueden especializar en rubros que podríamos pensar que no serian compatibles, como por ejemplo, arquitectura, administración…”. Sin embargo, reconoce que falta mucho por hacer, “faltan espacios en donde estén nuestro gerontólogos para demostrar de lo que son capaces”.
Dentro de los servicios que ofrece la UACJ, nos adelanto de proyectos muy integrales que pronto estarán a disposición de la población. “En ICB, en donde era el Centro de Lenguas, el edificio se está remodelando para hacer un edificio de práctica clínica, vamos a tener nutriólogos, gente de entrenamiento deportivo, fisioterapeutas… vamos a estar nosotros… probablemente para el próximo año ya estará listo y es otro espacio que suma a los adultos mayores”.
Actualmente los casi egresados y egresados de esta carrera acuden al Centro Comunitario de la UACJ para apoyar en la atención a adultos mayores, además del servicio social que dan en los hospitales públicos y los Centros Comunitarios Municipales.
Encaminados a un cambio
“Estamos trabajando para el Gerontólogo trabaje de manera transversal con otras disciplinas: con el nutriólogo, con el terapeuta físico, con el medico, enfermero… etc., podemos ser la batuta de muchos servicios para la personas mayores”, comenta García Talavera, “los egresados son agentes de cambio, son recursos humanos que si los pones en un lugar estratégico te pueden cambiar la dinámica psicosocial de la persona mayor”.
Con las limitaciones que conlleva las funciones de cada esfera de gobierno, la directora del DIF municipal, Lucía Denisse Chavira Acosta, nos comparte de los avances que se han podido lograr como es la Pensión Universal para personas de 65 años o mas que ofrece el Gobierno Federal, mientras a nivel local, “desde que inicio esta Administración Municipal se creó la Coordinación de Atención a las Persona Adultas Mayores que depende de DIF”, esta trabaja con la población abierta y con los Consejos de Adultos mayores.
“En estos consejos reciben despensas cada dos meses, pero además, hay un equipo de gerontólogos y psicólogos que los visitan de manera periódica les dan terapias grupales, charlas de interés, etc., es el área en donde intervenimos nosotros en prevención”.
También atienden denuncias por omisión o abandono de ancianos como primeros respondientes, pero estas son canalizadas por ley la Procuraduría estatal. “En la coordinación de atención a adultos mayores (en el Barreal, frente al Monumento a Benito Juárez) hay también una persona de Bienestar”, menciona la funcionaria. Considera que esta oficina es muy importante, aunque la mayoría del tiempo se ocupan en trabajo de campo, ya que dan asesoría para tramites, ofrecen servicios básicos de salud gratuitos y ofrecen otros apoyos sociales que antes no se otorgaban.
Entre las carencias que aún prevalecen para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, coinciden estos expertos, están: la movilidad y el transporte; la mejora a los servicios de salud, los centros de atención permanente o provisional (asilos) certificados y accesibles, el impulso a la continuidad y mejora en pensiones.
El procurador Velázquez Ortega recuerda a la población denunciar el abandono u omisión de cuidados, “todos debemos cuidar de los adultos mayores, ya nos regalaron sus mejores años y aprendimos mucho de ellos, es un poco devolverles el cariño y protección que nos han brindado”.