Ciudad Juárez.– La historia del Juárez Whiskey Straight American está intrínsecamente ligada al glamour que caracterizó a Ciudad Juárez durante los años 30 del siglo pasado.

En la actualidad, un lugar evoca ese pasado: la fábrica D.M. Distillery Co. S.A., cuyo propietario fue Julián Gómez. Fue en esta fábrica donde se elaboraba el famoso Juárez Whiskey Straight American desde los años 20.

Hoy las bodegas muestran signos de deterioro, al igual que las calderas, aunque el edificio que albergaba las oficinas permanece en pie, resguardando muebles, utensilios, máquinas y artículos de publicidad de aquella época.

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Carlos Sánchez Colunga

Para llegar, es necesario ingresar por el eje vial Juan Gabriel, atravesar las vías del ferrocarril y tomar la calle Partido Lerdo, que en tiempos pasados unía dos colonias: El Barreal y La Chaveña.

En un recorrido muy restringido a la fábrica, el historiador José Luis Hernández Caudillo invitó a conocer más de cerca este edificio que alberga miles de historias.

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José Luis relató que “En 1818 comienza la Ley Seca o Ley Volstead en el Estado de Texas" y advirtió "cuidado, porque viene la ley seca en todo Estados Unidos”.

En la ciudad de Kentucky, donde iniciaron estas franquicias John Levy y FC Mckey, se envíó un grupo de especialistas con la misión de establecer fábricas en toda la frontera con México, desde el golfo hasta el Pacífico. Tras varios estudios, la única ciudad que cumplía con todos los requisitos era Juárez, gracias a su clima, ideal para el añejamiento de la bebida, por lo que se ordenó la construcción de la fábrica de inmediato.

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“En 1920 comenzó la ley seca en todo Estados Unidos. En 1921, el Straight American, el Waterfill y la cervecería Cruz Blanca solicitaron al gobierno municipal un permiso para construir una fábrica, que comenzó a funcionar en 1924. Sin embargo, durante 1926 y 1927, debido a una sequía, el gobierno municipal obligó a estas empresas a suministrar agua a la población, ya que son los únicos lugares con un pozo y comenzaron a abastecer a toda la ciudad”, dijo el historiador.

Según archivos periodísticos, Gómez fue dueño del Café Lobby y otros negocios de gran prestigio, además de tener un gran almacén llamado Casa Gómez, que era el principal vendedor del Juárez Whiskey Straight American, razón por la cual Don Levy y Mickey lo invitaron como socio. Siete años después, Gómez adquiriría las acciones de los dos estadunidenses, quedando al frente como dueño único de la fábrica.

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Por otra parte, el señor Gustavo Guzmán Márquez, de 68 años, quien cuida este lugar, permitió al equipo de Netnoticias ver de cerca las grandes máquinas de vapor con la condición de no tomar ninguna imagen debido a la discreción que se ha mantenido.

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Guzmán trabajó en ese lugar y recordó cada instante que vivió en la fábrica:

“Yo fui químico práctico. No estudié, pero aquí trabajó mi abuelo y mi papá. Mi abuelo enseñó a mi papá y mi papá me enseñó a mí. Yo venía aquí de chiquillo. Mi papá me explicó cómo era el proceso, donde pasaban los principales ingredientes que era una mezcla de maíz, trigo, malta y centeno, por diferentes contenedores, todo a base de vapor. Primero pasaba por las calderas, luego se pasaba a unos tambores gigantescos donde se preparaba una graduación alcohólica para el consumo humano”, dijo.
“Esos tambores tenían dentro carbón para darles color. Ahí entraba el agua ardiente y ya salía con su color. Después se pasaba a una barrica y se pesaba. El whiskey no lo hace nadie, el whisky lo hace el tiempo. Esté ya en las barricas en el patio, las colocaban entre un mes al sol y se tenían que dar vueltas y después se almacenaba en las bodegas. Mi papá, con el puro olor, ya sabía que estaba bueno, después se ponía en la botella y se encorchaba, esta maquina llevaba una bandita y se sellaba la etiqueta. Todo el proceso era a base de vapor, el agua y todo se calentaba a puro vapor, esa era la diferencia que decía la gente que el whisky sabía más bueno que los demás”, agregó.

Guzmán explicó que mucha gente se preguntaba ¿por qué en este lugar? Y es por que aquí pasa el tren, el cual traía la materia prima, todo el grano y se movía todo por los trenes y se distribuía a todos lados.

“Esta hielera estaba siempre aquí y estaba una botella de whiskey la gente pasaba por aquí y le daban su copita siempre, estaba un guardia y ya se tomaban su copita y se iban, eso era orden del dueño, en aquellos tiempos una botella costaba 120 a 150 pesos, aquí ahorita una botella de whiskey de las que quedan la anda consiguiendo hasta en dos mil a tres mil pesos.

La gente que trabajaba aquí tomaba whiskey de las barricas, me acuerdo que el jardinero me gritaba “Guzmán dame un fachito” y con esa cosita con que saca uno el Whiskey se lo daba y se lo tomaba”, agregó el trabajador.

Guzmán y Hernández comentaron que sería bueno hacer un museo y poco a poco reconstruyendo el lugar.

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