A dos años del Jueves Negro: El dolor persiste
Foto: Archivo

Ciudad Juárez.- Hoy se cumplen dos años de aquel jueves 11 de agosto del 2022, denominado como “Jueves Negro”, que de nueva cuenta vino a marcar la historia de esta heroica Ciudad Juárez, ya que fue transformada en "zona de guerra" durante cerca de ocho horas consecutivas, las cuales sumergieron a la ciudadanía en un fuerte sentimiento de miedo.

Poco a poco va llegando la justicia para las víctimas de los atentados de ese jueves, como lo fue la sentencia de 379 años para Víctor Hugo L.T., Jorge Adrián V.L., Ezequiel A.C. y Manuel Alfredo L.G. por los cargos de homicidio en grado de tentativa contra ocho policías, incluido César Omar Muñoz, Secretario de Seguridad Pública Municipal, y daños en perjuicio del gobierno municipal.

Pero el temor que se generó ese día con los diversos atentados seguirá entre la población, el mismo llevó a que alrededor de las 9:00 de la noche supermercados, tiendas de conveniencia, restaurantes y bares cerraron sus puertas por temor a la violencia generalizada, lo cual dejó calles desiertas, a tal grado que varias empresas maquiladoras permitieron a los trabajadores de segundo turno el retirarse a sus casas, cancelaron el tercer turno y todos los del viernes 12 de agosto.

Horas antes de los hechos que causaron revuelo a nivel nacional, durante el miércoles 10 de agosto ocurrieron siete ejecuciones, de las cuales, resaltó la localización de una cabeza en la colonia Las Haciendas, alrededor de las 3:00 de la tarde, mientras que a las 4:00 de la tarde se registró un ataque armado en la colonia Arecas, el cual fue el último hecho violento.

Una noche, madrugada y mañana pacífica se vivieron en la frontera, con 21 horas de paz seguidas, la cual se rompió con un hecho que en principio se creyó que no tendría mayores consecuencias.

El motín en el Cereso

A la 1:00 de la tarde del jueves 11 de agosto, se realizaron diversos reportes al servicio de Emergencias 911 en los que se informó acerca de un incendio al interior del Centro de Readaptación Social (Cereso) No. 3.

Minutos después comenzaron a darse informes referentes a un posible motín, el cual, había dejado como saldo a varias personas sin vida.

Un gran desplegado de seguridad con cerca de un millar de agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), Estatal (SSPE) y del Ejército Mexicano bordeó el Cereso Estatal 3 y realizó una incursión al interior del penal, donde contabilizaron tres personas fallecidas tras una riña/motín en el penal en la cual, mientras los efectivos policiacos y militares estaban apostados en la cárcel, comenzaron los hechos violentos en otras zonas de la ciudad.

El primero fue la localización de una cabeza humana en el Mirador Rosa de los Vientos, en el Camino Real, luego un ataque armado en contra de cuatro personas al exterior de una tienda de conveniencia ubicada en el cruce del bulevar Óscar Flores y Juan Escutia.

Sin embargo, hubo tres hechos que causaron especial terror entre la ciudadanía: el incendio intencional de un “Bip Bip” ubicado en el cruce de las calles Hiedra y Cártamo, en el cual, una trabajadora del mini súper y una joven que fue a dejar a solicitud de trabajo perdieron la vida entre las llamas.

Una balacera que se prolongó por varios minutos en plena Teófilo Borunda y Óscar Flores, la cual dejó como saldo a un hombre sin vida.

El tercero fue el ataque armado a las afueras de una pizzería ubicada en la Ejército Nacional y Rancho Mesteñas, en donde cuatro trabajadores de un medio de comunicación fueron ejecutados, mientras que tres personas más resultaron lesionadas por proyectil de arma de fuego.

Terror en la ciudadanía

Hugo Martel, de 32 años de edad, atestiguó el ataque armado en la Óscar Flores: “Venía de mi trabajo, batallaba con el tráfico porque estaba más feo de lo normal y de repente comenzaron a sonar los balazos y yo me asusté mucho, me cubrí y sin darme cuenta choque contra un carro que estaba enfrente de mí; a nadie le importó porque las detonaciones estaban bien cerquita y ya como pudimos, nos fuimos moviendo y vi la camioneta negra parada, ahí estaba el muerto, al que habían baleado”, dijo Martel.

Explicó que la sensación de terror era algo que nunca había experimentado, ya que estuvo en Estados Unidos entre 2007 y 2020, por lo que nunca fue testigo de hechos violentos que muchas personas experimentaron en los años de violencia del expresidente Felipe Calderón.

Luego de un año, Martel continúo con miedo, al menos lo experimenta cada vez que sale de su domicilio a trabajar. “Todos los días me encomiendo a Dios y ya no me regreso por el mismo lado, trato de no pasar por esa calle, porque me da ese mismo miedo, tal como lo viví esa tarde; creo que nunca superas sobrevivir a algo así”, puntualizó.

Por otra parte, Rocío, una mujer de 54 años de edad que vive en Pradera Dorada, iba a su casa cuando ocurrió la masacre en la pizzería.

“Ya venía de regreso a mi casa, había oído en las noticias lo del Cereso, pero no sabía que todo estaba tan horrible, pero luego escuché los balazos, estaba bien cerquita de la pizzería, apenas había caminado 5 minutos y los escuché; le juro al oírlos sentí que me moría porque jamás había escuchado algo así, parecía de película de terror. Me acuerdo que me tiré en el suelo y me quedé ahí hasta que empecé a escuchar las sirenas, no sé cuánto tiempo pasó hasta que me levanté y me fui a la casa y ya cuando entré empecé a llorar, a veces cuando escucho truenos o ruidos fuertes, vuelvo a llorar, vuelvo a sentir ese miedo horrible que nunca se me va a quitar”, relató Rocío.

Óscar Flores, es un habitante de la colonia Juárez Nuevo que emprendió junto con su familia un negocio. Recuerda que estaba comiendo cuando escuchó el ruido y los gritos al exterior de su domicilio y al salir observó las llamas en el “Rapiditos Bip Bip”.

“Lo más feo fue la impotencia de ver a las personas que estaban atrapadas ahí, la impotencia porque no se podía hacer nada, solo ver cómo se iban”, dijo Flores.

Reveló que de manera inmediata cerró su negocio y tardó una semana para reabrirlo, debido al temor de que la situación se volviera a repetir.

Señaló que tras la demolición del negocio, misma que llegó dos meses después del 11 de agosto, la inseguridad en la zona incrementó, ya que la tapia es utilizada por malvivientes para realizar actos delictivos.

“Todavía vivimos con el susto, ya ves lo del día primero (enero del 2023) y ahora qué pasó lo del ataque a los Estatales, sí nos da mucho miedo todavía que vayan a volver a hacer cosas, por eso se siente mucho miedo”, reiteró el padre de familia.

Dijo que después de ese día, toda la zona cambió, porque antes del ataque, los vecinos andaban hasta altas horas de la madrugada caminando y conviviendo en las calles, pero a partir de dicha fecha, la zona queda sola por las noches.

“Yo antes cerraba hasta que se acababan los clientes, a veces empezaban a llegar después de las 11:00 de la noche y pues seguía con los trabajos, pero ya luego de que volví a abrir, a las 10:00 de la noche o antes ya bajó la cortina y no salgo”, puntualizó.

Las cifras oficiales aportadas por la FGE relativas al Jueves Negro son: 10 personas sin vida, entre ellos un menor de edad; 10 personas lesionadas, cinco personas vinculadas a proceso por los hechos ocurridos en el Cereso no.3 y tres personas pendientes de formulación de cargos.

La Fiscalía General de la República acudió a las zonas de los ataques a partir del 12 de septiembre del 2022, un mes después del Jueves Negro, esto con el fin de recabar evidencias de lo sucedido, con un mes de retraso y con resultados que no han sido mencionados

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