Quito.– El presunto narcotraficante colombiano Henry Loaiza Montoya, líder del cártel del Norte del Valle, fue deportado el viernes a su país luego de ser capturado en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil unas horas antes tras una operación conjunta e intercambio de información entre la Policía de Estados Unidos, Colombia y Ecuador.
El general William Villarroel, director nacional Antinarcóticos de Ecuador, dijo en conferencia de prensa que el detenido, de 44 años, era buscado por Interpol desde noviembre de 2023 y tenía pendiente un pedido de extradición a Estados Unidos desde octubre de ese año.
Precisó que Loaiza actuaba en coordinación con el grupo residual Oliver Sinesterra, que controla la frontera colombo-ecuatoriana del océano Pacífico, “que le proveía de las sustancias estupefacientes y acá tenía vínculos con el grupo criminal Los Tiguerones encargados del acopio, la logística y transporte" para sacar la droga a Centroamérica y Estados Unidos.
Afirmó que la estructura liderada por el colombiano “tenía la capacidad de sacar 50 toneladas métricas al año” de drogas —por un valor estimado en 2 mil millones de dólares— que eran enviadas en lanchas rápidas y semisumergibles. “No solo vamos por esa persona, sino tenemos que ir por la estructura”, añadió.
El agregado policial de Colombia en Quito, coronel José Oscar Jaramillo, informó en la misma rueda de prensa que Loaiza tenía su centro de actividad ilícita en el Valle del Cauca con influencia en otros territorios colombianos y era buscado desde 2018. “Tenemos referencia de esta persona desde hace más de 10 años operando en Colombia”, dijo.
Tras las declaraciones fue transmitida en directo la entrega de Loaiza a las autoridades colombianas. El presunto narcotraficante fue calificado por la policía ecuatoriana como “un objetivo de alto valor" e identificado como hijo del exintegrante del cártel de Cali, Henry Loaiza Ceballos, quien fue detenido en 1995, 2019 y 2023.
La detención de Loaiza se produce mientras Ecuador se encuentra bajo un estado de conflicto armado interno decretado por el presidente Daniel Noboa el 9 de enero ante una ola de criminalidad provocada, según las autoridades, por al menos 22 bandas catalogadas como “terroristas”.
Noboa ha admitido que Ecuador funciona como un centro de operación logística de las bandas del narcotráfico aliadas con grandes organizaciones transnacionales de Colombia y México, debido a que presenta condiciones de comunicación como puertos, además de manejar el dólar estadunidense como moneda local.
Ecuador, asediado por la violencia y criminalidad, cerró 2023 con el decomiso de 211 toneladas de drogas frente a las 201 de 2022. El país andino se encuentra ubicado entre los dos más grandes productores de drogas, Perú y Colombia.