Parque Lerdo: Más de dos siglos de historia
Foto: Net Noticias

Chihuahua.– En el corazón de Chihuahua se mantiene un mudo testigo de la ciudad cambiante, unos ojos que han visto pasar más de dos siglos de historia, unos oídos que han escuchado desde la caminata de las mulas hasta el motor de los vehículos y un pulmón que por momentos parece no respirar más.

Se trata del Parque Lerdo antiguamente conocido como la Ala meda de Santa Rita, ubicado en la esquina de la avenida Ocampo y Paseo Bolívar y que carga con el compromiso de ser uno de los sitios más antiguos de la capital, además del desinterés de las autoridades por cuidarlo y el descuido ciudadano por preservar su memoria histórica.

Rubén Beltrán Acosta, cronista de la ciudad, dice que el Parque Lerdo se encuentra en el séptimo lugar de las construcciones más antiguas de la capital, ubicándose por debajo de la iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Regla, donde ahora es la Catedral Metropolitana, así como el templo de San Francisco de Asís y su capilla anexa San Antonio de Padua, la del Colegio Jesuita, ahora Casa Chihuahua, la de Santa Rita y el Panteón Civil.

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Rubén Beltrán Acosta, cronista de la ciudad | Cortesía

“Santa Rita porque a raíz de que la dueña original, que era Nicolasa, estableció ahí la fiesta para sus empleados, era la Huerta de Santa Rita. Tenía su iglesia que Nicolasa había ofrecido en su testamento construirla. Entonces, empieza en ese lugar a celebrarse la fiesta de Santa Rita, posterior mente, en un tiempo fueron en el Parque Lerdo”, comenta Acosta.

En 1805, el Ayuntamiento de la ciudad aprobó un acuerdo para iniciar con la plantación de una alameda en los terrenos contiguos de la capilla, para que sirviera de centro de reunión y de descanso de quienes habitaban el sector.

Don José Antonio Pérez Ruiz, síndico del Ayuntamiento, fue comisionado para la ejecución de las obras, por lo que se avocó a dirigir personalmente las cuadrillas que iniciaron las plantaciones de los álamos entre febrero y marzo de ese año al tiempo que se realizaron trabajos para abrir caminos hacia la zona donde actualmente se ubican los panteones municipales 1 y 2.

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La Alameda de Santa Rita

A este nuevo lugar de esparcimiento se le conoció como la Alameda Nueva, para ser distinguida de la que ya existía frente a la Basílica de Guadalupe. Para la década de los 20 pasó a ser la Alameda de Santa Rita y tomó relevancia al ser el culmen del desfile de aniversario por la Independencia de México, recorrido que inició en los portales del Palacio Municipal.

Para las décadas posteriores, siguieron obras como la colocación de asientos de mampostería, se re novó la luneta e inició la construcción de las primeras casas por el lado oriente del parque y la instalación de negocios como baños para caballos, refresquerías, cantinas, salón de billares y un mesón nombrado “Buen Viaje”, por ser el último punto de la mancha urbana.

‘En Chihuahua no hay traidores’

En la época reformista y en el marco de la intervención francesa, el presidente Benito Juárez decidió instalarse hacia el norte, siendo Monterrey, Nuevo León, el primer lugar, donde llega no sin antes haberse separado de doña Margarita Maza, en Saltillo.

En el estado neoleonés, es traicionado por el gobernador Santiago Vidaurri Valdez y es aconsejado de moverse a Chihuahua, siendo recibido precisamente en el Parque Lerdo por quienes congeniaban con su causa, un 12 de octubre de 1864.

Entre quienes le reciben, se encuentra el gobernador de Chi huahua don Ángel Trías y quien le invita a instalarse en el actual Museo de la Lealtad Republicana, todavía sobre la avenida Juárez y calle quinta, junto con sus ministros y desde donde declaró a esta entidad como capital de la República Mexicana y al inmueble, Palacio Nacional.

Ya instalado, le envía una carta a doña Margarita, quien vivía en Nueva York desde su separación en Sal tillo, Coahuila, y para tranquilizarla, le escribe: “Ya estoy en Chihuahua, Margarita. No te preocupes, en Chihuahua no hay traidores”.

Para diciembre de 1866, dos años y dos meses después de su llegada a Chihuahua, se planea su regreso a la Ciudad de México en un viaje discreto, pero los habitantes se dan cuenta e improvisan un templete bajito para despedir a su presidente justo en el Parque Lerdo, en el cruce lo que hoy es avenida Ocampo y calle décima.

Ahí se ve obligado a pronunciar su discurso más corto dado que el llanto le corta las palabras cuando pedía el trabajo más modesto en el Ayuntamiento de Chihuahua, luego de cumplir sus deberes con la Nación.

“Llega a Chihuahua derrotado y se va de Chihuahua triunfante. Cuando se va de aquí solo llega de paso a presidir el juicio de Maximiliano, cuando fusilan a Maximiliano a Miramón y a Mejía… los chihuahuenses fueron tan leales a él que, pensando que pudiera ganar o perder la reelección lo nombran como candidato a diputado por Chihuahua y ganó. El Parque Lerdo vio llegar y vio irse al presidente Benito Juárez”, cita Beltrán Acosta.

La modernización del Parque Lerdo llegó por el año de 1869 en que el Ayuntamiento comisionó al ingeniero Pedro Ignacio de Irigoyen para dirigir las obras que fueron in auguradas y entre los cambios se le instalaron los arcos de cantera en donde también se le llegó a denominar “Paseo del Porvenir” y a fina les del siglo XIX se mandó instalar el kiosko. Para 1895 pasó de ser Paseo del Porvenir al Parque Lerdo de Te jada en honor al expresidente.

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Parque de la historia

Floreciendo el siglo XX, el Parque Lerdo no tuvo mayor relevancia más que mantenerse observante de los cambios suscitados en la ciudad, pasando de un ambiente rural y campesino, a la existencia de vehículos, alumbrado público y la construcción de la biblioteca y el preescolar.

Al finalizar la década de los 20, se construyó el primer jardín de niños que vino a la par de la introducción de la educación preescolar en el país, con la presencia de autoridades nacionales en materia de educación. Para 1943 se construyó la Biblioteca Municipal en el Parque Lerdo, cuyos orígenes se remontaban a un local en la Plaza Merino y después en el tercer piso del Palacio Municipal.

“En ese tiempo el Parque Lerdo era a la vez, como sigue siendo hasta este momento, el remanso más amable y más hermoso que tiene la ciudad de Chihuahua por eso cuando pretendió destruir se, todo Chihuahua protestó”, recuerda el cronista y docente, Rubén Beltrán.

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El Parque Lerdo se consolidó como un lugar de esparcimiento, de reflexión, de ejercitación física, de cultura y hasta de “noviar” | Cortesía

También recuerda que el Parque Lerdo se consolidó como un lugar de esparcimiento, de reflexión, de ejercitación física, de cultura y hasta de “noviar”, donde las antiguas generaciones acudían a pasear por sus jardines y pasillos, mientras las familias acudían con sus niños a las fuentes, a los juegos infantiles y a disfrutar de un buen helado para mitigar las altas temperaturas en verano.

“Puedo decirle sin lugar a du das que de 1943 esa biblioteca del Parque Lerdo fue el baluarte, el apoyo más grandioso que tuvimos los estudiantes de Chihuahua. Ahí nos veíamos los de la Normal, los del Instituto Científico y Literario, los del Regional, todos los que éramos estudiantes antes de la Universidad”, comenta el cronista.

La amenaza

Como nunca en sus 200 años de historia, el 2015 representó una amenaza de desaparición del Parque Lerdo bajo la administración municipal del priista Javier Garfio Pacheco, cuando trascendió en los medios la intención de quitar una parte del inmueble para la creación de 300 cajones de estacionamiento.

“De la noche a la mañana es cuchamos que el Parque Lerdo lo querían a desaparecer, que iban a plantar un estacionamiento en la parte del área de los niños. Dijimos no y fue muy sintomático por que gente que no ves, de repente ya estaba manifestándose para defender el parque”, recuerda José Alfredo Bermeo Reyes, integrante del comité Salvemos el Parque Lerdo, quien reconoce que la amenaza al inmueble fue el impulso de cuida do del sitio.

Inmediatamente se organizaron, buscaron acercamiento con las autoridades y se inició con el estudio de la historia, logrando la unificación social en pro del salvamento de un lugar histórico, de convivencia, pero tan acostumbrados a ver lo, que nunca se imaginaron una amenaza similar.

Jorge Humberto Aguayo Parga, también integrante del comité de defensa, recuerda que apenas se dio a conocer la noticia en los me dios y no solo el sector, sino la ciudad completa se avocó a la defensa del inmueble.

“El Parque Lerdo se volvió lucha a raíz de cuando nos quisieron talar en 2015, cuando César Duarte como gobernador y Javier Garfio como presidente, al querer poner un estacionamiento y querer talar un triángulo del parque y apoderarse de un sector que es público como si fuera privada, hasta la fecha no se encuentran los títulos en el registro de la propiedad, los buscamos mucho tiempo, se desaparecieron casualmente”, dice Aguayo.

El movimiento inició con el fin de salvar y rescatar el inmueble histórico, pues ni la propia ciudadanía y menos las autoridades habían mostrado interés por mantener una parte del alma de la capital. Poco a poco, los árboles fueron secándose al punto de pasar de más de 700 a menos de 600, recuerda.

“En ese tiempo, su servidor como cronista de la ciudad, me manifesté en la prensa en contra de lo que a mí me parecía una barbarie y así lo dije en la prensa. En una página de un periódico local, salía diciendo el presidente que se haría el estacionamiento y en la otra, salía yo diciendo que era una barbarie”, dice Beltrán.

El mismo cronista recuerda que apenas salieron las declaraciones en la prensa y se encontró casual mente con Javier Garfio al salir del Palacio Municipal y donde entabló la siguiente conversación, de la que pensó que saldrían chispas:

Cronista (C): Presidente, ojalá usted no lo tome como una falta de respeto ni a usted ni a la Presidencia. Soy el cronista de la ciudad y este es mi punto de vista.

Alcalde (A): ¿Usted cree que de hacerse un estacionamiento se cree un problema con ese barrio?

C: Señor presidente, no. Se crearía un problema en todo Chihuahua. Es el más hermoso remanso que tenemos los chihuahuenses, es más, es el único.

A: ¿Legalmente?

C: Legalmente, señor. La Ley de Sitios y Monumentos Históricos protege lo que sea de 1900 para atrás y este es de 1805, es un sitio intocable.

A: Muchas gracias, usted sí es mi amigo. Usted sí me dice en lo que me voy a meter (le dio un abrazo).

“Siempre ha sido resistencia, gestión y hasta negociación. Los priistas fueron un poco menos duros, menos ásperos. Los panistas fueron más rígidos, pero entre uno y otro hemos sacado algunas cosas buenas y beneficios para el parque”, dice Aguayo Parga al indicar que el movimiento es libre de filias partidistas y políticas, aunque reconoce el intento de “vender” la agrupación al entonces candidato Javier Corral Jurado a cambio de ingresar a la nómina estatal.

De ahí, que el grupo en Facebook: “Salvemos el Parque Lerdo” no esté tan activo, pues el administrador no permite la libre interacción de los miembros y el movimiento se ha ido a la baja, por lo que crearon el espacio en la misma red social “Parque Lerdo CUU” con el fin de continuar con los trabajos de conservación

Responsabilidad de todos

Con su arco de cantera, ubica do frente a las oficinas de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), sus pórticos centenarios sobre el Paseo Bolívar y el constante robo de bancas, descuido de las autoridades y el desinterés ciudadano, el Parque Lerdo enfrenta los retos de los años por venir con un talante de digno caballero.

Ya no cuenta con sus peces de colores en la fuente como antaño, grupos de delincuentes parecerían ser dueños del parque por momentos, las familias aparentemente no fomentan el amor por la historia propia y los grupos culturales no muestran interés en hacerse raíces en el lugar, pero el Parque Lerdo se erige como un faro de cultura, de encuentro y de convivencia y un resguardo de patrimonio no solo local, sino nacional y por qué no, del mundo.

“Los trancazos te hacen re flexionar sobre el parque. En realidad, aprendimos a apreciar, a cuidar el parque. En un área tan amplia, con árboles, con fuentes, requiere cuidado y mantenimiento, seguridad más que todo”, comenta José Bermeo quien invita a la Administración Pública de cualquier nivel como a la ciudadanía para que se interese y conozca más la riqueza cultural del Chihuahua.

El Parque Lerdo se ha sostenido como un pulmón de oxígeno en medio de una ciudad que aumenta a un ritmo acelerado el parque vehicular donde la convivencia y la interacción entre personas parece cada vez más necesaria.

“Nos hemos mantenido auténticos por eso tenemos cierta autoridad moral porque han ve nido a querer a sobornarnos e incluso robarse el movimiento. Nos han puesto halcones que tenían los teléfonos de algunos coman dantes y nos veían regando y con cualquier pretexto y nos querían entambar. Ese halcón, disque bolero, me amenazó”, recuerda Jorge Aguayo al reafirmar su postura de defensa del parque.

Adelanta que, como movimiento, se mantendrán en la gestión y hasta en la negociación para mantener la lucha por la defensa del sitio, sin otro interés que rescatar el bien común como un área de esparcimiento, cultura y como un detonador de salud.

En este 2025, se mantienen grupos de caminantes, de reflexión, religiosos, quienes pasean a sus mascotas, escolares y todo aquel que busca la paz y alejarse de los ruidos citadinos, encontrando en el Parque Lerdo el refugio que pocas áreas ofrecen en la mancha urbana.

“Como cronista de la ciudad, como fedatario de la historia, lo único que le puedo decir es que los chihuahuenses debemos estar preparados siempre, sea cualquiera nuestra posición, yo mismo ligado al Gobierno, para oponernos a cualquier autoridad que quiera atentar contra el Parque Lerdo”.

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