Chihuahua, tierra de lobos
Foto: Cortesía | Conanp/PNUD/RBJ

Sus colmillos intimidan a cualquiera, su pelaje le ayuda a mimetizarse en el entorno caracterizado por bosques y pastizales; es ágil y siempre va acompañado; su aullido estremece la noche fría del estado grande. El lobo mexicano (Canis lupus baileyi) se puede encontrar en su ambiente natural gracias al esfuerzo de las instituciones para preservarlo en Chihuahua.

El lobo mexicano está en la categoría “en peligro de extinción” que establece la Norma 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Sin embargo, el trabajo coordinado entre instituciones ha permitido que la especie sobreviva, incluso nuevos ejemplares han nacido y ya exploran su ambiente.

Esta especie y otras como el bisonte, la ardilla gris, el coyote, el oso negro, el puma y la cotorra serrana, son algunos animales que distinguen a Chihuahua y habitan en los pastizales del desierto y los bosques puros de la Sierra Madre Occidental. Algunas de estos ejemplares están en peligro y otros requieren de un cuidado especial, del cual todos deben formar parte, coincidieron expertos consultados por Revista NET.

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Foto: Rodrigo Chávez/Conanp

En la montaña y el desierto

Chihuahua es el estado más extenso de México. Posee grandes extensiones de pastizales, matorrales, bosques y desierto. Se caracteriza por el clima extremo en cada temporada, y a pesar de eso, tiene una gran biodiversidad, definida precisamente por las condiciones del clima y los ecosistemas de las regiones, explicó la bióloga María Elena Rodarte, directora de la Región Norte y Sierra Madre Occidental de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

En Chihuahua hay 11 áreas naturales protegidas, con una extensión territorial superior a las 2 millones de hectáreas, que incluye la Reserva de la Biósfera Janos, el Área de Protección Médanos de Samalayuca y los parques nacionales Cumbres de Majalca y Cascada de Basaseachi, por mencionar algunas. En estos espacios hay una gran variedad de flora y fauna característica del estado.

En el Parque Nacional Cascada de Basaseachi, el león de montaña o puma es la especie característica. La bióloga Rodarte agregó que en los parques el objetivo es mantener la belleza escénica de los paisajes y lograr que sean sustentables. Mientras que en la Reserva de la Biósfera Janos se encuentran animales como el perro de la pradera de cola negra, el búfalo o bisonte, el berrendo, el águila real y el oso negro.

“El área tiene una superficie de 527 mil 482 hectáreas, y se decretó el 8 de diciembre de 2009 con el principal objetivo de conservar los pastizales, sin embargo, también tenemos bosques de coníferas y una gran variedad de especies animales”, comentó Rodrigo Chávez, director de la Reserva de la Biósfera Janos, sitio donde también han visto un jaguar y racimos de mariposas monarca.

A unos 50 kilómetros de Ciudad Juárez, el Área de Protección de Flora y Fauna Médanos de Samalayuca, alberga cactáceas y matorrales, así como serpientes de cascabel, liebres, coyotes, zorros, lagartos cornudos y peces como truchas que se desarrollan en criaderos que contrastan con las arenas del desierto que rodean la zona.

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Foto: Fideicomiso ¡Ah Chihuahua!

La amenaza humana

Para Gilberto Wenglas Lara, director de Ecología de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue) de Chihuahua, el cambio de uso de suelo, sin notificar a las autoridades, representa la principal amenaza para las especies animales de la entidad. Explicó que algunas zonas se extienden áreas agrícolas, se talan árboles y se alteran las condiciones de la tierra, situación que afecta directamente a la fauna.

“Donde antes había flora silvestre, ahora vemos que hay campos agrícolas que truncan los corredores biológicos, reducen las áreas donde habitan ciertas especies y se limitan las fuentes de alimento y reposo”, agregó el funcionario estatal.
En este punto coincide el director de la Reserva de la Biósfera Janos, quien explicó que con la devastación de las zonas, los animales se desplazan y cambian sus hábitos. Además, cuando se crean zonas agrícolas se construyen pozos de agua rodeados por cercas electrificadas que causan la muerte de aves como halcones, aguilillas y tecolotes.

“Por ejemplo, la cotorra serrana vive en el área donde hay pinos y desafortunadamente debido a la deforestación se va perdiendo su hábitat. Son muy específicas en su anidación, buscan árboles maduros o que ya estén secos para hacer sus nidos, y al haber tala de árboles, pierden su espacio”, explicó Rodrigo Chávez.

La intervención humana sin conciencia ha provocado el debilitamiento de los ecosistemas, la perdida de especies y mantener en la incertidumbre a muchas otras. La intención de los pobladores de proteger a su ganado también ha mermado la variedad de especies: “la gente usa productos tóxicos para envenenar al depredador, lamentablemente se muere, pero también llegan animales carroñeros como águilas, zopilotes y cuervos que comen de esa carne y se mueren, es como una cadena”.

El director de la Reserva de la Biósfera comentó que la caza furtiva no ha representado un problema grave en la zona, sin embargo sí se han presentado casos de “matar por matar”. El escenario más común es el ataque directo contra los animales depredadores de ganado, situación que poco a poco han tratado de disminuir con el diálogo y la concientización.

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Foto: Conanp

Maravillas de cerca

La belleza natural de Chihuahua es incomparable. El extenso territorio permite observar los contrastes entre sus ecosistemas: un atractivo para los aventureros. Estos espacios son el hogar de especies animales que habitaron el planeta quizá mucho antes que los humanos, de ahí la importancia de respetar su ambiente, preservarlos y admirarlos a la distancia.

Algunos animales se pueden observar de cerca en su ambiente natural, otros son sigilosos y se esconden de los humanos cuando exploran su hábitat. Pocos son los afortunados que pueden ver de cerca ejemplares de oso negro, lobo gris o un puma, y maravillarse con su tamaño, fuerza e imponente presencia, pero están ahí y habitan el mismo territorio.

“Son muchas las sensaciones que se generan al ver un animal en peligro de extinción y que se encuentre en vida libre. En esta región hay mucha fauna, a mí me emociona mucho ver un zorrillo, un lobo, un oso”, expresó Carmen García Chávez, bióloga de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) e integrante del proyecto Estudio para el Manejo, Monitoreo y Conservación del Lobo Mexicano.

Ella ha colaborado con la Conanp, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), las autoridades locales y habitantes de las diferentes regiones para realizar el muestreo de las especies a través de cámaras trampa y obtener datos sobre el número aproximado de ejemplares, su distribución en el territorio y la forma en que interactúan entre ellos y su ambiente. Analizan además el área de influencia del lobo y sus presas.

Ejemplares de gato pochi o gato montés, jabalí, cócono, coatí, mapache, cacomiztle, venado cola blanca y zorrita gris se han podido observar gracias a la utilización de cámaras trampa colocadas en lugares estratégicos como senderos, bebederos o fuentes de agua, y que se accionan al detectar movimiento y calor. Los dispositivos pueden durar hasta un mes instalados en la zona a analizar.

Carmen García resaltó que la coordinación para realizar los muestreos es muy importante. Primero tienen que solicitar permiso a los dueños de las tierras donde se encuentran las especies y después buscar y elegir los lugares estratégicos para colocar las cámaras, generalmente a una altura de 50 centímetros sobre el suelo.

Por su parte, Rodrigo Chávez agregó que “se requiere de mucha cooperación de las comunidades y los dueños de las tierras para que apoyen en el monitoreo”. Incluso los técnicos instruyen a los vaqueros de los ranchos para que ellos mismos, conocedores del terreno, sean quienes instalen las cámaras y sea más sencillo el trabajo.

La bióloga de la Universidad de Hidalgo explicó que ese trabajo en conjunto dio como resultado la galería virtual “Colores de la Sierra”, donde se pueden observar las especies animales representativas de Chihuahua en su ambiente. Las imágenes permiten conocer detalles de su comportamiento, y por supuesto, acercan las maravillas naturales del estado a la comunidad.

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Foto: Octavio Romero

Colores de la Sierra

“Colores de la Sierra”, desarrollada por la UAQ a través del proyecto “Estudio para el Manejo, Monitoreo y Conservación del Lobo Mexicano” en el Programa para la Protección y Restauración de Ecosistemas y Especies Prioritarias (Prorest) de la Conanp, se presentó al público el pasado 5 de diciembre de 2020, en un evento virtual en el que los involucrados expresaron la importancia de la preservación de la fauna.

Las imágenes más llamativas son las del lobo gris con sus crías, un logro para el que se trabajó por más de una década en el estado, con el cuidado, supervisión, reproducción y liberación de ejemplares en el territorio chihuahuense, después de décadas de una campaña de erradicación masiva desde el sur de Estados Unidos hasta el centro de México.

Los registros de la Conanp indican que la primera liberación de lobo mexicano fue en 2011 en Sonora. Debido a que los ejemplares migraron a Chihuahua por la Sierra Madre Occidental, las siguientes liberaciones se realizaron entre la Reserva de la Biósfera Janos y las Áreas de Protección de Flora y Fauna (APFF) Campo Verde, Tutuaca y Papigochi.

El 5 de noviembre de 2020, la Conanp llevó a cabo la liberación del grupo familiar de lobo mexicano denominado “Manada de la Rosa”, conformado por la pareja alfa y cuatro cachorros (una hembra y tres machos), en la Reserva de la Biósfera de Janos y el APFF Campo Verde. Después, el 17 de diciembre, se realizó la liberación de la “Manada Poker”, conformada por la pareja alfa y su cachorro, una hembra de ocho meses de edad.

A cada uno de los ejemplares se le colocó un collar de telemetría satelital para dar seguimiento a sus pasos ahora que se encuentran en vida libre. Previamente, los expertos de la Conanp y la Universidad de Querétaro, aclimatan a los ejemplares para reducir las posibilidades de que se dispersen. De acuerdo con los registros, hay 35 ejemplares en vida libre dentro del territorio mexicano y 190 entre las entidades del sur de Estados Unidos y del norte de México.

Además, se ha documentado el nacimiento de una camada anual entre 2014 y 2016, mientras que del 2017 al 2020 se ha registrado el nacimiento de dos camadas por año. En agosto de 2020, la Conanp reportó el nacimiento de dos cachorros en vida libre, resultado de una pareja conformada por una hembra nacida en vida libre en el año 2015 y un macho liberado en septiembre de 2018.

El lobo mexicano es la subespecie genéticamente más distinta de lobo gris, considerada a nivel mundial como la población en mayor peligro de extinción. Su peso promedio es de solo 33 kilogramos para los machos y 27 kilogramos para las hembras. Oficialmente dejó la categoría de “Probablemente extinta en el medio silvestre”, en 2019 para ser incluida en la categoría de “En Peligro de Extinción”.

“Yo he trabajado con águilas, ballenas, lobos, bisontes… y para mí las especies tienen un valor biológico muy importante, porque a esto me he dedicado y es muy emocionante”, relató María Elena Rodarte, directora de la Región Norte y Sierra Madre Occidental, sobre las sensaciones que le provoca dedicar su vida a la preservación de especies.

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Foto: Conanp

El reto de la conservación

Los biólogos y técnicos de las instituciones se convierten en guardianes de la naturaleza, preocupados por la conservación de las especies en su ambiente natural y alejarlos de las amenazas, sin embargo, su trabajo no se consolidaría sin el apoyo de las personas, no solo las que viven en las áreas de influencia de los animales, sino de todas las que habitan en territorio chihuahuense.

Para los expertos, ha sido un reto grande crear consciencia entre la población sobre la importancia de habitar en armonía con especies tan grandes como el oso negro, o tan pequeñas como una abeja o un colibrí. Para lograr su objetivo, resaltaron, la educación ambiental es una vía muy importante, sobre todo para la difusión de información entre niñas y niños.

“Siempre le apostamos a los niños, ellos son más sensibles… siempre van a hablar de animales, pero también está la parte juvenil que entiende la importancia de preservar el ambiente”, expresó Almendra Gardea Medina, titular del Centro de Capacitación y Educación Ambiental (CECA) de la Sedue, donde se organizan talleres y conferencias sobre la importancia vivir en armonía con la naturaleza.

Gardea resaltó que la coordinación entre las instituciones es fundamental para llevar educación ambiental a los distintos sectores, mediante actividades lúdicas dirigidas a los pequeños para que conozcan las especies animales que se encuentran en Chihuahua, y cómo las acciones humanas las pueden afectar.

“Como adultos a veces no sabemos qué es lo que pasa en nuestro entorno, no sabemos las causas, solo vemos las consecuencias, entonces le cargamos la responsabilidad a terceras personas”, agregó la educadora, quien invitó a personas de todas las edades a conocer la información sobre la flora y la fauna de Chihuahua.

Jesús A. Fernández es docente en la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), y dice que el primer reto a vencer con los estudiantes que recién entran a estudiar a la institución es el de hacerlos entender la importancia de la fauna, su aprovechamiento y el papel fundamental que juegan, a la vez que reproducen ese mensaje en el entorno en el que se desenvuelven.

“Nosotros tratamos de tener proyectos de investigación y de extensión en los cuales participan los estudiantes y también la población: si vamos a trabajar a Guadalupe y Calvo o Namiquipa, tratamos de involucrar a los actores locales; organizamos talleres y conferencias sobre la preservación de las especies”, mencionó el doctor Fernández.

Agregó que la conservación de las especies no se puede garantizar del todo dentro de las aulas o en las oficinas de los tres niveles de gobierno, tampoco con una acción propia de los habitantes de las áreas de influencia, sino que debe ser un trabajo en conjunto, actuar todos a favor de los organismos que se desenvuelven en espacios mucho más antiguos que los propios humanos.

Los entrevistados coincidieron en que se puede lograr un equilibrio entre las personas y el medio ambiente, ya que existe la disposición tanto de las instituciones como de la sociedad para avanzar hacia ese objetivo, y poder admirar, en persona o a través de fotografías, las maravillas de la naturaleza que se encuentran en el territorio de Chihuahua.

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Foto: Gobierno del Estado
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