Ella era toda una princesa, pero no hay forma de que la Bella Durmiente, ni antes ni después de su siesta, haya tenido el fabuloso vestuario reunido en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
“Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” (Bellezas Durmientes: El despertar de la moda), la exposición de primavera del Instituto del Vestido que debuta en la Gala del Met del lunes, no se trata técnicamente de ESA Bella Durmiente. El guiño del título al cuento de hadas es en realidad una referencia a los ataúdes de vidrio -“seamos más optimistas y llamémoslos vitrinas”, bromea el curador Andrew Bolton- que contienen 16 prendas antiguas, tan frágiles, que no se pueden mostrar en posición vertical. Estas delicadas criaturas han estado durmiendo, como la propia Aurora, en los archivos climatizados del museo.
Pero estas “bellezas” son una pequeña fracción de los 220 objetos que se exhiben en “Sleeping Beauties”, con temática de la naturaleza, que Bolton califica como una de las exposiciones más ambiciosas del instituto hasta el momento (sus éxitos de taquilla anteriores incluyen “Alexander McQueen: Savage Beauty” y “China: Through the Looking Glass”). También es especial para Bolton porque todos los artículos que se exhiben son de la propia colección del museo.
Otra diferencia clave: esta muestra será una experiencia multisensorial, que involucrará no solo la vista, sino también el olfato, el oído y el tacto. Organizada en temas de tierra, aire y agua, incluye el trabajo de una “artista del olfato” que extrajo y analizó moléculas de la ropa, creando aromas que los visitantes pueden oler en tubos de plástico. Los curadores también han capturado sonidos de telas en una cámara sin eco y han utilizado escaneos 3D para replicar patrones de bordado para tocarlos.
A pesar de la escala, “realmente quería que esto fuera íntimo y participativo”, dijo Bolton durante un recorrido de fin de semana por la exposición. De hecho, incluso hay un maniquí con un vestido al que puedes enviarle una pregunta por mensaje de texto, y te dará una respuesta con ayuda de ChatGPT.
Algunos aspectos destacados:
Directamente de 'La Edad Dorada'
Un vestido de gala de satén y gasa de finales del siglo XIX inicia la exposición, con sus intrincados bordados de hilos metálicos, cuentas doradas y lentejuelas que evocan los rayos de sol que irradian las nubes. Pero el “vestido de nubes” del influyente diseñador inglés Charles Frederick Worth está condenado, debido al deterioro de los hilos verticales: “no hay nada que podamos hacer al respecto”, dice Bolton. Excepto quizás para recrearlo digitalmente: en una pantalla cercana, una ilusión animada del “fantasma de Pepper” que tardó nueve meses en perfeccionarse muestra al vestido bailando. El vestido fue donado por familiares de Caroline Schermerhorn Astor, interpretada en “The Gilded Age” de HBO por Donna Murphy.
Sonido de tafetán de seda
Un trío de vestidos de los siglos XVIII, XIX y XX explora el aspecto de las “flores borrosas”, el efecto que hace que un vestido parezca una acuarela o una obra impresionista. Pero en esta galería también se oye tafetán de seda crujiendo. El sonido fue capturado en una cámara sin eco en la Universidad de Binghamton. En otra galería, se puede escuchar el ruido de conchas con forma de navajas, capturadas de la misma manera, acompañando el dramático vestido “navaja” de McQueen, cubierto de conchas secas y blanqueadas.
De Dior a Adore
Christian Dior fue inspirado por los pintores impresionistas, y en ninguna parte es más evidente que en el delicado bordado floral del famoso vestido de Miss Dior, en la muestra hay una versión en miniatura del original. Parece un elegante ramo de flores, y si te mueres por tocarlo, hay una pequeña réplica blanca en plástico impreso en 3D. También puedes pasar las manos por papel pintado, creado para que coincida con la forma de las flores en la versión vanguardista de 2013 de Raf Simons del vestido negro, con flores en cuero.
Hablando de bordados
En 1988, Yves Saint Laurent rindió homenaje a la famosa representación de lirios de Van Gogh de cien años antes, con una chaqueta brillante celebrada por sus bordados. El museo la muestra en plano para dar una visión más cercana de una prenda que requirió 600 horas de trabajo por parte de artesanos que utilizaron 250 metros de cinta, 200 mil cuentas y 250 mil lentejuelas en 22 colores.
Huele a rosa
En un espectáculo dedicado a la naturaleza, no es raro encontrar salas dedicadas a las rosas. Y estás invitado a olerlas, a través de aromas capturados en tubos de plástico, no solo el olor de las rosas, sino el de las prendas en sí y de quienes las usaban. Bolton explica que la “artista del olfato” noruega Sissel Tolaas trajo un aparato que extrajo moléculas de 57 prendas. Dos vestidos de noche, uno de Saint Laurent para Dior y otro de Lanvin, produjeron moléculas que se encuentran en cosas como almendras, miel, tabaco y heno, e incluso “un atrayente sexual suave para polillas y cucarachas”.
Perfume de mujer
No es la película de Al Pacino, aquí es una galería dedicada a Millicent Rogers, una socialité, heredera y coleccionista de arte conocida por su estilo y por su manera de combinar alta costura con vestimenta regional. Sin embargo, esta galería se centra en su aroma, analizando las moléculas de sus prendas, como un vestido de noche de Schiaparelli de 1938 en crepé de seda azul, para descubrir sus fragancias, pero también sus hábitos y estilo de vida, “incluido lo que comía, bebía y fumaba”.
¡Este abrigo está vivo!
Uno de los principales atractivos de la sección “Vida en el jardín” es una capa de hierba en la que se ha plantado lana, como si fuera tierra, con avena, centeno y pasto de trigo. En este momento, el diseño del presidente honorífico de la gala, Jonathan Anderson, de la marca Loewe (patrocinador del desfile) luce hermoso y verde. Pero se está muriendo, porque esta versión no se puede regar, y será reemplazada aproximadamente una semana después de su apertura por una versión diferente. También hay una gran cantidad de sombreros florales de la copiosa colección del Met. Estos también han sido analizados en busca de olores, creando fragancias que contienen laca para el cabello, como era de esperar, pero también chicles, cigarrillos y otras cosas.
¡No alimentes a las aves!
Bolton ha dicho que quiere representar no solo la naturaleza, sino también los matices de la emoción, incluido el miedo. Que es justo lo que puedes sentir cuando llegues a una sección de seres voladores: insectos y alas de escarabajos, por ejemplo, también, aves. Se dice que McQueen adoraba “Los pájaros” de Alfred Hitchcock, y aquí tenemos su chaqueta de lana naranja estampada con golondrinas negras. La parte espeluznante es una animación en el techo: primero unos cuantos pájaros negros, luego más, luego tantos que el espacio se vuelve de un negro ominoso. La animación, creada con la asesoría de expertos en vida silvestre, comprende “14.000 golondrinas digitales”, terminando con 4.000 plumas simuladas. Para el sonido, se grabaron golondrinas, y también se capturó el “zumbido” de la película de 1963 para crear tensión.
“Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” abre al público el viernes y se extenderá hasta el 2 de septiembre.