Tito Reynolds: el único juarense en los carriles
Foto: Redes

Se llamaba Tito Reynolds Orozco y había nacido en la colonia Bellavista un 5 de noviembre de 1951. Por razones del destino, aquel muchacho de colonia popular decidió practicar un deportes que muy pocos juarenses (Por no decir nadie) practican de manera profesional: el boliche. Con eso no le bastó, tenía que convertirse también en el mejor del mundo.

Antes de que aquella hazaña se cumpliera en 1560, Reynolds ya había recorrido suficientes carriles, ya se había peleado con los pinos, ya tenía currículum.

El de esta frontera había sido medalla de bronce en la modalidad por equipos dentro Mundial de Suecia en 1958 y todavía en 1961 el juego no le alcanzó para repetir la proeza de alzarse con los máximos honores. Sin embargo, por ningún motivo quedó opacado ese 1960 de titánicas proporciones.

Jugó toda una semana en Hamburgo. Participó en las tres categorías: dobles, equipos e individual. Las ganó todas, la última con promedio de 198 puntos al final de todos los cruces eliminatorios. Por si le faltaba más, se llevó el premio al Jugador Más Valioso

1963 lo vio regresar al Mundial en la Ciudad de México para quedar subcampeón tanto en lo individual como por equipos. Un año antes se había proclamado campeón con la bola en los Juegos Panamericanos de Lima Perú.

Entre sus últimos honores estuvieron tres entronizaciones a salones de la fama: en 2006 a la sala de los inmortales del Estado de Chihuahua y al Salón Mundial de la Fama del Boliche. En 2007, meses antes de fallecer, se le abrieron las puertas del Salón de la Fama del Deportista Juarense.

Reynolds Orozco dejó este mundo el 26 de junio de 2006 a los 76 años de edad.

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