NUEVA YORK (AP) — Francisco Lindor entiende lo que tendrá que soportar con su espalda si es que puede volver a la alineación de los Mets de Nueva York.
“Si juego este año, no creo que será libre de dolor, y es algo que acepto”, dijo el astro puertorriqueño. “Lo que no quiero es estar con un constante dolor en el que no puedo inclinarme y luego poner a mi equipo en una situación en la que no podré ayudarles lo mejor posible. Es no es justo para nadie. En mi caso, tiene que ser una situación en el que si duele, sea algo que viene y desaparece”.
Lindor se ha perdido siete partidos seguidos por la dolencia en la espalda, limitado a un inning en los últimos nuevos encuentros. El torpedero recibió el martes una inyección para reducir el dolor en las articulaciones facetarias en cada costado de la columna vertebral.
“Se ha sentido más moderado, pero no ha desaparecido del todo", dijo Lindor sobre el dolor tras la victoria 2-1 sobre Filadelfia.
Lindor habló con los medios en el camerino de los Mets con sus hijas Kalina y Amapola jugando a sus pies. Tuvo que salir de su último juego, el 15 de septiembre en Filadelfia, después de un inning.
“El domingo pasado, no podía pasar. Tuvo que rodar para levantarme de la cama”, explicó. “Ahora puedo tocar a mis hijas y que estén cerca conmigo”.
Lindor se ha ejercitado en el terreno previo a los juegos, bateando con contacto ligero, corriendo, lanzando y fildeando rodados. No ha enfrentado a lanzadores y no ha corrido por las bases.
Lindor batea para un promedio de .271, con 31 jonrones, 86 empujadas y 27 bases robadas. El cuatro veces elegido al Juego de Estrellas bateaba para .193, con siete cuadrangulares y 22 impulsadas a 20 de mayo. Desde entonces registra un promedio .307, con 24 cuadrangulares y 64 remolcadas en sus últimos 101 duelos.
“Todos tenemos que jugar con dolor. Creo que los jugadores estarían mintiendo cuando dicen 'me siento al ciento por ciento”, señaló. “Hay algo que les afecta”.