Bravos salva vergüenza con empate ante Xolos
Foto: Cortesía

Ciudad Juárez.- Los Bravos de Ciudad Juárez rescataron in punto la noche de este miércoles. Igualando de manera milagrosa 1-1 ante los Xolos de Tijuana.

Caballos que no relinchan y perros que no ladran

Estaba fresquecito el clima, fresquecito por qué para frío todavía no alcanzaba. La grada estaba más vacía que una iglesia en lunes y nadie, absolutamente nadie le puso atención a los honores a la bandera. Así arrancaban las hostilidades entre los Bravos de Ciudad Juárez y los Xolos de Tijuana.

A eso del minuto cinco ya quedaba marcada la tónica de la primera mitad: Ríspida, entrecortada y de mucho contacto físico.

La primera de gol se quedaba en la cabeza de Jairo Torres que no alcanzaba a rematar. Óscar Estupiñán intentaba la segunda de media distancia pero la ponía en grada 20.

El cronómetro marcaba el cuarto de hora cuando Juárez se transformaba en los Gallos Blancos de la semana pasada. Oportunidades había en el latigazo de la banda derecha, todo a contragolpe pero la bola era muy muy larga como para que amenazara el Puma Rodríguez

Dos minutos más tarde ya ponían a trabajar a Arturo Delgado. El reemplazo del reemplazo Benny Díaz tenía que meterle la mano a un disparo cruzado de Carlos González. Hacia el trabajo, botaba la de gajos para afuera y se acababa el peligro.

Nos quedaban 20 minutos para irnos al descanso en medio de un frío que ya era frío cuando Diego Valoyes ahora sí le puso ganas al asunto y disparó pegado al poste que defendía José de Jesús Corona. Para desconsuelo del respetable, el tiro pasó por fuera de la red.

Seguíamos en las “mesmas” como dicen en el pueblo cuando llegamos al minuto 35. Guillermo Castillo (Que no se llama así, pero así nos dijo que le diéramos), hacia su luchita en el medio sector pero sin prosperar. Juárez estaba encima y la vecina frontera guardaba la calma.

Óscar Estupiñán dejaba ir otra cinco minutos más tarde. Castillo le dejó un pase filtrado puesto como con un guante para que el ecuatoriano se quedara solito y encarara a Chuy Corona. No pudo hacer más que pasar la bola desviada.

No transcurrieron ni dos minutos cuando a Óscar Mejía ya le recordaban a su mamá. Todo gracias a un empellón por detrás cortesía de Nicolás Díaz sobre Castillo. Falta que no marcó y que le ganó el repudio del entarimado.

Fue el Mejía el que le colmó la paciencia a Salvador Valero. El español le gritó con toda el alma después de una falta en contra, acto seguido lo mandaron a bañar con un roja directa.

Así nos íbamos al entretiempo. 0-0 y con un partido que no terminaba por explotar en la cancha, pero que recién había echado llamaradas desde las bandas.

Todavía no cantaba la gorda

Iniciábamos la parte complementaria con los papales invertidos. El perro del profe Juan Carlos Osorio olió la sangre y se fue para arriba. Kevin Castañeda se metía hasta el fondo del área en tres ocasiones, pero sus tiros no pasaban de las piernas fosforescentes.

Al 52 los de las tierras de Juan Gabriel volvían a verse forzados a hacer la falta para frenar el juego y Mejía volvía a marcar la infracción. Como era de esperarse, la rechifla retumbó hasta la Plaza de la Mexicanidad.

La perrera de México jugaba a placer en terreno enemigo. Se había cansado de esperar y ponía a trabajar en marcha forzada a Carlos Salcedo y a Ralph Orquín.

Con la marca de la hora llegó la calma y el Xolo dejaba de pelar los dientes. Los locales se desentumían del frío y Valoyes agarraba confianza para dirigir el tráfico de la bola.

Esto hasta que volvieron a enseñar un colmillo gracias al error del Titán Salcedo. La pelota quedó puesta para un centro raso que Kevin Castañeda no pudo empujar.

A 20 del final Juárez estaba totalmente sumido en su propio tercio de cancha y se conformaba con aguantar los embates que llegaban desde los costados. Estupiñán recibía de cara a Corona, no obstante, se pasaba con el recorte y terminaba chocando con los tachos por delante a la ex máquina del Cruz Azul. La edad pesaba, pero el señor arquero se levantaba (casi) íntegro.

Seis minutos más tarde el cántaro se rompió después de las muchas veces que se fue a la fuente. Kevin Álvarez pegó un soberano fierrazo en un tiro libre y acabó fusilando a Arturo Delgado. 0-1 ventaja para Tijuana.

Al 80 y contando al cantante le decían ratero y estúpido, estúpido pero con “P”. Derribaban a Aitor García dentro del área en lo que pintaba para ser un penal igual de grande que una casa. Después de tragarse el pito y mucho pensarla lo mandaron llamar al VAR. El video arbitraje le corregía el error y marcaba la pena máxima.

Para colmo de males el penal lo cobraban mal. De nada servía quedársele viendo a Chuy Corona si el veteranazo iba a atinar el tiro a su mano derecha. No se movía el luminoso y el partido ya agonizaba. Bravos no la metía ni con Viagra de patente.

El milagro no llegó hasta el 97 de la compensación con un centro por el piso que Ángel Saldívar resolvió de primera intención.

Al 99 más propina, el cantante defeño, ese mismo que fue enemigo público de toda la zona norte de Chihuahua durante hora y media, hacía sonar el silbato para finiquitar el empate 1-1. Juárez firmaba empate con sabor a gloria.

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