Ciudad Juárez.- Los Bravos de Ciudad Juárez regresaron con victoria de la fecha FIFA la tarde de este sábado después de triunfar sobre una muy endeble franja del Puebla por marcador de 2-0.

Lúzcase que hay con qué.

El aire era de cuaresma, con tierra y de esos que te gritan “arrepiéntete y cree en el evangelio”. La grada estaba pelona y la visita entraba cabizbaja a la cancha: como sabiendo lo que le esperaba. Así arrancaban las hostilidades entre los Bravos de Ciudad Juárez y La Franja del Puebla.

No sabemos si la actitud era buena o mala, pero la iniciativa de arranque era del Puebla. La pura iniciativa porque en aquello del accionar Emiliano Gómez se quedaba más solo que la una jugando de punta. Juárez encontraba la primera de peligro en un balón suelto y en el pie de Ángel Saldívar, para desgracia del respetable el cuero se iba desviado.

Saldívar repetía la misma un minuto más tarde, ahora ponía el esférico por arriba del pebetero de la UACJ. A eso del minuto ocho Julio González le tuvo que meter la mano a un tiro centro de Madson da Silva que se enfilaba a gol. Era claro que la franja iba a jugar más encerrada que un loco en manicomio.

La cosa con el Puebla iba tan mal (Pero tan mal) que Moisés Mosquera se daba el lujo de subir (Y de bajar) tirando fintas y recortes como si fuera Cafú. Los ceros en el marcador aguantaban por no otra cosa más que la voluntad divina.

Esto por lo menos hasta el minuto 20 cuando Jairo Torres prendió un esférico con todo el zapato para fusilar al arquero pipope y mandar guardar la bola. 1-0 el electrónico favor los caballos.

A 15 del entretiempo el dominio era todo de las tierras de Juan Gabriel. Guillermo Castillo (Que no se llama así, pero así nos dijo que le dijéramos) se veía muy repuesto y combinaba con Jairo Torres lleno de singular alegría.

La jugada para el segundo tanto llegaba por la banda: del Puma Rodríguez a Madson; el brasileño estrellaba la bola en la humildad del arquero ex Puma. El cuadro fronterizo se lucía porque tenía con que, por que el rival se lo permitía.

Juárez no podía ser perfecto y al 35 Sebastián Jurado ya se estaba equivocando en la salida. Salvó el gol en contra por que cruzó la pierna Jesús Murillo.

Unas por otras antes del descanso. A Mosquera le ganaba el paso Ricardo Marín y lo ponían a parir cuates para forzar el córner. Acto seguido se limpió el error taponando un remate de córner en la raya de cal que demarca la portería. Así nos íbamos al descanso, con el 1-0 favor Bravos y con el entarimado lleno de tierra.


A dar camote….

Arrancábamos los 45 complementarios con el miedo de si Juárez se iba a echar para atrás o si iba a buscar amarrar la victoria. O lo que es lo mismo: el temor de toda la vida con los Bravos de toda la vida.

Al 51 se aparecía Castillo que ya tenía rato desaparecido para oponer un centro descompuesto que echaba a perder un señor pase de Diego Campillo. Hasta allí llegaba el menester, no lo decía…. Pero el brasileño gritaba por un cambio.

Dos minutos más tarde todos los muchachos de Martín Varini jugaban en el área camotera y Campillo probaba desde la media distancia sin éxito alguno. Ardía el rancho, a Julio González no le alcanzaban las yemas de los dedos para tapar tanto trallazo.

A la hora de partido a Daniel Quintero el respetable le decía “tonto”, tonto pero con P después de no marcar una falta en contra de Madson da Silva.

Duró muy poco el enojo. Segundos nada más. Esto por qué el propio carioca se desquitó del trancazo rematando una bola dentro del área. Primero le rompió la cintura a Emanuel Gularte y luego aniquiló a González. 2-0 favor los verdes al 60.

Fuera de la cancha, mientras el camote seguía desaparecido, se preparaba para ingresar de cambio el hijo pródigo Óscar Estupiñán. El que salía era Madson entre el aplauso del que pagó el boleto para venir a verlo.

Empezaba a preocupar el asunto rumbo al último cuarto de hora. Se perdía recuperación con el ingreso de Estupiñán. No había quien tapada el ingreso de la visita por la banda y ahora sí la localía se veía obligada de defender.

No recuperaban balones pero si se sabían valientes con un margen que rara veces tienen en el luminoso. Estupiñán quiso pasarle la bola por arriba a González que salió a achicar. Se logró la maniobra no sin antes quedarse sin ángulo para rematar a gol. Confianza había, planes del pie sana no sabemos. Del otro lado del rectángulo de juego espabilaban a Jurado con un tiro a quemarropa.

El colombiano la volvió a tener al 81. La tuvo y fue suya hasta que se resbaló a la altura del manchón penal.

A todo esto, llegábamos al 85 y ya nadie quería jugar a nada. Los fosforescentes se conformaban con su victoria, los poblanos con otra derrota más: de esas que ya no se sienten, que nada más llegan sin pedirlas.

Así se nos pasaron los últimos minutos con todo y el agregado. Cumplimos 90 y tanto más cuando el Licenciado en Educación Física Daniel Quintero Huitrón hizo sonar el silbato para finalizar la victoria del FC Juárez: 2-0 se acabó el asunto.

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