Recién arrancada la pretemporada para la Liga Mexicana del Pacífico, los Charros de Jalisco tienen entre sus filas a Luis Payán, ex Indio de Ciudad Juárez que no dejó el mejor sabor de boca en la frontera, pero que tiene lugar en la segunda novena de Benjamín Gil.
Lo anterior después de que el sinaloense tuviera una muy corta estancia con la novena del penacho, misma que se fue cayendo de poco en poco y no dejó contento al respetable ni al entonces cuerpo técnico.
Mala no fue su primera salida contra los Dorados de Chihuahua en la serie inaugural: tiró seis entradas completas, cargando con la derrota, pero permitiendo apenas tres carreras limpias en siete imparables. Todo cambió para la segunda salida que alcanzó para cinco entradas y para ganar gracias a los bates de los teporacos ante los Venados de Madera. Aquella noche salió más golpeado que piñata con once imparables en contra y solo tres carreras permitidas de puro milagro.
“Volvieron a aparecer las jugadas pequeñas, volvieron a aparecer los robos de base, Payán no estuvo como lo esperábamos, pero la ofensiva lo ayudó a salir adelante en el juego”, expresaba tras ganarle a Madera, Ricardo “Bacatete” Fernández, entonces manager del equipo.
El tercer juego del de Guasave terminó siendo una verdadera hecatombe contra los Rojos de Jiménez. La cosa le duró apenas una entrada y 2/3, se deshizo el brazo con 42 picheos, permitió seis carreras limpias en siete hits y se fue a la regadera más rápido que temprano.
Todavía le dieron una cuarta oportunidad en el relevo frente a los Mineros de Parral. Su última trapada en la loma lo vio sufrir para sacar una entrada completa, permitió tres hits y tres carreras limpias. De ahí, nadie más lo volvió a ver, justificó su ausencia por una lesión, dolencia que cabe señalar, ningún directivo de la Zona Uno supo explicar, mucho menos aclarar.
El Aparecido
Poco más de dos semanas después de haber salido por la puerta de atrás en las tierras de Juan Gabriel, Payán, igual de sano que un caballo de carreras, se ponía el uniforme del renombrado Caliente de Durango y se llevaba su primera victoria con 5 entradas y 2/3 de labor frente a los Dorados de Chihuahua.
El diestro de 29 años de edad abrió cuatro juegos más para la novena del casino. No todo fue color de rosa, ni todo fue igual de bueno que la primera apertura. Acumuló 22 y 1/3 de entradas trabajadas, permitió 41 hits y 17 carreras limpias. Todo, para dejar una efectividad elevadísima cual glucosa de diabético: 6.85.
“Lleno de éxitos”
Pese a los altibajos de su 2024, el recién cambiado por los Mayos de Navojoa en el lado de la pelota invernal, se asume como el importante de la rotación charra y vislumbra una campaña exitosa para el Jalisco luego de que los botaran en la primera ronda de playoffs en año pasado.
“Sí, me asumo como una parte importante de la rotación y estoy muy agradecido por la confianza. Veo una temporada llena de éxitos, mejor que las anteriores, yo espero estar sano toda la temporada para poder contribuir al equipo. La mentalidad es la misma que cuando venía a jalisco como visitante, me siento muy cómodo con la pretemporada y lo único que falta es ir corrigiendo esos últimos detalles que van saliendo”, expresó el lanzador.
¿Cuándo empieza la actividad de Charros?
Si bien, la novena azul ya calienta los brazos en el Estadio Panamericano, no será hasta el próximo día 26 cuando viajen a la Ciudad de México para medirse en cuatro juegos de exhibición contra los Sultanes de Monterrey, los Cañeros de Los Mochis y los Venados de Mazatlán.
En lo que respecta al rol regular, este abrirá el telón el próximo 12 de octubre, los comandados por Gil arrancarán la campaña un día más tarde desde casa ante los subcampeones Venados de Mazatlán.