Colérico o apasionado: cuál es tu tipo de carácter
Foto: Redes

Definitivamente todos los seres humanos son diferentes, así que no basta con encasillar a cada persona en una clasificación sobre personalidad y caracter, aunque sí se puede hacer una descripción general para saber cómo son las personas que más conviven con nosotros y concluir si son una buena influencia o más bien no nos conviene tenerlos como amigos.

Carlos Emilio Carranza, experto en imagen pública, menciona que el carácter es la forma en que las personas reaccionan ante diferentes situaciones.

Agrega que el carácter de una persona puede motivarlo a ser altruista, amable, aunque también explosivo, rencoroso y nocivo para quienes están cerca.

Seguramente ya sabrás la forma en la que externas tus sentimientos ante una situación estresante, de emergencia, de provocación o de burla hacia ti, aunque podrías conocer un poco más sobre tu persona con las siguientes clasificaciones que el experto describe.

Carácter sanguíneo. Este carácter es el más primitivo y persigue la satisfacción inmediata de sus impulsos corporales, por ejemplo, a Will Smith le bastaron 27 segundos de risas hacia su esposa para levantarse de su lugar y abofetear al presentador por no tener inteligencia emocional.

Carácter amorfo. Radica en la pereza y es muy fácil de influenciar, puede hacer de todo por adoptar el carácter de sus más cercanos.

Carácter nervioso.Guarda mucho rencor y espera un detonante para sacar todo el enojo y la frustración que lleva consigo.

Carácter apasionado. Son personas amorosas y cariñosas en las que puedes confiar.

Carácter colérico. Es gente que tiene que estar haciendo actividades para calmar sus instintos coléricos, es probable que fumen o usen drogas.

Sentimental. No están predispuestos a la delincuencia y son manipulables y manejables, aunque se puede confiar en ellos.

Finalmente, Carranza menciona que el caracter se desarrolla desde los primeros años de vida, por lo que es vital que los padres mantengan la tranquilidad de los más pequeños con música clásica, incluso desde el embarazo o con aromaterapia para mantenerlos relajados.

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