El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer que regresará a México desde Nueva York un monolito olmeca que data del periodo Preclásico Medio (800-400 a.C.).
La restitución de este relieve permitirá el retorno a nuestro país de una creación olmeca cuya importancia es comparable a la de las icónicas cabezas colosales, toda vez que Chalcatzingo fue el único asentamiento ligado a dicha cultura, que se fundó y prosperó en el Altiplano Central mesoamericano.
De acuerdo con el investigador del Centro INAH Morelos, Mario Córdova Tello, esta pieza de gran formato –que alcanza 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho, y pesa aproximadamente una tonelada– data del periodo Preclásico Medio (800-400 a.C.), por lo que coincide con el esplendor del citado sitio arqueológico.
El especialista detalla que las fauces abiertas de la entidad simbolizan el acceso al inframundo y agrega que “sobre su boca se proyecta una secuencia de tres bandas concéntricas, figurando el acceso cruciforme a una caverna”. El bajorrelieve representa a un “monstruo de la tierra”, criatura cosmogónica que aparece con frecuencia en la iconografía olmeca.
Otro de sus elementos distintivos, añade, son cuatro formas en las comisuras de la boca, la cuales simulan ser ramales de bromelias, una planta propia del Cerro Chalcatzingo y que también aparece representada en los Monumentos 1, 2 y 13 de la zona arqueológica, lo que corrobora su procedencia.
Aunque se desconoce el modo y la fecha en la cual el Monumento 9 fue sustraído ilegalmente de Chalcatzingo, sí se tiene documentado que fue dado a conocer en 1968, por el arqueólogo David Grove en el número 33 de la revista American Antiquity, de allí que se piensa que, a inicios de la segunda mitad del siglo XX, ya se encontraba en Estados Unidos.