Ciudad Juárez.- Rentar una vivienda ha pasado, a lo largo del tiempo, de ser un acto simple de ofrecer una casa a una persona para recibir un precio pactado mes a mes, a convertirse en un proceso que requiere formalidad legal para evitar consecuencias que van desde daños a la propiedad, la desaparición del inquilino sin pagar o incluso enfrentar asuntos legales inesperados en la propiedad.

Gildardo Muñoz, responsable de Relaciones Públicas de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) expresó tajantemente que para evitar cualquier tipo de riesgos al rentar una propiedad, especialmente una vivienda, es imprescindible firmar un contrato ante un notario público.

“No solamente hagan el contrato en privado, sino que también lo lleven a certificar ante un notario público, porque esto le da mayor certeza legal para cualquier controversia legal, ya nos ha sucedido, hemos tenido experiencias donde a los clientes les rentamos la casa, no lo certificaron, no nos hicieron caso y después regresan con que, oye certifícame, pero ya no, ahora sí que ya tienes un problema y hasta que no tienes el problema lo quieres resolver sin prevenir lo que nosotros te recomendamos”, mencionó el profesional inmobiliario.

El integrante de AMPI destacó que un contrato notariado puede librar al propietario de problemas legales en los que haya incurrido su arrendatario dentro de la propiedad en renta.

Contó un caso en el que un cliente agradeció a su agente inmobiliario por la recomendación de firmar el contrato ante un notario, ya que su inquilino cometió un acto ilegal en la propiedad que había rentado y gracias al contrato, el dueño pudo deslindarse de lo sucedido.

Por su parte, Marisela Sáenz, presidenta de AMPI, reiteró la necesidad de que quienes busquen rentar una vivienda se acerquen a un profesional inmobiliario.

“En lo que corresponde a vivienda ya sea residencial o económica tienes que tener todas las bases bien cimentadas respecto a todos los requisitos que les vas a pedir, porque se tiene que revisar desde que la persona que te está rentando sea la dueña, propietaria del inmueble, se revisan, escrituras, documentos que lo acrediten como tal y claro perfilar al cliente con su Buro de Crédito para ver si es buen pagador”, advirtió.

Insistió en que el arrendamiento es una gran responsabilidad para los asesores inmobiliarios, porque con cada cliente dejan su carta de buena conducta con el propietario. “Le decimos al dueño que le estamos dejando un buen cliente”, diko.

Ángela Zavala, directora del Comité de Membresías a nivel nacional del AMPI, explicó que entre los beneficios de firmar un contrato notariado está la posibilidad de terminar con el acuerdo legal en caso de cualquier incumplimiento establecido y aceptado entre las partes.

Por ejemplo, si no pagan la renta, si no le dan buen uso a la propiedad rentada, o si la utilizan para fines distintos a los acordados, como actividades ilegales.

“Entonces sí tiene que haber una certeza jurídica al momento que se va arrendar un bien inmueble, tanto por la parte del arrendatario que hay que investigarlo bien; como el deudor solidario que las dos partes sean correctamente investigadas, de manera legal, precisamente para darle la certidumbre al dueño del inmueble que su inmueble va a ser cuidado y que tenga la certeza para qué se está utilizando su vivienda y con la garantía de que va a tener un arrendamiento mensual durante la vigencia del contrato del arrendamiento”, expuso.

Saraí Martínez, presidenta de la Asociación de Notarios en Juárez, explicó que existen dos modalidades de contratos de este tipo.

Una de ellas es que el contrato puede ser elaborado por el notario, o bien, que lo hagan las partes (arrendador y arrendatario) y se ratifique ante un notario público, lo cual tiene la misma validez legal.

De acuerdo con la Notaria Pública 21, una de las principales ventajas en cualquiera de estas dos opciones es que se tiene por cierta la fecha de otorgamiento y además, que el contenido del contrato fue revisado y analizado por el notario.

Martínez explicó que, si este documento se elabora ante un notario público, se generan dos duplicados; uno se queda en la notaría y el otro se entrega al interesado. Ante cualquier duda sobre una posible alteración del documento, se puede cotejar, realizar una inspección y comprobar si ha sido adulterado.

La notaria señaló que este documento es un respaldo legal en caso de conflicto entre las partes, y el contrato puede adaptarse específicamente a las necesidades del interesado.

“Todo eso se puede especificar, esa es la diferencia. Por eso se llama 'traje a la medida': se incluye todo lo que necesitas, pero obviamente no se incluye algo que te perjudique o algo producto de un capricho. Por ejemplo, 'te voy a alquilar la casa, pero no quiero que tu novia venga a la casa'. Son frivolidades que, si desconoces, podrías dudar si son posibles. El contrato tiene la garantía de que está conforme a derecho y debe ajustarse a las leyes vigentes”, afirmó.

Actualmente, realizar este trámite ante un notario ronda los 5 mil pesos, mencionó la profesional. No obstante, advierta que las consecuencias de un contrato no formalizado pueden ser mucho más costosas.