Ciudad de México.- Alejandro Speitzer y Alberto Guerra se ponen en la piel de contrabandistas de gasolina, conocidos como “pimpineros”, en una película que cuenta con la participación especial del músico colombiano Juanes.

“Pimpinero: Sangre y Gasolina”, que se estrenó este viernes en Prime Video, es un drama familiar que retrata los peligros que enfrentan al transportar combustible ilegal desde Venezuela hasta Colombia. A diferencia de los huachicoleros mexicanos, que roban y revenden combustible, los pimpineros compran gasolina muy barata en Venezuela y la transportan en trochas o autos modificados con envases llamados pimpinas a través del desierto para revenderla en Colombia.

La película está dirigida por Andrés Baiz, conocido por su trabajo en series como “Griselda”, “Sandman”, “Narcos México” y las películas “La cara oculta” y “Roa”. El guion fue coescrito por Baiz y María Camila Arias, guionista de filmes como “Pájaros de verano”, “Candelaria” y “Clara Sola”. La película se estrenó en el Festival de Cine de Toronto y también tuvo una función especial en el Festival Internacional de Cine de Morelia

El rodaje se realizó en el desierto de la Guajira, en Colombia, donde habita la etnia wayuu que también es retratada en la película.

“María Camila me parece una de las mejores escritoras que tenemos en Latinoamérica”, dijo Speitzer quien interpreta al joven contrabandista Juan, en una entrevista por videollamada desde la Ciudad de México. El actor también destacó la labor del equipo de producción colombiano: “Ellos fueron los superhéroes de esta historia, realmente rodar en esas condiciones, con las tormentas de arena, con el calor, hay que tener mucha pasión”.

Guerra, quien da vida a Ulises, el hermano medio de Juan, había colaborado previamente con Baiz en Griselda y se dijo feliz de encontrarse con su amigo Speitzer en su primer proyecto juntos. En su caso aceptó el papel para el filme sin leer el guion por tratarse de una historia auténtica latinoamericana con la que también encuentra similitudes en Brasil y Cuba.

“Cada vez más … me doy cuenta de las conexiones que tenemos culturalmente”, señaló en entrevista por videollamada desde Tokio, donde estaba laborando. “Hablamos el mismo lenguaje, entendemos”.

Guerra le propuso a Baiz invitar a Speitzer para que hiciera una prueba. El actor llegó caracterizado con un tatuaje, pero el primer día de rodaje había desaparecido esa marca en su piel, lo que sorprendió al director al que llaman afectuosamente Andy. Finalmente decidieron que el tatuaje fuera parte oficial de Juan.

Juanes, por su parte, interpreta a Moisés, el hermano mayor de los contrabandistas. Speitzer contó que poder rodar con él le permitió conocer a un ídolo.

“Hace unos 14 o 15 años se presentó en una universidad que estaba al lado de donde yo vivía”, recordó Speitzer, quien dijo que no lo dudó y se propuso ingresar cómo fuera a la universidad con unos amigos para poderlo ver. “Cuando lo conocí le dije: ’Juanes tengo que contarte que crecí escuchando tu música, que me brinqué una barda por escucharte”, recordó. “El ser humano es mucho más grande que el artista”.

Previamente, Juanes había tenido papeles más pequeños en el filme “Bordertown” (“Bordertown, ciudad al límite”), la cinta animada “Ferdinand” (“Olé, el viaje de Ferdinand”) y la serie “Jane the Virgin”.

Guerra, quien se dijo ser un “músico frustrado”, también se quedó sorprendido con la impresión que causó el astro colombiano en el set.

“Cuando uno ve un artista de la talla de Juanes, que no tiene nada que demostrarle a nadie, portarse de esa manera con ese respeto y con esa ingenuidad e inocencia … me provocó el mayor respeto del mundo, es un genio”, señaló.