Tribus musulmanas chiíes y suníes en el noroeste de Pakistán han acordado un alto al fuego, informó un portavoz del gobierno el domingo, días después de que 42 chiíes fueron asesinados en una emboscada.

El ataque al convoy el jueves pasado en el distrito de Kurram desencadenó ataques de represalia y disturbios que mataron a decenas de personas de ambas comunidades.

Un portavoz del gobierno provincial de Khyber Pakhtunkhwa, Muhammad Ali Saif, dijo que las dos comunidades acordaron un alto al fuego de siete días después de que una delegación gubernamental sostuvo conversaciones con ancianos suníes y chiíes.

“Las partes también acordaron intercambiar prisioneros y devolver los cuerpos de los fallecidos”, dijo. Los prisioneros incluyen mujeres.

Los musulmanes chiitas constituyen un 15% de los 240 millones de personas en Pakistán, que es mayoritariamente suní. Aunque ambos grupos generalmente conviven pacíficamente, las tensiones permanecen, especialmente en Kurram.

Aunque la zona tiene un historial de conflicto sectario, con grupos insurgentes que anteriormente han atacado a la minoría chií, la violencia actual está relacionada con una disputa de tierras.

Nadie se ha responsabilizado por el ataque al convoy del jueves.