Washintgton.— Estados Unidos y Corea del Sur pactaron tentativamente un nuevo acuerdo que cubre los costos de mantener la presencia militar estadunidense en el país, anunciaron este viernes el Departamento de Estado de EU y el ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur.

En el acuerdo, que aún debe ser aprobado por el gobierno surcoreano y ratificado por su Parlamento antes de entrar en vigor, se establece un aumento de ocho punto tres porciento en la contribución de Seúl en el primer año de los cinco que durará el pacto, alcanzando los mil125 millones de dólares, posteriormente, se aplicarán incrementos adicionales con un nivel máximo de cinco porciento anual.

Actualmente, EU mantiene unos 28 mil 500 soldados y unas cuantas bases importantes en Corea del Sur para ayudar a disuadir una posible agresión de Corea del Norte.

“El acuerdo será un importante logro para ambas partes y fortalecerá nuestra alianza y nuestra defensa compartida”, dijo en un comunicado el vocero del Departamento de Estado estadunidense, Matthew Miller.

No dio detalles sobre los costos para Seúl, que fueron descritos en un comunicado publicado simultáneamente por el ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur.

El trato actual expira hasta el año próximo, pero el gobierno de Biden ha presionado para completar el “Acuerdo de Medidas Especiales” con Corea del Sur antes de la elección presidencial de noviembre en EU, en parte para disipar las preocupaciones de ese país de que una posible victoria del expresidente Donald Trump podría complicar futuras negociaciones.

Durante el mandato de Trump, él acusó repetidamente a Corea del Sur y a otros aliados de EU de beneficiarse gratuitamente, e indicó que exigiría miles de millones de dólares más para extender los acuerdos de defensa mutua, esto hizo surgir preocupaciones de que las alianzas, que han durado varias décadas, pudieran estar en riesgo, y que el acuerdo anterior no se ampliara sino hasta que el presidente Joe Biden asumiera el cargo.

Si es aprobado por Corea del Sur, el nuevo acuerdo se mantendrá vigente hasta 2030, más allá del mandato de cuatro años del próximo presidente de Estados Unidos.