La violencia en los hogares es una realidad que viven miles de familias, en su mayoría se trata de hombres que ejercen cobardemente poder sobre las mujeres. En los últimos años se ha visibilizado este lastre en nuestro país, lo que hace pensar que, para erradicar el fenómeno, es necesario ir más allá del apoyo a las mujeres violentadas, que emprenden las autoridades gubernamentales; es fundamental instaurar una política de educación a las niñas y niños.

Hace algunos años me tocó iniciar el programa institucional de los grupos para la reeducación de agresores de pareja, con reticencias por el personal directivo de salud (tanto hombres como mujeres), y con la incredulidad de la población de saber si se puede hacer algo para cambiar el actuar de los violentos.

Sabedores de que cada 10 minutos una mujer muere a manos de su pareja o de miembros de su familia, las acciones preventivas urgen ante los abusadores, sobre todo considerando que existen familias que fomentan y permiten todo tipo de violaciones.

La violencia de género se reproduce de manera generacional por actos donde los hombres requieren entender que esa mujer a la que maltratan, bien puede ser su madre, o su hija, o su hermana. Según la ONU, la violencia contra la mujer abarca actos que causan daño o sufrimiento físico, económico, sexual o psicológico, así como amenazas, coacción o privación de la libertad, tanto en la vida pública como en la vida privada.

Si entendemos que 1 de cada 3 mujeres sufre violencia a lo largo de su vida, hablamos que cerca del 33 % de las mujeres tiene un problema grave en sus relaciones generada por hombres irresponsables, de personas con problemas de carácter, problemas sexuales, problemas con el consumo, problemas con sus padres, y un largo etcétera… pero ellos no necesitan psicólogo, suelen afirmar con cinismo.

Si pensamos que lo que nos pasa es parte de la comunidad, y si esa comunidad es parte de un sistema que facilita la impunidad de los agresores, la estigmatización y la vergüenza de las víctimas, estamos en otro problema que bien haríamos en atender de manera profesional, sin simulación, como les gusta a las actuales autoridades, que son las mismas de siempre, aunque se cambien de color.

¿Cómo saber cuándo hay abuso en una relación de pareja?

Si tu pareja lleva un registro de todo lo que haces y no es por un interés genuino de ayudarte sino para controlarte, se trata de una pareja abusiva. Puede amenazar con acusaciones falsas si denuncias el abuso o te resistes.

Una pareja también puede ser abusiva sexualmente, por violación u otra actividad sexual forzada. La violencia física consiste en causar daño a una pareja golpeándola, lastimándola, empujándola, zarandeándola, dándole puñetazos, bofetadas, pateándola o mordiéndola. Salvo que sean actitudes sexuales consentidas y toleradas mutuamente, lo anterior son formas de violencia que no se confunden con el amor.

Una pareja abusiva puede actuar con enojo o tener un temperamento voluble o impredecible.

Una pareja abusiva te denigra, tiene una actitud celosa, incluso puede acusarte constantemente de engañarla. Es posible que intente controlar la forma en que gastas el dinero y tu uso de medicamentos o métodos anticonceptivos, tu apariencia y con quien hablas. Es posible que tome decisiones cotidianas por ti, como lo que vistes o comes.

Si tu pareja insiste en que respondas de inmediato a sus mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas, y exige saber tus contraseñas de sitios de redes sociales, correo electrónico y otras cuentas, allí hay una RED FLAG.

El llamado este año de la ONU para invertir en organizaciones de prevención y derechos de las mujeres para garantizar los derechos y el acceso a los servicios esenciales para las supervivientes requiere tu ayuda.

Las asociaciones que están comprometidas con la atención psicológica de niñas, adolescentes y mujeres requiere de tu apoyo. Dona para que tengan atención de Salud Mental 24/7 de calidad: https://paypal.me/psicologiaydc?country.x=MX&locale.x=es_XC

#NoHayExcusa

Causas y azares…

  • · En el Estado de Zacatecas urge una Ley de Crianza Positiva y Buen Trato para atender de raíz la violencia que padecemos todos los días. Invitamos a sus diputados a que elaboremos una ley que este a la altura de nuestras circunstancias.
  • · En 2020 uno de cada seis nacimientos correspondía a madres de entre 10 y 19 años, con los riesgos de muerte que ya conocemos. Un embarazo de una niña es una violación sexual, no es otra cosa.
  • · México ocupa el primer lugar en embarazo en niñas y adolescentes entre los países de la OCDE. Ante ese problema, aplicamos la meta 13.MT para Desarrollar acciones para la promoción e impartición de la Educación Integral en Sexualidad, actividad 3.1, 3.2 y 3.3 en conjunto con el FOBAM de Zacatecas.

Hasta la próxima, que todos caminamos hacia el anonimato, sólo que los mediocres llegan un poco antes.

Conoce más en: https://linktr.ee/psicologiaparati